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Iglesia capitalina reconoce fallas y pide perdón a familias de desaparecidos; llama a una “Revolución por la Paz”

Iglesia capitalina reconoce fallas y pide perdón a familias de desaparecidos; llama a una “Revolución por la Paz”

Iglesia capitalina reconoce fallas y pide perdón a familias de desaparecidos; llama a una “Revolución por la Paz”

En un encuentro marcado por el arrepentimiento institucional y la búsqueda de reconciliación, la Arquidiócesis Primada de México abrió nuevamente sus puertas a familias de personas desaparecidas, reconociendo errores históricos y comprometiéndose a fortalecer su acompañamiento pastoral y social frente a la crisis humanitaria que atraviesa el país.

En nombre del cardenal Carlos Aguiar Retes, un representante de la Iglesia dio la bienvenida a decenas de familiares que mes con mes se reúnen en la Curia para compartir su dolor y exigir acciones concretas por parte de las autoridades. Desde el inicio, el mensaje subrayó un cambio de actitud: “No se trata simplemente de ver, sino de mirar; no se trata simplemente de oír, sino de escuchar… detenernos y comprometernos con cada uno de ustedes”, afirmó.

Reconocimiento de errores y petición de perdón

En uno de los momentos más significativos, la Iglesia reconoció públicamente que durante años “miró hacia otro lado”, enfocada en sí misma y ajena al sufrimiento de miles de familias. Se admitió que obispos y comunidades parroquiales no siempre supieron acoger, escuchar ni orar por quienes buscaban a sus seres queridos.

“Si no las hemos recibido adecuadamente, perdónennos… Si en alguna comunidad católica no se han sentido acogidos, perdónennos”, dijo el representante, retomando palabras del papa Francisco sobre la importancia de abrazar las periferias humanas y no caer en la indiferencia.

También se denunció la falta de sensibilidad social y la normalización de la violencia, elementos que han erosionado la vida comunitaria. “Nos hemos hecho insensibles ante la rabia de unos padres que buscan a sus hijos… Nos acostumbramos a la muerte, a los tiros en la calle”, señaló.

Una escucha sin prejuicios y un llamado a reconstruir la paz

Durante la reunión se llevó a cabo un ejercicio de escucha abierta para que las familias expresaran libremente su dolor y las omisiones de las autoridades. La Iglesia pidió que el encuentro sirviera para tejer vínculos, dejar atrás prejuicios y construir unidad frente al conflicto.

“El principio de unidad es superior al conflicto”, se enfatizó, al tiempo que se invitó a compartir el miedo que vive la población ante sistemas de seguridad que “no cuidan a la ciudadanía”.

En su mensaje final, la Arquidiócesis reiteró su compromiso de acompañar de manera permanente a las víctimas: “Seguimos escuchándoles, orando y caminando unidos a tantas víctimas inocentes… No podemos ser indiferentes ni permanecer neutrales cuando está en juego la dignidad de las personas”.

Neutralidad política y responsabilidad social

El vocero aclaró que la Iglesia no actúa como oposición política, sino como una institución moral que busca colaborar en la construcción de la paz. Rechazó replicar discursos oficiales y subrayó su misión de anunciar la verdad con amor.

“Nuestra palabra profética debe estar al servicio de la justicia… No somos partido de oposición. Somos Iglesia de Cristo”, sostuvo.

Asimismo, pidió a actores sociales, políticos, empresariales y religiosos evitar el lenguaje agresivo que —recordó— es el primer paso hacia la violencia.

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Una “Revolución para la paz” en el aniversario del movimiento revolucionario

En el marco del 20 de noviembre, la Iglesia propuso convertir el encuentro en una “Revolución para la paz”, llamando a los grupos armados a detener la violencia y renovar la propuesta de una “tregua guadalupana” para frenar los homicidios, al menos por un día.

“Que nos dejen en paz… Que por lo menos un día dejen sus armas para reflexionar qué están haciendo”, se exhortó.

También pidió a las autoridades dejar de cerrarse al diálogo y abrir sus puertas a las familias de desaparecidos, “sin despreciarlas ni revictimizarlas”.

Esperanza en medio de la incertidumbre

Finalmente, la Iglesia invitó a los asistentes a no perder la esperanza pese al dolor cotidiano. Reconoció que las familias buscadoras “son una reserva moral del país” y un ejemplo de perseverancia para la sociedad mexicana.

“Hoy conmemoramos el día de la Revolución. Hagamos de este encuentro una revolución para la paz… La Iglesia está aquí con ustedes, no están solas”, concluyó el mensaje, acompañado de aplausos y abrazos entre quienes, unidos por la ausencia, buscan transformar ese dolor en un llamado urgente a la justicia y la solidaridad.


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