Oración Domingo de Palmas “Yo Soy la Resurrección y la Vida”
“Yo Soy la Resurrección y la Vida; el que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá.” (San Juan 11:25).
¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!
Padre Santísimo: ¡Muy buenos días! Estamos de nueva cuenta ante ti, contemplando la importancia de estas palabras pronunciadas por tu hijo amado! Oración Domingo de Palmas
Es por ello que no se puede comprender un Domingo de palmas sin el sábado anterior en que Lázaro fue resucitado. Ese Lázaro de Betania, hermano de María y de Marta, tan amado, tan amigo y tan frecuentado por tu hijo amado, muere.
Muy a pesar de que ya habían transcurrido 4 días, ya había sido sepultado y ya había entrado su cuerpo en descomposición, Cristo lo resucita, porque con ello daba prueba del gran poder divino y de la inmensa e increíble importancia de su presencia en la tierra.
Porque él es quien viene en tu Nombre a darnos EL DON DE LA VIDA ETERNA. Ese sábado bendito continúa con el Domingo de Palmas, porque quien demostró SER LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA.
Oración Domingo de Palmas ¡OREMOS AL SEÑOR!
Resucitando a Lázaro y convenciendo a sus hermanas que en verdad él es LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA, AHORA LES ENTREGABA A SU HERMANO RESCATADO DE LAS ENTRAÑAS DEL MISMO HADES.
¡Qué demostración tan maravillosa de las dos naturalezas de Cristo! Como hombre: está conmovido emocionalmente en su espíritu por el amigo y le demuestra su dolor auténtico.
Cómo Dios, va hasta el sepulcro y aunque su cuerpo ya estaba en estado de descomposición, lo resucita y lo entrega a sus hermanas.
Ahora debe ser proclamado como el rey de la paz que entra a la Ciudad Santa de Jerusalén, tal como lo predijera el Espíritu Santo:
“¡Alégrate, oh pueblo de Sion! ¡Grita de triunfo, oh pueblo de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti. Él es justo y victorioso, pero es humilde, montado en un burro: montado en la cría de una burra.” (Zacarías 9:9).
Padre Santísimo: “Yo Soy la Resurrección y la Vida; el que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá”
Al trasladar nuestra mente a ese tiempo preciso en que entró Cristo, a la Ciudad Santa, de inmediato pensamos en que después de demostrar que él, si es la resurrección y la vida.
Ahora muchísima gente lo aclamaba con palmas y con ramos de olivo porque estaba más que convencida que ÉL ERA EL BENDITO QUE VENÍA EN TU NOMBRE y ya estaba preparado para iniciar SU PASIÓN, SU MUERTE Y SU RESURRECCIÓN.
Padre Santísimo: en este sábado dedicado a Lázaro y el domingo de palmas, nosotros, llenos de júbilo unimos nuestras voces a las multitudes y proclamamos:
“¡Oh Cristo, Dios y hombre! Con el solo hecho de resucitar a Lázaro de entre los muertos, justo antes de que iniciaras tu pasión dolorosa, confirmaste LA RESURRECCIÓN UNIVERSAL.
¡Divino Salvador! Nosotros siguiendo el ejemplo de los niños que nos conmueven por ser más sensibles que nosotros, también nos transformamos en niños teniendo en nuestras manos ramos de olivo y palmas de la victoria.
Te proclamamos como ¡Vencedor de la muerte! Así como resucitaste a tu amigo Lázaro, estando ya en descomposición y experimentando la corrupción de su cuerpo, tu palabra de vida lo hace volver a la vida a fin de que fuera testigo de la maravilla inexplicable y del amor increíble que estaba a punto de suceder:
PADECER EN MANOS DE CRIMINALES, DERRAMANDO TODA SU SANGRE EN BIEN DE TODA NUESTRA HUMANIDAD. Soportar voluntariamente el dolor en su máxima expresión hasta ser crucificado y tenido por maldición para darnos una celestial bendición.
Padre Santísimo: en este domingo de palmas, te glorifica toda la creación. El reino animal representado en ese asno joven; los ramos de olivo y las palmas son los más dignos representantes del reino vegetal;
los niños, los jóvenes y los adultos de Israel, en representación de toda nuestra humanidad, te reconocen, te alaban, te proclaman en tu hijo amado, quien vino en tu Nombre y para honrar tu Nombre.
Y concediéndonos el poder invocarte en su nombre que está sobre todo nombre, para que en el cielo y en la tierra tú seas glorificado. Amén. P. Cosme Andrade Sánchez+
