El Papa León XIV invita a la comunidad católica en Turquía a redescubrir la esencia de la fe
En la Catedral del Espíritu Santo, ubicada en el centro de Estambul, el Papa León XIV dirigió una amplia reflexión a obispos, sacerdotes, religiosos y agentes de pastoral. Ante una comunidad minoritaria pero activa, el Pontífice recordó la profunda conexión entre Turquía y los orígenes de la fe cristiana, así como los desafíos que hoy afrontan las pequeñas Iglesias.
Turquía, cruce de la historia bíblica
El Papa evocó la relevancia espiritual de estas tierras, donde convergen el Antiguo y el Nuevo Testamento y donde tuvieron lugar episodios fundamentales de la historia de la salvación. Desde la partida de Abraham en Jarán hasta la predicación de los apóstoles en Anatolia, pasando por las comunidades fundadas por san Pablo y los últimos años del apóstol Juan en Éfeso, León XIV destacó que la tradición cristiana está profundamente enraizada en este territorio.
“Son herederos de esta historia milenaria”, señaló, invitando a la comunidad local a custodiar la semilla de la fe recibida de los Patriarcas, los Apóstoles y los Padres de la Iglesia.
Patrimonio bizantino y presencia de las Iglesias orientales
Otro punto importante de su mensaje fue la referencia al legado bizantino y al rol del Patriarcado Ecuménico, al que calificó como una referencia imprescindible para el mundo ortodoxo y para la convivencia entre distintas tradiciones cristianas presentes en Turquía.
La fuerza de la pequeñez
Consciente de la realidad minoritaria de los católicos en el país, el Papa insistió en la “lógica de la pequeñez” como clave evangélica. Recordó que el valor de la Iglesia no depende del número, la influencia o los recursos, sino de su fidelidad a Cristo y de su apertura a la acción del Espíritu.
“No teman, pequeño rebaño”, expresó, alentando a una esperanza activa. Subrayó también el crecimiento del interés por la fe entre jóvenes y el compromiso pastoral de las comunidades locales.
Tres prioridades pastorales
León XIV enumeró tres ejes que considera estratégicos para la Iglesia en Turquía:
Diálogo ecuménico e interreligioso, imprescindible en un país que une culturas y tradiciones.
Transmisión de la fe, especialmente significativa en un contexto donde los cristianos son minoría.
Atención a migrantes y refugiados, en un territorio convertido en paso obligado de crisis humanitarias globales.
En este marco, pidió a los misioneros y agentes pastorales asumir con convicción el camino de la inculturación: aprender la lengua, comprender los usos culturales y compartir la vida del pueblo al que sirven.
A la luz del Concilio de Nicea
Con motivo del aniversario del Concilio de Nicea (325), el Papa articuló tres desafíos contemporáneos inspirados en aquel acontecimiento:
- Volver a lo esencial de la fe
Invitó a redescubrir el Credo niceno como brújula espiritual y criterio de discernimiento, insistiendo en la pregunta fundamental: ¿Quién es Jesús para nosotros?
- Reconocer a Cristo como Dios vivo
Alertó sobre una especie de “arrianismo moderno”, que reduce a Jesús a un personaje inspirador o un maestro moral. Reafirmó que Cristo no es figura del pasado, sino el Dios vivo que guía la historia.
- Desarrollar la doctrina sin alterar la fe
Recordó que la Iglesia tiene la responsabilidad de comunicar el Evangelio con categorías comprensibles para cada época. Mencionó a san John Henry Newman como ejemplo del desarrollo doctrinal que brota de la misma fe, sin modificar su esencia.
Gratitud y memoria
El Pontífice agradeció el trabajo de organizaciones como Cáritas Internationalis y Kirche in Not, especialmente por su apoyo tras el terremoto de 2023.
También evocó al “Papa Bueno”, san Juan XXIII, quien sirvió en Turquía como delegado apostólico y mantuvo un profundo cariño por su pueblo. Sus recuerdos del Bósforo, señaló León XIV, siguen siendo un estímulo para vivir la misión con pasión, humildad y alegría.
Una Iglesia pequeña, pero fecunda
Finalmente, el Papa confió a la comunidad a la protección de María, la Theotokos, y los animó a vivir con esperanza y valentía su vocación. Aunque minoritaria, dijo, la Iglesia en Turquía es como levadura: discreta, pero capaz de transformar, portadora de luz en medio de un mundo diverso y exigente.
