El último adiós al Papa Francisco: un rito íntimo en Santa Marta marca el inicio de la Sede Vacante
En un acto solemne cargado de simbolismo y recogimiento, el cuerpo del Papa Francisco fue colocado esta tarde en el féretro durante el rito de constatación de su muerte, realizado a las 20:00 horas en la capilla de la planta baja de la Casa Santa Marta, el lugar que eligió como residencia en lugar del tradicional Palacio Apostólico.
El rito, presidido por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo de la Santa Iglesia Romana, marca oficialmente el inicio de la Sede Vacante, el periodo que se abre tras la muerte de un pontífice. Durante la ceremonia, que duró poco menos de una hora, se dio lectura a la constatación formal del fallecimiento del Papa Francisco, quien partió hoy, dejando una profunda huella en la historia de la Iglesia Católica y en el corazón de millones de fieles en todo el mundo.
Como parte del protocolo, esta misma tarde fueron precintados el apartamento papal del tercer piso del Palacio Apostólico y también el de la segunda planta de la Casa Santa Marta, donde vivía el pontífice argentino desde su elección en 2013. La decisión de permanecer en Santa Marta, cercana a la vida cotidiana del Vaticano, fue reflejo de su estilo pastoral: humilde, cercano y profundamente humano.
El último adiós al Papa Francisco: un rito íntimo en Santa Marta marca el inicio de la Sede Vacante
Desde tempranas horas, colaboradores cercanos y miembros del entorno vaticano han tenido acceso para despedirse de Francisco, en un ambiente de profundo respeto y emoción contenida. El silencio que ha acompañado la jornada en los pasillos del Vaticano es testimonio del vacío que deja su figura.
Para mañana está prevista la primera congregación general del Colegio Cardenalicio. Durante este encuentro se podría determinar la fecha del funeral y, posteriormente, se iniciarán las deliberaciones que conducirán al próximo cónclave, en el que se elegirá al sucesor de Francisco.
El mundo observa ahora con atención y recogimiento este momento histórico, mientras la Iglesia Católica honra la memoria de un Papa que desafió las formalidades con gestos de compasión y transformó el papado con un mensaje constante de justicia social, misericordia y esperanza.
