Navidad como compromiso con la paz: el Papa León XIV llama a mirar más allá de la celebración
Ciudad del Vaticano.— En su tradicional mensaje Urbi et Orbi, el Papa León XIV colocó el acento de la Navidad no sólo en la conmemoración del nacimiento de Jesús, sino en la responsabilidad colectiva que ese acontecimiento implica para la humanidad. Ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro y millones de personas que siguieron la transmisión en todo el mundo, el Pontífice presentó la Navidad como una invitación a transformar la esperanza en acciones concretas de paz, justicia y fraternidad.
Durante la liturgia de la Misa de medianoche, el mensaje central se articuló en torno a una idea clave: la Navidad no es únicamente un recuerdo del pasado, sino una presencia viva que interpela al presente. Las palabras del rito —“Alegrémonos todos en el Señor, porque nuestro Salvador ha nacido en el mundo. Hoy, desde el cielo, ha descendido la paz sobre nosotros”— sirvieron como punto de partida para subrayar que la paz anunciada no es abstracta, sino una tarea cotidiana que comienza en las decisiones personales y se extiende a la vida social y política.
El Papa León XIV destacó que la figura de Jesús, presentada como luz en medio de la oscuridad, adquiere especial relevancia en un contexto global marcado por conflictos armados, desigualdad, migración forzada y crisis humanitarias. En ese sentido, exhortó a no reducir la Navidad a un acto ceremonial o consumista, sino a vivirla como un tiempo de conversión interior y de apertura al otro, especialmente a quienes sufren exclusión o violencia.
Navidad como compromiso con la paz: el Papa León XIV llama a mirar más allá de la celebración
Asimismo, el mensaje Urbi et Orbi retomó el simbolismo del nacimiento en Belén para recordar que la esperanza suele surgir en los márgenes, en escenarios de fragilidad y sencillez. El Pontífice llamó a los gobiernos, instituciones y líderes sociales a asumir la paz como un proyecto compartido, basado en el diálogo, la solidaridad y el respeto a la dignidad humana.
La celebración concluyó con un llamado a que la alegría navideña no se limite a un solo día, sino que se traduzca en gestos permanentes de reconciliación. Para León XIV, la Navidad es, ante todo, una oportunidad para renovar la fe en que un mundo más justo es posible, siempre que la luz que, según la tradición cristiana, descendió del cielo, encuentre espacio en las acciones de cada persona.
