Regreso del Buque Escuela Cuauhtémoc reafirma la formación naval y la diplomacia marítima de México
Acapulco, Gro.— Más allá del arribo a su puerto base, el regreso del Buque Escuela Cuauhtémoc a Acapulco simboliza la culminación de un proceso formativo y diplomático que fortalece la vocación marítima de México y proyecta su identidad naval en escenarios internacionales.
El emblemático velero de la Armada de México zarpó el pasado 6 de abril en un crucero de instrucción especial, enmarcado en la conmemoración de los 200 Años de la Consolidación de la Independencia en el Mar. Durante meses de navegación, el llamado “Embajador y Caballero de los Mares” se convirtió en un aula flotante donde la disciplina, el liderazgo y el trabajo en equipo fueron puestos a prueba en condiciones reales de mar.
La travesía incluyó escalas estratégicas en puertos internacionales como Kingston, Jamaica; La Habana, Cuba, y Nueva York, Estados Unidos, además de recalar en destinos nacionales clave como Progreso, Cozumel y Veracruz. En su ruta de retorno, el cruce por el Canal de Panamá representó uno de los momentos técnicos y simbólicos más relevantes del viaje, al conectar dos océanos y reafirmar la presencia mexicana en una de las vías marítimas más importantes del mundo.
A bordo viajaron 277 elementos de la Armada de México, entre dotación y cadetes, quienes complementaron su preparación académica con la experiencia directa de la navegación a vela y el aprendizaje de técnicas tradicionales como la navegación astronómica, sello distintivo del Cuauhtémoc. Con más de 43 generaciones formadas en sus cubiertas, el buque se mantiene como uno de los pilares en la preparación de almirantes, capitanes, oficiales y personal naval.
Regreso del Buque Escuela Cuauhtémoc reafirma la formación naval y la diplomacia marítima de México
El recibimiento oficial en el puerto de Acapulco estuvo encabezado por el almirante Carlos Eduardo L’esglise Escamilla, comandante de la Octava Región Naval, acompañado de autoridades navales, quienes reconocieron el esfuerzo y la entrega de la tripulación durante el crucero.
Por su parte, el secretario de Marina, almirante Raymundo Pedro Morales, subrayó que el buque no solo cumplió una misión de adiestramiento, sino que también llevó a cada puerto el mensaje de paz, cooperación y buena voluntad del pueblo mexicano, consolidando al Cuauhtémoc como un instrumento de diplomacia naval.
El regreso del velero marca el cierre de una etapa intensa de aprendizaje para los cadetes, quienes regresan con experiencias que fortalecen su carácter y reafirman valores como la disciplina, la humildad y el compromiso con México. Así, el Cuauhtémoc vuelve a Acapulco no solo con velas plegadas, sino con una tripulación más preparada para asumir la responsabilidad de salvaguardar los mares y representar al país con honor en cualquier latitud.
