El adiós de Andrés Manuel López Obrador
Como el huracán político que siempre ha sido, Andrés Manuel López Obrador dice “adiós” a la presidencia de México y al pueblo que gobernó. Promete que se va y a muchos deja tristes y agradecidos. Porque hereda un país distinto. Transformado, claro está. Hay mandatos que se olvidan por su mediocridad, el de AMLO va a permanecer en la historia y el futuro inmediato. Sobre todo, entre los menos favorecidos durante muchísimos años y que hoy tienen a quién reconocer. Los que parecen vivir un sueño y no quieren despertar.
Con la llamada clase media, no la baja sino a los que se identifica de ricos, los menos, seguro quieren que termine la pesadilla, lo que parece no va a suceder en por lo menos un sexenio más. La República se encuentra muy agitada por una reforma judicial que quita privilegios gozados durante décadas a integrantes de una Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que ahora, en el ocaso sexenal son víctimas de una determinación acelerada por un Poder Legislativo, mayoritariamente morenista que arrasa con lo que queda de negativo del modelo neoliberal.
Aunque falta mucho que cambiar y ante el temor del inicio de una nueva dictadura de partido con Morena, quizás más perfecta que la del PRI que dominó casi todo el siglo pasado, se puede decir, sin equivocación, que esto apenas empieza.
Por lo pronto, el de Macuspana se va, entre bloqueos a edificios legislativos, paros de trabajadores del Poder Judicial, transporte caótico, marchas y mítines, a favor y en contra de un gobierno que a partir de octubre quedará a disposición de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, la científica que ganó la elección ciudadana del pasado 5 de junio de manera aplastante a una oposición que sigue debilitándose.
El primero de septiembre, el presidente cumplió con el deber de presentar su sexto Informe de Gobierno. Con actitud triunfalista presumió de sus logros frente a una multitud que llenó el Zócalo capitalino. En el ánimo nacional queda la huella de su fracaso en el combate a la inseguridad que como cáncer se ha extendido a todas partes, a pesar de las cifras que la mayoría, sabe –porque lo padece– que están maquilladas. El otro flagelo es la corrupción que se enquistó en el gabinete morenista con SEGALMEX en el mejor ejemplo. Hay que sumar la impunidad que es consecuencia de una fallida fiscalía general de la República y la promesa incumplida en el caso Ayotzinapa.
Desde Palacio Nacional, el PEJE rindió homenaje a los migrantes mexicanos que con el envío de sus divisas ayudan a la economía nacional. Y en una de sus penúltimas “mañaneras” fue ovacionado por los asistentes convocados a un encuentro de periodistas independientes, evento en el que no faltaron los ataques a los famosos comunicadores tradicionales que durante su mando tampoco dejaron de criticarlo.
En esas conferencias matutinas a las que casi nunca faltó y en ocasiones rebasó las tres horas, AMLO demostró hasta el último momento que la Reforma Judicial será aprobada con cambios al texto original por el Poder Legislativo.
El gabinete de Claudia
A escasos días de que tome protesta como presidenta de México, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo ha nombrado a casi la totalidad del equipo que la acompañará en su administración. De entrada, cumple con la paridad de género, abundan las mujeres y funcionarios que todavía están con Andrés Manuel López Obrador. También liderazgos de Morena. En semanas recientes dio a conocer más colaboradores:
Igual que con la Comisión Federal de Electricidad, la presidenta Claudia decidió que un científico, como ella, llegue a la dirección de Petróleos Mexicanos (PEMEX). Se trata del físico y economista Víctor Rodríguez Padilla. El especialista y estratega en temas energéticos substituye al tabasqueño Octavio Romero Oropeza, quien hizo lo que pudo para que no se hundiera más la paraestatal más importante del país.
Con estudios en la Universidad de Grenoble, Francia, se pinta sólo al considerar que “el desconocimiento del sector, el voluntarismo extremo, las metas irrealistas, los apretados tiempos políticos, la falta de planeación y la tendencia autoritaria, han propiciado malas prácticas petroleras, encarecimiento de los proyectos, incumplimiento de normativas, así como dislates y desvaríos. Son innegables los aciertos, pero también los vacíos, errores y contradicciones”.
Experto en concesiones petroleras en país en desarrollo, el científico y próximo funcionario del gabinete 2024-2030 tiene el visto bueno de un sector empresarial mexicano ansioso de participar en la actividad petrolera, lo que llamada la atención en lo que será una administración de izquierda. Desde ahora hay industriales que pretenden contratos con PEMEX empresa que está urgida de una verdadera transformación como en otros sectores que durante el actual gobierno arrancaron con ventaja sobre todo en el rubro de las comunicaciones.
Amigo del actual secretario de Hacienda, que repite con Claudia Sheinbaum, el virtual directivo ha dicho que “en lugar de invertir en reservas que pueden quedar varadas en el subsuelo por razones de colapso climático, debe redirigirse el esfuerzo hacia los sistemas energéticos del futuro”. También que “sin planeación y un equipo de dirección altamente capacitado y experimentado, los proyectos tienden al fracaso y los recursos públicos se malgastan”, según adelantó el columnista de Milenio, y colega, J. Jesús Rangel M.
Otro nombramiento que se esperaba con ansia era el de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a cargo del polémico Manuel Bartlett Díaz. Sí, el mismo que fue protagonista relevante del fraude electoral a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, el hijo del general que sucumbió de esa forma con Carlos Salinas de Gortari, el culpable principal de los males mayores de casi todos los mexicanos.
Contra lo que se esperaba a la CFE no llegó otro político, sino la ingeniera Emilia Esther Calleja Alor, la primera mujer en ocupar ese puesto, con el agregado de que sí conoce del tema, que lleva 21 años de experiencia en la empresa y que durante ese tiempo se ha ganado el reconocimiento de sus compañeros, al desempeñar desde los cargos más bajos hasta la dirección general de la Empresa Productiva Subsidiaria CFE Generación I.
La ingeniera en electrónica sabe de todo el proceso de generación eléctrica, los análisis y fallas de este; lo que tiene que ver con instalación, configuración y puesta en servicios: sistemas de gestión ambiental, administración de recursos humanos, materiales y financieros. Su compromiso es continuar con el rescate de la CFE, profundizar desde su ámbito la soberanía energética, fortalecer el 54 por ciento la participación estatal en la generación de electricidad y, de esta forma, continuar con el legado que deja López Obrador.
Contrario a los casos anteriores, al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), la presidenta optó por un político, exlíder partidista con carrera legislativa y administrativa acostumbrado a entregar buenos no resultados, pero opacado por un antecedente de corrupción y amigo de René Bejarano, el “señor de las ligas” al que videograbaron recibiendo billetes del empresario argentino Carlos Ahumada.
Se trata de Martí Batres Guadarrama, el actual jefe de Gobierno que reemplazó a Claudia Sheinbaum Pardo en esa función. Fue secretario de Desarrollo Social en lo que fue el Distrito Federal y líder de Morena en la Ciudad de México. Diputado dos veces y senador por la capital.
Inmerso en la política desde muy joven, Batres militó en el viejo Partido Comunista Mexicano (PCM) –su nombre de pila obedece a la admiración de sus padres a José Partí y el de su hermana, la ministra Lenia Batres, por Lenin– participó en las fundaciones del Partido Socialista Unificado de México, del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) del que fue primer dirigente.
Compañero de viejos maestros –algunos ya fallecidos—como Iván García Solís, Arnoldo Martínez Verdugo, Heberto Castillo y Raúl Jardón; de Pablo Gómez y Joel Ortega. Fue líder estudiantil de la preparatoria 7, miembro del Consejo Estudiantil Universitario (CEU) de la UNAM y de organizaciones sociales entre las que se encuentra la Unión Popular Nueva Tenochtitlán.
En el gobierno capitalino colaboro con Andrés Manuel López Obrador, luego con Marcelo Ebrard hasta que criticó que éste saludara de mano al entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Brillante La trayectoria de Batres. Aunque no se olvida el escándalo que protagonizó hace tiempo con la distribución de leche contaminada con heces fecales a los habitantes de la gran ciudad de México. Fue a finales del siglo pasado, en 1999, cuando el próximo director del ISSSTE, se distinguió por encabezar el reparto del lácteo, que no era leche sino soya, contaminado, lo que denunció la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y confirmó la Secretaría de Salud-
El reparto se había iniciado seis meses antes del 5 de febrero, fecha conmemorativa de la Constitución mexicana. “Betty” se llamaba la leche que en recipientes de plástico y cartón se distribuía en 5 delegaciones a cambio de la credencial de elector, copias de actas de nacimiento de familiares del beneficiado y la firma o huella en documento de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF). El rico líquido en heces fecales, decían que era leche de vaca, llegaba a la población solicitante con el patrocinio de la Unión de Abasto Popular y el Frente Amplio de Acción Social. Ambas organizaciones identificadas con el PRD. Los beneficiados obtenían 5 litros cada tercer día por 12.50 pesos. Niños y ancianos empezaron a enfermarse. Junto con diputados perredistas Batres invitaba a la población sumarse al programa sin hacer caso a las denuncias y hasta se atrevió a beber el “delicioso” producto en público cuando la Profeco recomendaba que no debía ser consumida por seres humanos.
El descuido de los perredistas fue aprovechado por el salinismo y no dejaron de salir las notas de “mala leche”. Como recién sucedió con el mismo Batres en su calidad de jefe de Gobierno al publicar en La Gaceta Oficial un decreto que modificó a la Constitución de la CDMX en materia de propiedad privada, pública y social.
La embestida ya se veía venir. Desde antes de los comicios de junio se decía que el gobierno iba a desaparecer la propiedad privada, que a los capitalinos se les iba a despojar de su casa. “No compren vivienda”, se alertaba a través de la campaña en contra de AMLO y de Batres.
El funcionario morenista tuvo que aclarar que la reforma a la Constitución local no modifica el régimen de propiedad en la CDMX y que fue votada a favor por todos los partidos políticos. El caso es que el futuro director del ISSSTE tardó mucho en reaccionar y si eso pasa con los burócratas, sobre todo en materia de salud, el segundo piso de la Cuarta Transformación no será lo que millones de trabajadores y sus familias esperan.