Reconstrucción comunitaria y resiliencia en marcha tras el paso del huracán Erick
Oaxaca y Guerrero, 23 de junio de 2025 — A una semana del paso del huracán Erick, comunidades de Oaxaca y Guerrero se encuentran en una intensa etapa de recuperación, donde más allá de la emergencia, comienza a gestarse un proceso de reconstrucción basado en la participación de la población, el respaldo interinstitucional y la resiliencia social.
En zonas como Cuajinicuilapa, Ometepec, Pinotepa Nacional o Juchitán de Zaragoza, la devastación dejó huella en techos, caminos, escuelas y viviendas, pero también en la vida cotidiana de miles de personas. Sin embargo, el trabajo conjunto entre dependencias federales, estatales y municipales, así como la colaboración de la propia ciudadanía, ha permitido avances sustanciales en tiempo récord.
Comunidades que se levantan desde la base
Vecinas y vecinos de comunidades como La Palma del Coyul, en Oaxaca, o San Nicolás, en Guerrero, se han sumado a las brigadas de limpieza, retiro de escombros y rehabilitación de espacios. “Estamos limpiando la calle entre todos porque sabemos que nadie más que nosotros puede sacar adelante nuestro pueblo”, comentó Ana María Ramírez, habitante de Minindaca, quien participa diariamente en las labores comunitarias.
Estas acciones son respaldadas por el Plan DN-III-E y el Plan Marina en fase de recuperación, los cuales han desplegado a más de 27 mil efectivos de las Fuerzas Armadas en tareas humanitarias. Además, la Cruz Roja Mexicana, el Sistema DIF y diversas dependencias estatales han aportado recursos alimentarios, insumos de salud y agua potable.
Educación y salud como prioridades
Uno de los enfoques más sensibles de la atención ha sido la infraestructura educativa. En Oaxaca, 171 planteles están siendo evaluados por daños estructurales, mientras que en Guerrero el número asciende a 114. La Secretaría de Educación Pública y gobiernos locales ya trabajan en la verificación y futura rehabilitación de estas escuelas, conscientes de que el regreso seguro a clases es clave para la normalidad.
En salud, brigadas estatales y federales han intensificado acciones preventivas para evitar brotes epidemiológicos. En Cuajinicuilapa, se instaló una unidad médica móvil que atiende a decenas de personas al día, mientras que en Juchitán y Pinotepa se han iniciado nebulizaciones contra vectores.
Reconectar y reconstruir: agua, luz y caminos
En el plano de servicios estratégicos, el restablecimiento de la electricidad ha sido casi total en ambas entidades, según reportes de la CFE. No obstante, el reto permanece en el sector de telecomunicaciones, donde aún falta por restaurar un 44% del servicio en Guerrero. El acceso al agua potable, prioritario para la salud pública, ha sido abordado mediante pipas, plantas potabilizadoras y camiones cisterna que diariamente recorren las zonas rurales más aisladas.
Reconstrucción comunitaria y resiliencia en marcha tras el paso del huracán Erick
Por su parte, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) ha logrado reabrir más de mil 400 kilómetros de vías, y mantiene brigadas en caminos rurales, donde aún se registran cortes y derrumbes. En tramos estratégicos como la carretera Acapulco-Zihuatanejo se han establecido rutas alternas para garantizar la movilidad.
Solidaridad como motor de recuperación
El huracán Erick no solo dejó afectaciones materiales; también puso a prueba la capacidad de organización y resistencia de las comunidades. La entrega de más de 16 mil despensas entre Semar, Defensa y la Cruz Roja es apenas una parte de una red de apoyos que se distribuye bajo esquemas coordinados y priorizando a los más vulnerables.
“Las instituciones están presentes, pero sobre todo es la gente la que no se deja caer. Esta es una reconstrucción que empieza por la solidaridad”, señaló un elemento del Ejército Mexicano durante un recorrido en Santa María Cortijo, Oaxaca.
La CNPC mantiene un Puesto de Comando en Guerrero y continúa con los censos en viviendas, escuelas y caminos. Se espera que en los próximos días comiencen programas de reparación y apoyo económico directo a las familias afectadas.
El proceso será largo, pero en Oaxaca y Guerrero ya hay señales de esperanza: el ruido de una retroexcavadora removiendo lodo, los niños regresando a sus patios escolares, las ollas humeantes de una cocina comunitaria. El paso del huracán Erick fue devastador, pero también ha sido un llamado a la organización, la empatía y la reconstrucción con dignidad.
