ORACIÓN ¡Amemos la libertad!
¡NO PERMITAMOS SER SOMETIDOS A NINGUNA FORMA DE ESCLAVITUD!
¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!
Padre Santísimo: En medio de esta bendición celestial de la lluvia de madrugada, te saludamos con el despertar gozoso de toda tu creación.
Estando en tu Santísima presencia, te confesamos que anhelamos vivir en su máxima expresión EL BENDITO DON DE LA LIBERTAD DE TUS HIJOS, que nos sentimos afortunados por tener la dicha de hacer que vuele nuestro espíritu a tu divina presencia, se llene de tu divina energía, salga muy fortalecido y con esas ansias divinas nos lancemos a la conquista de todo lo sublime, lo excelso y lo extraordinario, porque para ello nos has llamado a la existencia.
Tú, Padre Santísimo, no nos enviaste a este mundo sin una misión que cumplir y sin un propósito que realizar. Tú, que nada te hace falta, nos enviaste para que realicemos una tarea muy especial y de ello estamos muy convencidos, porque somos parte vital de tus planes divinos.
Nos dotaste de una privilegiada inteligencia y con una consciencia muy clara y precisa a fin de vivir en plena libertad, pero siempre con alto sentido de responsabilidad.
Es verdad que el pecado del Edén nos debilitó, pero no anuló estas dos facultades de nuestra alma
Es por ello que enviaste a tu hijo amado, quien nos enseñó a vivir en libertad y mantenernos firmes y no permitir ser sometidos a ningún yugo de esclavitud, porque somos muy propensos a vivir bajo la ley del menor esfuerzo y hasta capaces de vivir como viles limosneros con tal de no poner a trabajar nuestra inteligencia, por tener debilitada nuestra voluntad.
Cristo es el Señor que se nos ha manifestado y nos ha dado la unción del Espíritu Santo y donde está el Espíritu, allí está el Señor y allí hay libertad.
Padre Santísimo: hoy estamos refrendando ante tu presencia nuestro compromiso de vivir siendo portadores del Espíritu Santo y así vivir gozando de nuestra bendita libertad, edificando con nuestro trabajo y ejemplo un mundo mejor y testificando la excelencia de vivir como seres fuera de lo común.
En el nombre de tu hijo amado, Cristo nuestro Salvador, ¡arrojamos de nuestro interior toda fuerza enemiga que obstruye e impide la plena realización de tus divinos propósitos que en nosotros has puesto, para gloria de tu nombre!
En nombre de tu hijo amado, Cristo nuestro redentor, te recordamos, Padre Santísimo, que ordenamos que nos veamos libres de toda maldición que pese sobre nosotros, porque a precio de la Sangre de tu hijo, hemos sido rescatados y ya no tenemos porqué sufrir las consecuencias de ellas.
¡Ya no tenemos ningún adeudo contigo!
Es por ello que reclamamos ser tratados y bendecidos con la abundancia de tu generosidad, porque somos hijos tuyos y exigimos que todas las puertas que hasta hoy están cerradas, en el nombre de Cristo, tu hijo bendito, sean abiertas de par en par. Y esto que te pedimos es extensivo apara todos nuestros hermanos y amigos.
Todo espíritu de enfermedad, de maldad, de envidia, de odio y de rencor exigimos salga de nosotros, porque este es el día de nuestra bendita liberación, de nuestro encuentro contigo y de nuestra comunión con todo lo divino, lo espiritual y lo celestial.
Hoy aunque estemos en la tierra, nuestra mente es la misma mente de Cristo y nuestro auxilio nos viene de ti, Padre Santísimo.
Padre Santísimo: ¡Gracias por permitirnos ser libres, para poder ver y disfrutar de nuestras batallas diarias, pero con la certeza de ser más que vencedores en Cristo! Amén. P. Cosme Andrade Sánchez+