Vaticano inicia el cierre progresivo del Jubileo 2025 con la clausura de la Puerta Santa en Santa María la Mayor
Con un rito cargado de simbolismo y llamado a la reflexión espiritual, el Vaticano inició este jueves el cierre progresivo del Jubileo 2025, conocido como el Año Santo de la esperanza, con la clausura de la Puerta Santa de la Basílica de Santa María la Mayor, una de las cuatro basílicas papales de Roma y la primera en concluir oficialmente este tiempo jubilar.
La ceremonia fue presidida por el Cardenal Rolandas Makrickas, Arcipreste de la basílica mariana, quien destacó que el cierre de la Puerta Santa no significa el fin de la acción divina. “No se cierra la gracia de Dios, sino un tiempo especial de la Iglesia; lo que permanece abierto para siempre es el corazón misericordioso del Señor”, subrayó ante fieles, religiosos y peregrinos que participaron en la celebración.
Un Jubileo marcado por la continuidad de la Iglesia
Durante su homilía, el cardenal Makrickas recordó que el Jubileo 2025 ha sido un acontecimiento singular en la historia reciente de la Iglesia católica, al haberse desarrollado bajo dos pontificados, lo que —afirmó— representa un signo de continuidad y fidelidad. “Ha sido un verdadero testimonio de que la vida de la Iglesia no se interrumpe. El Señor no abandona a su Iglesia y hoy la guía con firmeza a través del Papa León XIV”, expresó.
En este contexto, resaltó que el Año Santo no solo fue una convocatoria litúrgica, sino un tiempo de renovación espiritual, reconciliación y compromiso cristiano, especialmente en un mundo marcado por conflictos, desigualdad y crisis sociales.
Las “puertas” que permanecen abiertas
Al referirse a las lecturas proclamadas en la liturgia del día, el purpurado explicó que estas representan “tres grandes puertas que permanecen siempre abiertas”:
- El llamado del profeta Isaías a ser mensajeros de paz;
- La exhortación de la Carta a los Hebreos a escuchar y acoger al Hijo de Dios;
- Y el testimonio del Evangelio de San Juan, que anuncia la luz que brilla en medio de las tinieblas.
“Hoy hemos visto cerrarse la Puerta Santa, pero la puerta que realmente importa es la del corazón”, señaló Makrickas, exhortando a los fieles a mantenerla abierta mediante la escucha de la Palabra de Dios, la acogida del prójimo y el ejercicio del perdón. “Haber cruzado la Puerta Santa fue un don; convertirnos ahora en puertas abiertas para los demás es nuestra misión”, añadió.
Calendario del cierre jubilar
Santa María la Mayor es la primera de las cuatro basílicas papales en cerrar su Puerta Santa. El calendario continuará de la siguiente manera:
- San Juan de Letrán, este sábado, con un rito presidido por el Cardenal Baldassare Reina;
- San Pablo Extramuros, el domingo, a cargo del Cardenal James Michael Harvey;
- Y finalmente, el 6 de enero, solemnidad de la Epifanía, el Papa León XIV clausurará la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, dando por concluido oficialmente el Jubileo 2025.
La esperanza como decisión y compromiso
En la parte final de su mensaje, el Cardenal Makrickas retomó una de las enseñanzas centrales del Papa León XIV durante este Año Santo: que la esperanza cristiana no es una actitud pasiva ni una evasión de la realidad, sino una decisión consciente. Se trata —dijo— de una esperanza que se traduce en amor concreto, incluso en medio de las dificultades, y que impulsa a los creyentes a entregar la vida por los demás.
Con el cierre progresivo de las Puertas Santas, el Jubileo 2025 entra en su etapa final, dejando como legado un llamado a vivir la fe más allá de los ritos, llevando la esperanza, la misericordia y la paz al corazón de la vida cotidiana.
