ORACIÓN: La voz del señor exige una respuesta rápida
¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!
Padre Santísimo: despertamos de nuestro sueño, porque en nuestro interior oímos la voz de tu hijo amado, quien nos llamó a seguirle. Te presentamos nuestro saludo matinal porque nos sentimos seleccionados por tu hijo amado para algo que él nos tiene reservado… ¡una comisión nos va a encomendar!
Esa es la razón de nuestro despertar para estar tu mirada paternal, porque queremos que tú mismo, seas honrado con ese divino designio que se nos acaba de dar:
Ser pescadores de hombres y mujeres a fin de que sean quienes formen parte de esa multitud que se preparará para vivir atestiguando con su vida de luz, de esperanza y de amor, todo aquello que en el Nombre de tu hijo amado se logra para glorificarte, oh Padre Santísimo.
¡La mirada irresistible y la voz omnipotente de Cristo no se puede objetar!
Tiene un encanto celestial que nos hace seguirle de inmediato y sin pensarlo sin que nos importe en lo mínimo qué dejamos, a qué y a quién renuciamos, porque cuando él elige.
La voz del señor exige una respuesta rápida
¡No se puede oponer resistencia ni objeción, tal como sucedió a sus primeros cuatro apóstoles: “Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en una barca remendando las redes. Jesús los llamó y dejaron enseguida la barca y a su padre para seguirlo.” (San Juan 4: 21-22).
Cuando el Señor fija su mirada en alguien y lo invita a seguirle, la respuesta auténtica y decidida es abandonarlo todo, renunciar a todo e incursionar a una nueva forma de vivir con un apasionamiento propio de quien se enamora y no hace más que seguir los impulsos divinos.
Padre Santísimo: Te damos las más cumplidas gracias porque enviaste a tu hijo amado, quien para poder llevar a cabo su plan salvador, se hizo semejante a nosotros en todo, excepto en el pecado.
Te agradecemos porque al encarnarse, se presentó de manera muy natural a fin de revestirnos con lo sobrenatural, con lo divino, con lo excelso, con la grandioso y con lo fuera de serie. ¡Nos hizo entrar en la esfera de los agraciados, de los seres maravillosos, de los hijos que pueden reclamar su herencia y exigir ser empoderados para ser siempre soldados que saben luchar, porque tienen la certeza de que a ellos pertenece la victoria!
Padre Santísimo: Te agradecemos porque la naturaleza humana de Cristo nos habla del cómo también nosotros podemos ejercer sobre ella el autocontrol
“Porque tú, no nos diste espíritu de temor, sino de poder, de amor y de dominio propio.” (2ª. Timoteo 2:7-9). Si Cristo, tu hijo amado, ejerció total autocontrol de sí mismo, también nosotros tenemos el mismo poder, a fin de demostrarte a ti, mismo, Padre Santísimo, cómo podemos ser seres de luz, de poder, de amor, de dominio propio para poder demostrar a los grandes de este mundo, que, “fortalecidos en Cristo, ¡nada nos es imposible!”
Te agradecemos porque Cristo, nos dio ejemplo de usar el poder de nuestra lengua y someter todo lo malo a fin de que todo redunde en bien nuestro y de tod-a nuestra comunidad.
Agradecemos porque siendo discípulos de Cristo, revestidos de gran poder vamos a someter todo el poder tenebroso a la luz admirable, haciendo que, nosotros y ellos, “Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben a su Padre que está en los cielos.” (San Mateo 5: 16). Padre: ¡Bendito seas, tú que inundas el universo oscuro con Tu Luz maravillosa! Amén. P. Cosme Andrade Sánchez+