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El sábado fue un día de fiesta. La concentración 63 por la 4T. Dos Bocas, De Hoyos, T-MEC, Turismo.

El sábado fue un día de fiesta. La concentración 63 por la 4T. Dos Bocas, De Hoyos, T-MEC, Turismo.

El sábado fue un día de fiesta. La concentración 63 por la 4T. Dos Bocas, De Hoyos, T-MEC, Turismo.
Roberto Fuentes Vivar
Diario Ejecutivo

El sábado fue día de fiesta.

Se cumplieron cinco años de que el voto popular llevó a Palacio Nacional a Andrés Manuel López Obrador y a la Cuarta Transformación.

Hoy estamos de fiesta, cantaba -o recitaba, más bien- Tito Fernández, El Temucano (cuando todavía era del Partido Comunista Chileno y antes de que coqueteara con la dictadura militar y se convirtiera en presunto violador) y agregaba el motivo del festejo: “nuestra casa, fruto de tantos años llenos de penas blancas”.

Y estuvimos de fiesta el primero de julio. Unos en el zócalo, con una lluvia que a mí me pareció tímida pero a otros no tanto. Algunos en las redes sociales.

Llegaron los que escucharon algún día a Luis Eduardo Aute cuando coreaba: “Decir espera es un crimen, / decir mañana es igual que matar. / Ayer de nada nos sirve, /las cicatrices no curan el mal. /Que el pensamiento no puede tomar asiento/ que el pensamiento es estar siempre de paso, /de paso, de paso… de paso”.

Los que nacieron en 53 y vibran con Ana Belén: “Yo también nací en el 53/ Y soñé lo mismo que sueñas tú/ Como tú no quiero mirar atrás/ Sé muy bien que puedo volverme sal”.

Los más viejos (como este escribano que todavía llora cuando escucha la canción de  Armando Tejada Gómez y César Isela) que recordaron a sus amigos ausente en la fiesta: “Uno vuelve siempre a los viejos sitios en que amó la vida, / Y entonces comprende cómo están de ausentes las cosas queridas”.

Los que escucharon a la joven Luisa María Alcalde, secretaria de Gobernación, hablando del cambio generacional y de que dos de cada tres jóvenes que votaron en 2018 lo hicieron por López Obrador. La que dijo que “la revolución de las consciencias no permite marcha atrás”.

Los que -como los padres de la secretaria de Gobernación- algún día cantaron a Atahualpa Yupanqui: “Hay un asunto en la tierra/ Más importante que Dios/ Y es que naide escupa sangre/ Pá que otros viva mejor”.

Los que escucharon a la gobernadora electa del estado de México, Delfina Gómez, hablar de la una fiesta que significó, “la victoria de los humillados”.

Los que cantaron El Barzón con mi querida Amparo Ochoa, los que entonamos la Maldición de Malinche con Gabino Palomares, los que entonamos Jacinto Cenobio con Pancho Madrigal y hasta encendimos un recuerdo para írnoslo fumando. Los que nos burlamos del mundo cuando Óscar Chávez cantaba  “La Casita”.

Los que estuvieron en un lugar aparte (para no confundir ni convertir en pasarela) como los seis candidatos a ser el coordinador de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación: Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum, Gerardo Fernández Noroña, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y el otro, que para mí es adorno.

Los que hace cinco años dejaron de tararear, como lo hizo Violeta Parra hace ya tantos años, “Maldigo del Alto Cielo” para repasar los versos de “Gracias a la Vida” en un momento histórico en el cual la izquierda mexicana y latinoamericana selló su compromiso con quienes menos tienen.

Los 250 mil mexicanos que calculó el jefe de gobierno de la ciudad de México, Martí Batres, que habían acudido a la Plaza de la Constitución y que escucharon al presidente hacer un recuento de los logros obtenidos en este sexenio.

Los que hace años cantamos a Patxy Andión: “Con el alma en una nube/ y el cuerpo como un lamento/ viene el problema del pueblo/ viene el maestro/ el cura cree que es ateo/ y el alcalde comunista/ y el cabo jefe de puesto/ piensa que es un anarquista”.

Los gobernadores y representantes de 23 estados de la República que se trasladaron al zócalo para oír al presidente hablar de que en la mayor parte de los hogares de México se recibe al menos un apoyo de los programas sociales.

Los que a veces escucharon, aunque sea de oídas, a Joaquín Sabina cantando un corrido: “Que el maquillaje no apague tu risa/ Que el equipaje no lastre tus alas/ Que el calendario no venga con prisas/ Que el diccionario detenga las balas/ Que las verdades no tengan complejos/ Que las mentiras parezcan mentira/ Que no te den la razón los espejos/ Que te aproveche mirar lo que miras” y ahí miraron a un pueblo firmando un pacto con el Poder Ejecutivo.

Los secretarios de estado (¿Todos?) y miembros del gabinete ampliado que quizá en alguna ocasión escucharon a Alfredo Zitarrosa cantar: “Es mi país que tristeza/ La pobreza y el rencor…” para después redondear: “… En mi país somos miles y miles/ de lágrimas y de fusiles, / un puño y un canto vibrante, /una llama encendida, un gigante/ que grita: ¡Adelante… adelante…!/ En mi país brillará,/ yo lo sé,/ el sol del pueblo arderá/ nuevamente, alumbrando mi tierra”.

Los periodistas en su templete que tal escucharon a Horacio Guarany entonar: “Si se calla el cantor, calla la vida,/ porque la vida misma es toda un canto./ Si se calla el cantor, muere de espanto, / la esperanza, la luz y la alegría./ Si se calla el cantor, se quedan solos/ los humildes gorriones, de los diarios./ Los obreros del puerto, se persignan,/ quién habrá de luchar, por sus salarios./ Qué ha de ser de la vida, si el que canta,/ no levanta su voz en las tribunas./ Por el que sufre, por el que no hay/ ninguna razón que lo condene a andar sin manta”.

Los que gritaban a toda voz “Es un honor estar con Obrador” o el famoso “si se pudo” y que fueron los mismos (o sus hijos o sus nietos) que hace años corearon con Quilapayún “El pueblo unido jamás será vencido” o “mil cadenas habrá que romper, venceremos, venceremos. A la Miseria y al fascismo sabremos vencer”.

Los que desde las benditas redes sociales escucharon al presidente de la República explicar que se ha revertido el desmantelamiento de la industria petrolera, pues la semana pasada ya se comenzaron a enviar los primeros litros de crudo para refinar en Dos Bocas, tabasco.

Los que algún día escucharon Raimón, en catalán, cantando: “De un tiempo que ya es un poco nuestro,/ de un país que ya vamos haciendo,/ canto las esperanzas/ y lloro la poca fe”.

Los que escucharon en la Radio Pública al presidente decir que la oposición no va a lograr conectarse con la gente si no escucha al pueblo, si no olvida que lo material no lo es todo, sino que lo importante es el ser humano.

Los que recordamos a Amanda y entonamos con Víctor Jara, su “líbranos de aquel que nos domina en la miseria/ Danos un reino de justicia e igualdad” o que  tarareamos su canto universal sobre la cadena que hará triunfar “el derecho de vivir en paz”.

Los millones que tal vez por alguna cadena televisiva vieron al presidente hacer un reconocimiento a los empresarios que no subieron pecios en la canasta básica ante la escalada inflacionaria. O que en el país todos ganan hasta los bancos y los inversionistas de la bolsa.

Los que vieron al presidente poner en su mañanera la canción de Joan Manuel Serrat: “Disculpe el señor/ Pero este asunto va de mal en peor/ Vienen a millones y/ Curiosamente, vienen todos hacia aquí/ Traté de contenerles pero ya ve/ Han dado con su paradero/ Estos son los pobres de los que le hablé/ Le dejo con los caballeros/ Y entiéndase usted/ Si no manda otra cosa, me retiraré/ Y si me necesita, llame/ Que dios le inspire o que dios le ampare/ Que esos no se han enterado/ Que Carlos Marx está muerto y enterrado”.

Los que se identificaron con el vecino y acudieron juntos al zócalo, los que viajaron en metro, los que se pusieron de acuerdo para ir en un solo auto, los que tomaron el camión, los que se mojaron con la lluvia.

Los que alguna vez se sintieron tan solos como Víctor Manuel: “A veces me pone triste saberme callar a tiempo/ Y tengo la lengua rota de tanto morder silencios./ A veces digo “quisiera” pero se lo lleva el viento/ Me siento ajeno a un mundo que ni me entiende ni entiendo./ Pero yo sigo aquí, pero yo sigo aquí… Porque no tengo valor para coger un fusil/ Y recomponer las cosas y hacer un mundo feliz,/ Porque me hicieron así, porque no tengo por qué/ Y me da vergüenza ser izquierdista de café./ Por eso estoy aquí, por eso estoy aquí”. Y ahí estuvieron los izquierdistas de café que ya no muerden silencios por su filiación política.

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Los que no comieron para llegar al zócalo antes de la cuatro de la tarde y se echaron un taco en el centro para apaciguar el hambre.

Los que alguna vez hicieron cuarteto con Roberto (González) y Jaime (López) en sus conversaciones con Emilia, allá en los ochentas: “Y con qué fin/ Toda esta dialéctica en historia/ Para que ir al Paraíso estando muerto/ Para que alcanzar la gloria estando vivos/ Si la gloria está muy lejos de este huerto. /Todos juntos/ Afirman los que saben de distancias/ Llegaremos al final de la estructura/ Escultura de cadáver y concreto/ A posarnos al final de la cultura/ Hay también/ Quien afirma que tan sólo el sufrimiento/ Soportable nada más en el olvido/ Que el canta va buscando a algún sediento/ Para echarle encima su vaso vacío./ Yo no sé/ Hasta donde se resiente lo vivido/ Pues saberlo es simplemente estar ya muerto/ Seguiré siempre cantando lo prohibido/ Y gozando de los frutos de este huerto.”

Los que saben que durante los casi 40 años de neoliberalismo se gestó un gobierno para unos cuántos y se dejó de lado a la mayor parte de la población. A los pobres, a los jodidos. Al pueblo que no se le veía ni se le escuchaba (Salinas dixit).

Los que escuchaban a Rockdrigo cantar, como si se refiriera a los gobiernos neoliberales: “Esto es un asalto chido/ Saquen las carteras ya/ Bájense los pantalones,/ Pues los vamos a “basculear”/ Presten medallas y aretes/ Anillos y pulseras también/ Somos batos gandalletes/ Y nadie nos va a detener”.

Los que sintieron que el zócalo es suyo, es mío, tuyo, de todos y en los lejanos sesentas escuchamos a Aguaviva musicalizar a León Felipe denunciar: “tuya es la hacienda…/ la casa, el caballo y la pistola…/ Mía es la voz antigua de la tierra./ Tú te quedas con todo/ y me dejas desnudo y errante por el mundo…/ mas yo te dejo mudo… ¡mudo!…/ ¿Y cómo vas a recoger el trigo /y a alimentar el fuego/ si yo me llevo la canción?”.

Los que durante años fueron a marchas y este sábado, en la número 63, acudieron y lo gritaron, cuando hace quinquenios tenían que guardar silencio. Y recordaron la versión de Paco Ibáñez del francés George Brassens: “En mi pueblo sin pretensión/ Tengo mala reputación,/ Haga lo que haga es igual/ Todo lo consideran mal,/ Yo no pienso pues hacer ningún daño/ Queriendo vivir fuera del rebaño”.

Ahí estuvieron los que durante años vivieron fuera del rebaño y que hoy perdieron el miedo a decir: “soy comunista, soy socialista, soy humanista, soy de izquierda.

Sí, el sábado fue día de fiesta.

Y los que mantuvieron silencio durante décadas ahora hablaron.

Sí, hubo un pacto entre un pueblo y un movimiento.

Y hubo muchos recuerdos y muchas esperanzas por venir.

Dice el filósofo del metro: En el zócalo se selló un pacto con una lluvia tímida como testigo.

Tianguis

El expresidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos, anunció este domingo su decisión de no inscribirse en el proceso electivo al que convocó el Frente Amplio por México. En su carta señala que “el método hace extremadamente difícil el éxito en la participación de perfiles ciudadanos sin militancia partidista y que no cuenten con cargos públicos previos”.  También indica que “en el método debieron introducirse mecanismos de acción afirmativa en favor de las personas ajenas a los partidos y los encargos políticos, poniendo un piso parejo que induzca la participación de los ciudadanos, hasta las últimas etapas del proceso”. La renuncia y los señalamientos no son cualquier cosa, pues se trata del personaje que, junto con Claudio X. González, fue el promotor de la unión de los tres partidos de oposición. También, reiteró, fue el primer mexicano que comenzó una campaña con miras a la presidencia de la república en 2024. Todo parece indicar que los dados comienzan a enfilarse hacia una sola persona, Xóchitl Gálvez… El viernes, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que el jueves se abrió la válvula del ducto de petróleo crudo para iniciar el proceso de carga de la nueva Refinería Olmeca, ubicada en Paraíso, Tabasco, por lo que estimó que en una primera etapa podrá producir de 80 a 100 mil barriles por día y para principios del año próximo ya va a estar procesando 340 mil barriles diarios de crudo. La secretaria de Energía, Roció Nahle (quien por cierto fue una de las que se llevó más aplausos en el evento del zócalo en sábado) confirmó la noticia y es muy probable que en poco tiempo haya buenas noticias con respecto a la producción de productos derivados del petróleo, con miras a la soberanía energética, por la que muchos mexicanos votaron en 2018…  La semana pasada, la Secretaría de Economía informó que los Gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá concluyeron con éxito la Segunda reunión del Consejo Laboral y sesión pública del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). El Consejo Laboral del T-MEC llevó a cabo su segunda reunión los días 28 y 29 de junio de 2023 en México, de conformidad con el artículo 23.14 del Capítulo 23 Laboral del tratado. Participaron representantes de alto nivel de los ministerios de comercio y trabajo de los tres países para abordar diversos asuntos dentro del ámbito de aplicación del Capítulo Laboral. La reunión del Consejo fue presidida por el Gobierno de México a través de la Secretaría de Economía y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social…. La secretaría de Turismo informó el domingo que la recuperación nacional avanza firmemente. En los primeros cinco meses del año, un total de 25 millones 284 mil viajeros fueron transportados en vuelos nacionales, cifra 17.8 por ciento superior a los reportados en el mismo lapso de 2022 y 19.9 por ciento más alta con respecto a lo reportado en igual periodo de 2019, reveló la Secretaría de Turismo (Sectur). La explicó que, en el periodo de referencia, también se transportaron 23 millones 404 mil pasajeros en vuelos internacionales, cifra 16.3 por ciento superior si se compara con 2022, y 10.6 por ciento más alta contra 2019. Según la Sectur, en vuelos nacionales, las aerolíneas que presentaron mayor actividad fueron Volaris y Viva Aerobus, que transportaron en conjunto 18 millones 41 mil pasajeros, cantidad que supera en 15.6 por ciento lo registrado en entre enero y mayo de 2022 y también en 70.7 por ciento en comparación con lo reportado en el mismo lapso de 2019… Miler Lite y Heineken México anunciaron una iniciativa para crear conciencia sobre el impacto ambiental de los eventos masivos y fomentar, Concretamente fomentaron la reutilización del distintivo vaso temático en el evento Miller Lite Grill Together que se realizó el sábado en el Parque Fundidora de Monterrey; donde este año se compromete con la sustentabilidad y economía circular por medio de la reducción del plástico de un solo uso a través de la iniciativa “Un Vaso a la Vez”.

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