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ORACIÓN: ¿Acaso hay algo que pueda separarnos del amor de Cristo?” (Romanos 8: 35)

ORACIÓN: ¿Acaso hay algo que pueda separarnos del amor de Cristo?” (Romanos 8: 35)

ORACIÓN: ¿Acaso hay algo que pueda separarnos del amor de Cristo?” (Romanos 8: 35)

ORACIÓN: ¿Acaso hay algo que pueda separarnos del amor de Cristo?”, (Romanos 8: 35). ¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!

En esta última semana de este año 2023, Padre Santísimo, estando en Tu presencia Te agradecemos por EL DON DE LA FE, que nos infunde certeza y, ante esta pregunta obligada, caminamos seguros hacia Ti porque vemos que Tu Amado Hijo, fue quien pagó todo adeudo que contigo teníamos.

ORACIÓN: ¿Acaso hay algo que pueda separarnos del amor de Cristo?”

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Nuestra salvación no fue gratuita, ¡fue ese Niño Divino nacido en Belén quien pagó tremenda suma! Es por ello que con gratitud Te declaramos y ante el universo confesamos: ¡NADA NI NADIE PODRÁ SEPARARNOS DEL AMOR DIVINO!
Es ese don maravilloso de la fe el que nos hace ver que, aunque estemos en la lucha diaria, nuestra salvación parece ante los ojos de los demás, que está colgada de un hilo muy frágil, pero es tan fuerte que el mismo Espíritu Santo nos infunde confianza al darnos certidumbre plena y absoluta de que, ¡NO HAY NI HABRÁ NADA NI NADIE QUE NOS APARTE DEL AMOR DE CRISTO, NUESTRO DIVINO SALVADOR, QUIEN NOS HA CONCEDIDO LA VICTORIA ANTICIPADA CON UNA CORONA INCUESTIONABLE!
“Antes, en todas estas cosas ¡SOMOS MÁS QUE VENCEDORES!, por medio de aquel que nos amó! Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos 8: 37-39).
Padre Santísimo:
¡Muchas gracias por este don divino que nos hace caminar seguros en medio de este mundo tan lleno de maldad, de miseria, de desorden, de calamidades, de muertes y de múltiples dolores!
¡Muchas gracias, Padre Bendito, porque el nacimiento de Cristo, fue un bellísimo amanecer que nos trajo ese rayo de esperanza, de salvación y de amor divino para restaurar a nuestra humanidad, que estaba inmersa en densa oscuridad, ¡donde prevalecía el poder del maligno que sembraba confusión, que nublaba la mente de muchísimos, que torcía los caminos de la rectitud, que sembraba el terror, la enfermedad, el dolor, el llanto y la miseria extrema!
Gracias, Padre Santísimo, porque, ¡nunca abandonaste a nuestra humanidad! ¡Siempre estuviste presente, por medio de los profetas que los animaban a vivir en rectitud, en santidad y en justicia! Esos benditos heraldos Tuyos, con su vida de oración, mantuvieron encendida la llama de la fe y de la esperanza hasta que apareció EL DIVINO SOL DE JUSTICIA, LA LUZ DEL MUNDO, EL PAN DE VIDA, EL CAMINO LA VERDAD Y LA VIDA; EL ORIENTE DE LOS ORIENTES, EL MESÍAS DE LAS PROFECÍAS, EL HIJO DE DAVID, EL CORDERO DE DIOS, EL SIERVO DE DIOS, EL SUMO SACERDOTE, EL ÚNICO MEDIADOR, EL SANTO DE DIOS Y EL HIJO DEL DIOS VIVIENTE.
¡Gracias, Padre Bendito! En todo cuanto es y encierra la riqueza de Tu Hijo Amado, ¿qué podemos temer, quienes en Él hemos puesto toda nuestra esperanza, toda nuestra gratitud y en Él, por Él y con Él tuvimos acceso a vivir reinando en Tu reino celestial cuando venga a arrebatarnos para llevarnos con Su Padre y nuestro Padre, con Su Dios y nuestro Dios?
¡Gracias Padre compasivo y amante de nuestra humanidad! Porque gracias a ese Divino Niño, cuya gloria inmensa cubrió toda la tierra, cuya luz inundó a todo el universo, cuya salvación es universal y cuya misericordia es eterna. Ese Niño que nos fue dado es quien lleva en sus hombros todo el adeudo de toda nuestra humanidad. A Él junto contigo, Padre Santísimo y con Tu Espíritu Santo, le rendimos gracias, honor y adoración y clamando con toda la potencia de nuestra fe convertida en gratitud, a la par que los Magos del Oriente, le decimos: ¡Lo Tuyo, de lo Tuyo, ofrecemos todo cuanto de Ti tenemos y por Ti ofrendamos!
¡Gracias, Padre Santísimo, mil gracias! ¡Nuestra vida verá el final de este año en constante gratitud e iniciaremos el Año Nuevo con renovado entusiasmo! Amén.
P. Cosme Andrade Sánchez+


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