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Los nuevos empresarios militares del sexenio

Los nuevos empresarios militares del sexenio

Los nuevos empresarios militares del sexenio
Por: Norberto Vázquez

Son los nuevos empresarios del régimen. Construyeron y estarán a cargo de las principales obras magnas que planeó el presidente Andrés Manuel López Obrador. A diferencia de un empresario privado que asume todos los costos de una obra, los militares y marinos manejan millonadas del erario y una enorme ventaja: todas las obras que están a su cargo sean rentables o no, tendrán el apoyo de los subsidios generados por los impuestos de todos los mexicanos.

En pocas palabras, los nuevos administradores-militares, nunca se preocuparán si funciona o no el proyecto, el dinero de los impuestos cargará con sus obras magnas.

Gracias a las políticas del gobierno actual, la Sedena ha constituido las corporaciones Tren Maya, Aerolínea del Estado Mexicano, Grupo Aeroportuario, Ferroviario, de Servicios Auxiliares y Conexos Olmeca-Maya-Mexica (Gomm) y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.

El Gomm involucra también la operación de 12 aeropuertos, más otra cantidad que recibirá en el futuro.

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Operará Mexicana de Aviación, la más antigua del país privatizada en 2005 y cerrada desde 2010. Bajo el nuevo nombre Aerolínea del Estado Mexicano, el gobierno la hizo volar con subsidios hasta el 2028 y luego que genere ganancias (si las hay) van para los militares. Excelente negocio para los mexicanos.

La Secretaría de Marina (Semar) administra cinco astilleros en varias zonas del país. Para gestionar siete aeropuertos, entre ellos el de Ciudad de México, de las 19 instalaciones bajo control estatal, Semar creó la empresa Casiopea. México cuenta con 118 puertos y terminales, de los cuales 71 están entregados en concesión en 25 administraciones del Sistema Portuario Nacional. Desde 2017, Semar administra los puertos.

Los marinos y militares en la industria de la construcción se han vuelto un actor relevante, sin duda en el jugador de referencia para el sector. Los activos en poder del Ejército fueron tasados en 15,000 millones de dólares a mediados del año pasado en un trabajo de México Cómo Vamos.

 

El camino se vino trazando cuando el Senado de la República aprobó en abril una reforma a la Ley de Aviación y de Regulación del Espacio Aéreo que da atribuciones a las Fuerzas Armadas para administrar aerolíneas y el controlar el espacio aéreo.

 

Durante la administración del presidente López Obrador se han impulsado una serie de cambios al interior de las Fuerzas Armadas. Su objetivo, según los legisladores, es desvincularlas de tareas de seguridad pública enfocándolas a planes de riesgo y la construcción de megaproyectos.

Las empresas de la Sedena y Semar además de ser contratistas, sus soldados suelen ser obreros de las obras públicas, con lo que van ganando peso en los proyectos prioritarios.

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Por el momento, ambas dependencias se harán cargo de nueve aeropuertos del país. La gema de la corona aeroportuaria el AICM es para la Marina institución a la que el presidente no había otorgado beneficios como sí lo ha había realizado con el Ejército.

Los marinos se quedan también con el aeropuerto de Ciudad del Carmen, en Campeche, así como los de Ciudad Obregón y Guaymas, en Sonora.

El Ejército se queda con el Aeropuerto Felipe Carrillo Puerto en Tulum, en Quintana Roo; el de Campeche, el de Puebla y el de Nuevo Laredo en Tamaulipas.

Lo malo del asunto. Todos esos negocios deberán ser subsidiados ante su esencial imposibilidad de ser rentables en el mundo real, a diferencia del mundo económico fantasioso con que suele moverse la 4T.

El modelo económico que ha impuesto el presidente López Obrador al dejar el poder el próximo año, plantea que será el pueblo el que pague con sus impuestos una deuda eterna con subsidios a esas megaobras, incluyendo el endeudamiento generado por el presupuesto de 2024.

Los nuevos empresarios, bien campantes, total, no es su dinero, ni se preocupan si funciona o no la obra. Qué fácil.  A la vieja usanza: los de atrás pagan.


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