Uno de los mayores hackers revela los secretos de los ciberataques
La Chispa te cuenta lo que pasa en el mundo pues “Tank”, uno de los mayores hackers revela los secretos de los ciberataques. Vyacheslav Penchukov, conocido como Tank, se convirtió en líder de la banda Jabber Zeus. Su influencia se basaba en contactos clave y un carisma que le permitió evadir la ley durante años. Pasó casi una década en la lista de los más buscados del FBI, liderando dos bandas distintas en momentos diferentes. Sus ataques afectaron a miles de víctimas en todo el mundo, con robos que superaron millones de dólares, y su historia se vincula a hechos recientes.
La evolución del cibercrimen y el ransomware
Tank describe cómo la transición del robo de cuentas simples al ransomware marcó un cambio en la industria criminal. A finales de la década de 2000, él y Jabber Zeus robaron dinero de pequeñas empresas y organizaciones benéficas. Más tarde, se unió a grupos como Maze, Egregor y Conti, apuntando a hospitales y corporaciones internacionales. Según Penchukov, estas comunidades de hackers siguen una “mentalidad de rebaño”, buscando ganancias millonarias sin considerar a las víctimas.

Vida en prisión y aprendizaje constante
Englewood, prisión de baja seguridad en Colorado, le permitió a Tank estudiar y aprender idiomas. Según cuenta, pasa el tiempo practicando deportes y obteniendo diplomas de bachillerato, manteniendo un enfoque sorprendentemente productivo pese a estar encarcelado.
Contactos, traiciones y la captura de Penchukov
El hacker revela que su arresto en Suiza en 2022 fue resultado de años de seguimiento internacional. Su captura involucró francotiradores y procedimientos extremos que, según él, fueron excesivos. Sin embargo, este evento refleja la complejidad de detener a hackers de alto nivel y las traiciones dentro de su red, incluida la ruptura con Maksim Yakubets de Evil Corp.

Impacto de sus acciones en víctimas reales
Aunque se reformó parcialmente, las consecuencias de sus ciberataques afectaron a negocios familiares como Lieber’s Luggage, en Nuevo México, y a hospitales en Estados Unidos. Tank admite que rara vez consideró el daño a terceros, aunque reconoce ciertos arrepentimientos limitados.
