Un robot con IA “reconstruye” Pompeya ayudando a las investigaciones
La Chispa te cuenta cómo un robot con IA “reconstruye” Pompeya. Como si se tratara de un gran rompecabezas, un robot compuesto por dos brazos con manos de agarre delicado guiados por inteligencia artificial ha ayudado a los arqueólogos a recomponer frescos fragmentados en Pompeya, la ciudad destruida por la erupción del Vesubio en el año 79. Esta innovación tecnológica marca un hito en la arqueología moderna y en la preservación del patrimonio histórico.
Cómo funciona el robot con IA en Pompeya
El prototipo es parte de “RePAIR”, un proyecto financiado por la Unión Europea cuyo objetivo es la reconstrucción del pasado. Desde 2021, ha trabajado en reorganizar restos de frascos y envases, aplicando algoritmos avanzados que permiten al robot determinar la ubicación correcta de cada fragmento. La combinación de inteligencia artificial y precisión robótica ha permitido acelerar un proceso que tradicionalmente tomaba años.
Beneficios de la tecnología robótica
El robot ha facilitado —explicó Marcello Pelillo, coordinador del proyecto— el trabajo de los arqueólogos y “ha representado un primer paso pionero hacia un objetivo ambicioso”, eliminando una de las “actividades más laboriosas y frustrantes de la investigación arqueológica”. Además, esta técnica podría aplicarse a otros sitios históricos con restos fragmentados, ampliando el alcance de la conservación patrimonial.

Los frascos más afectados
La investigación se centró en los techos de algunas salas de la Casa de los Pintores Trabajando en la Ínsula de los Castos Amantes y los frascos de la Schola Armaturarum, ambos dañados durante la erupción del 79 y, posteriormente, por bombardeos en la Segunda Guerra Mundial. Gracias a este robot, cada fragmento ha sido digitalizado y colocado automáticamente en su posición correcta.
Preparación y prueba del robot
Con el fin de estudiar los restos, se crearon réplicas de los fragmentos para que el robot pudiera manipularlas sin riesgo antes de trabajar con los originales. “Tras adquirir y digitalizar las imágenes de los fragmentos individuales, el sistema intenta resolver el rompecabezas y envía la solución a la plataforma de hardware, que coloca automáticamente los fragmentos en la posición deseada”, explicó Pelillo. Esta combinación de IA y robótica permite una precisión inédita en el proceso de restauración.
Futuro de la reconstrucción arqueológica
Aun quedan miles de restos almacenados en Pompeya que podrían beneficiarse de esta tecnología. Coordinado con el grupo de expertos en pintura mural de la Universidad de Lausana, liderado por Michel E. Fuchs, el proyecto combina recomposición manual y robótica, analizando aspectos morfológicos, estilísticos y técnicos. La integración de estas técnicas promete revolucionar la arqueología moderna.
