¿Las barras de proteínas son sanas? Aqui la opinión de expertos
Los expertos se han enfocado en estudiar los efectos que tiene la comida en nuestros cuerpos y mentes. Una de las investigaciones más recientes demuestra que la comida chatarra es literalmente adictiva y genera más hambre por lo que comes más de lo debido. Esto llevo a los expertos a pensar que comida realmente es sana y pusieron su atención en las barras de proteínas. Se fijaron especialmente en éste producto por su alta popularidad y que son vendidas como “algo beneficioso para la salud”.
Un poco del origen de éste alimento.
Se cree que la primera barra proteica surge a finales de los 80’s. Debido a dos corredores mezclaron vitaminas, salvado de avena, proteína de leche y jarabe de maíz en su cocina creando la primera barrita moderna. Para 1990 ya eran todo un fenómeno mundial y se vendían como un tentempié saludable. Actualmente son parte de uno de los mayores negocios de alimentos en el mundo y se encuentran en diferentes presentaciones y sabores.
¿Las barras de proteínas son realmente sanas?
Diversos expertos en el área de nutrición y medicina ha estudiado estos productos y dicen que no son tan sanos como parecen. En sus inicios eran una excelente alternativa para saciar el hambre y aportar un extra de proteína al cuerpo. Pero actualmente están super procesados cayendo en lo dañino, y que es raro que alguien necesite un extra de proteína. Hay estudios que demuestran que las personas normalmente consumen el doble o más de la proteína recomendada que es 0,4 gramos por kilogramo de peso corporal.
De igual forma analizaron sus componentes y se descubrio que actualmente son más azúcar que otra cosa. Un grupo de expertos descubrio que una barrita de la famosa marca “Gatorade” posee el doble de azúcar que una dona de chocolate de “Krispy Kreme”. Terminan diciendo que ahora en realidad son barras de dulce con un añadido de proteína, lo cual no es saludable en absoluto. Todo esto según la opinión de Eric Rimm, catedrático de Epidemiología y Nutrición de la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de la Universidad de Harvard, junto con su equipo y colegas investigadores
