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“SEÑOR: SI TÚ NO ESTÁS PRESENTE EN MI VIDA, ¡TERMINARÉ TURBADO, AFANADO, CANSADO, ENFERMO Y MUERTO!” 

“SEÑOR: SI TÚ NO ESTÁS PRESENTE EN MI VIDA, ¡TERMINARÉ TURBADO, AFANADO, CANSADO, ENFERMO Y MUERTO!” 

“SEÑOR: SI TÚ NO ESTÁS PRESENTE EN MI VIDA, ¡TERMINARÉ TURBADO, AFANADO, CANSADO, ENFERMO Y MUERTO!” 

“SEÑOR: SI TÚ NO ESTÁS PRESENTE EN MI VIDA. Padre Santísimo: en esta madrugada, hemos reflexionado durante este sueño en, ¡cuán importante y necesaria es Tu presencia en nosotros! Aunque estemos en guardia en Tu servicio,

los afanes de este mundo nos estresan, nos enferman, nos cansan y nos matan. Tener y gozar de Tu presencia, Padre amoroso, es tenerlo todo con sabiduría, con descanso, con confianza, con serenidad y con alegría, tal como nos lo enseña el Espíritu Santo:

“Más vale un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción de espíritu.” (Eclesiastés 4:6). Lo que Tú nos des de acuerdo a Tu divina voluntad es lo que vamos a pretender,

pero seguros de que Tu presencia nos dará descanso, gozo, felicidad, armonía, salud y bienestar. En este mundo vemos a mucha gente exitosa, pero muy estresada, nerviosa cansada, extenuada,

arrugada, calva, adolorida, enferma de todo y al borde de la muerte. Todo debido a que, aunque Te sirven con diligencia a Ti, Padre Santísimo, ¡NO SABEN APROVECHAR, DESCANSAR Y GOZAR DE TU PRESENCIA! ¡PORQUE CONFÍAN MÁS EN SUS PROPIAS FUERZAS QUE EN TU GRACIA,

QUE VALE MÁS QUE LA VIDA MISMA!  Se asemejan muchísimo a MARTA, la hermana de María y Lázaro de Betania. Marta, aunque atendía a Tu Hijo Amado con tanto esmero en prepararle los más exquisitos platillos para complacerlo y honrarlo,

¡no gozaba de la paz, de la felicidad, de la alegría, de la seguridad que emanaba de Su presencia y de Su Palabra de Vida! En cambio,

María su hermana, en vez de servirlo y de preocuparse por atenderlo como se lo merecía Tu Hijo Bendito, estaba descansando cómodamente y atenta a la Palabra de Vida que de su boca salía. María gozaba al estar conversando con Cristo,

toda despreocupada, desestresada, descansada y disfrutando de la paz que le proporcionaba su comunión tan íntima con Su Salvador Divino, quien los distinguía con su visita para darles un mensaje más amplio y más enriquecedor.

“SEÑOR: SI TÚ NO ESTÁS PRESENTE EN MI VIDA, ¡TERMINARÉ TURBADO, AFANADO, CANSADO, ENFERMO Y MUERTO!”

Marta es la que viviendo absorta en los muchos quehaceres del hogar, aunque con su trabajo honraba al Señor, no aprovechaba de Su presencia, de Su Sabiduría, de Su Amor y de Su distinción tan especial.

Es por ello que sus labores domésticas la tenían cansada, nerviosa y desesperada. Era tanta su frustración que se dirige a Cristo y le dice con mucho enojo: “

-Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude!” (San Lucas 10: 40).  La respuesta sapientísima de Cristo la calma, la tranquiliza y la hace ver que sus muchos afanes solo la perturban,

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la ponen totalmente nerviosa, la estresan y la convierten en una mujer incómoda, tóxica e insoportable, porque le falta la paz que imprime la presencia divina. Levantando la voz le dice con mucho tacto: “-Marta, Marta, estás inquieta y preocupada por muchas cosas” (San Lucas 10:41).

Y la hace comprender que solo Su Divina Presencia es necesaria para vivir en paz, en salud y en bienestar, al acentuarle: “pero solo una es necesaria.] María ha escogido la mejor Y NADIE SE LA QUITARÁ.” (San Lucas 1:42).

Padre Santísimo: ¡Muchas gracias por habernos hablado al oído y al corazón estas cosas maravillosas que tanta falta nos hacen,

tanto bien nos acarrean, tanta paz trae a nuestra alma, tanta salud, paz, bienestar y larga vida nos confieren! Ahora comprendemos cómo a Moisés Tu presencia divina hizo de él un hombre sano,

fuerte, sabio, prudente y muy capaz, porque él Te dijo: Si Tu presencia no va conmigo… ¡No cuentes conmigo! Tú, Padre Santo le aseguraste el máximo regalo al decirle:

“Mi presencia irá contigo, y ¡YO TE DARÉ DESCANSO! “(Éxodo 33:14). ¡Bendito, alabado y glorificado seas, oh, Dios de nuestros benditos padres! P. Cosme Andrade Sánchez+


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