¿Qué se espera de la Oposición?
Por: Mario Gómez y González
Un partido de oposición u opositor, infiere la unión de personas o grupos que persiguen fines contrapuestos a aquellos que buscan los que detentan el poder político en un país, en un estado y en un municipio.
De entrada, la oposición se considera un elemento básico y esencial de los regímenes democráticos; su importancia radica en que son el factor de control y limitación de los gobiernos en turno y la alternativa a la formación de nuevos gobiernos.
Dentro de un régimen democrático, la oposición tiene entre sus tareas la de poner límites al gobierno en turno, para mantener el equilibrio entre las intenciones de la autoridad y el apego a la legalidad.
De acuerdo con el jurista argentino Ricardo Haro, la oposición tiene tres funciones dentro de una democracia: colaboración, control y contestación.
Una oposición sólida no se construye solamente a partir de votos en contra de las propuestas presentadas por el Ejecutivo (o el candidato) y su partido político, sino también en la discusión con sus adversarios de los mecanismos con los que se solucionarán las problemáticas de un país, del estado o del municipio.
El pluralismo y la convivencia en el disenso son, en palabras de Haro, «presupuestos inexcusables de la democracia». La oposición debe buscar gobernar desde la colaboración y asumir la responsabilidad de disentir y de apoyar buscando el mayor bienestar para la población.
Aunque no esté en el poder, la oposición necesita “hacerse oír, para debatir, criticar, denunciar, investigar, ilustrar a la opinión pública, mostrar cuál es la o las alternativas y ejercer su derecho a convertirse en mayoría”, de acuerdo con Haro. Una oposición muda o ausente deja el camino libre para que las decisiones respondan únicamente a los intereses de un grupo político.
De acuerdo a fuentes consultadas, se espera que una oposición sea tanto menos responsable cuantas menos esperanzas tenga de gobernar; esto tiene como consecuencia que los partidos opositores débiles- en un intento por obtener beneficios de quienes están en el poder- olviden su tarea de control y antepongan sus intereses a los de la ciudadanía.
Tan importante como la acción del partido en el poder, es la crítica constructiva del partido opositor; pero dicha crítica no puede confundirse con la descalificación, el insulto, la especulación o la queja.
Es preciso cuestionar los por qué, los para qué y también los cómo y desde la oposición se tienen que ofrecer propuestas concretas a los desafíos que se presentan.
Para el politólogo alemán Jan-Werner Müller, mientras que el populismo necesita enemigos, la democracia requiere oposición. “La democracia requiere pluralismo y el reconocimiento de que es necesario encontrar términos justos para convivir como ciudadanos libres e iguales, pero también irreductiblemente distintos”.
Es evidente que, un correcto ejercicio del poder político podrá existir cuando la oposición dirija la crítica también hacia sí misma; ya que, de lo contrario, será incapaz de ver los vicios que juzga en los otros.
Si los partidos políticos de oposición resultan insuficientes porque han perdido el respeto y credibilidad, habría que mirar hacia los políticos independientes y los ciudadanos que trabajan en otras maneras de refutar a quien está en el poder.
Pues bien, nadie en Tabasco duda-de verdad- que, en la elección de gobernador próxima, el ganador será Javier May Rodríguez por Morena; no se ve por donde, los abanderados opositores-dicho esto con todo respeto-puedan arrebatarle el triunfo.
Sin embargo, la participación de la oposición no debe ser solamente “testimonial”, sino abrir interesantes espacios de discusión, debate y análisis, en torno al modelo de gobierno venidero y del tipo de modelo político, económico y social que el próximo titular del Ejecutivo tabasqueño ponga en marcha para el desarrollo de la entidad y el beneficio de los tabasqueños.
De verdad, a Javier May, ni le interesa ni mucho menos le sirve, una oposición blandengue, apática y amorfa; el comalcalquense, no puede verse en el mismo espejo en el que Adán Augusto López Hernández, se sigue viendo hasta ahora (ya dentro del ropaje de Carlos Manuel Merino Campos), donde los dirigentes opositores fueron sometidos y obligados a aplaudir, a cambio de prebendas políticas, pero sobre todo económicas.
Ya May Rodríguez, se está encontrando con las voces discordantes-particularmente de la clase media- y también de las clases más necesitadas, que reclaman el olvido, el rechazo, el ni los veo, ni los oigo, con el que Adán Augusto, gobernó (y sigue gobernando) la entidad; con el que el próximo senador plurinominal los engañó y se burló de ellos hasta la ignominia.
Javier May, no quiere alabanzas y vivas, sino señalamientos específicos en torno a los gravísimos problemas que este gobierno le va a heredar y endosar; muy cierto, no puede cargar (JMR) con el descrédito de sus antecesores; sin embargo, es candidato por el mismo partido y el mismo hombre que los impulsó (a AALH y CMMC), para llegar a palacio de gobierno y la Quinta Grijalva.
Más allá de no perder sus registros (PRI-PAN)- el PRD todavía tiene el trompo vivo- la oposición debe de asumir su papel de contrapeso, desde la misma campaña y ya cuando el nuevo gobierno se ponga en marcha; se espera la discusión en torno al modelo que se pretende poner en marcha durante el próximo periodo constitucional.
La responsabilidad de los partidos de oposición es, debe ser y será histórica; vaya, si es que quieren que los tabasqueños los vean como opción gubernamental en los periodos intermedios y para las próximas elecciones en el 2030.
Jaque Mate** PRD, PRI, PAN y MC, tienen la palabra** el balón está en su cancha** de ellos depende** el tema da para más** fue todo por hoy** hasta mañana Dios mediante.