Turismo religioso impulsa a la economía capitalina: microcomercios, los grandes ganadores en las fiestas guadalupanas
Las celebraciones en honor a la Virgen de Guadalupe, que alcanzan su punto más alto cada 12 de diciembre, no solo representan una de las tradiciones religiosas más importantes del país, sino también un motor económico que este año deja una huella particularmente visible en la Ciudad de México. La derrama prevista por la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco) de la capital asciende a mil 724 millones de pesos, un crecimiento de 5.9% respecto a 2024, impulsado por la llegada masiva de peregrinos y el repunte del comercio popular.
A diferencia de otros periodos festivos, las fiestas guadalupanas activan una red económica que se centra en los barrios y colonias cercanas al Tepeyac. En estas zonas, los negocios de alimentos preparados, venta de flores, abarrotes, mini súpers, artesanías y artículos religiosos experimentan un flujo extraordinario de consumidores. Según la Canaco CDMX, los 11 a 13 millones de visitantes que se esperan en la Basílica y otros templos de la ciudad generan un movimiento que, más allá de las cifras globales, representa un respiro para miles de pequeños comerciantes que dependen del cierre de año para estabilizar sus ingresos.
A nivel nacional, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur) estima una derrama de 21 mil 700 millones de pesos, equivalente a un incremento de 8.5% respecto a 2024. Las cifras confirman el auge del turismo religioso, un segmento que ha ganado fuerza en la última década y que ubica a México como uno de los destinos más concurridos para este tipo de desplazamientos devocionales.
En la Ciudad de México, el impacto económico se percibe desde el 6 de diciembre, cuando miles de peregrinos comienzan a llegar a pie, en bicicleta o en caravanas. La movilidad de fieles dinamiza la ocupación hotelera, incrementa el consumo en restaurantes y activa la venta de veladoras, imágenes religiosas y comida típica. De acuerdo con comerciantes establecidos en las inmediaciones del templo mariano, estas fechas pueden representar hasta 40% de sus ventas anuales.
Turismo religioso impulsa a la economía capitalina: microcomercios, los grandes ganadores en las fiestas guadalupanas
Las festividades también generan empleos temporales, desde cargadores y vendedores ambulantes hasta personal de limpieza y servicios logísticos. Para los pequeños negocios, la temporada guadalupana funciona como una “economía de impulso”: ventas rápidas, alta rotación de mercancía y una oportunidad clave para recuperarse tras periodos de baja actividad.
Frente a este flujo extraordinario de visitantes, el Gobierno de la Ciudad de México reforzó los operativos de seguridad, movilidad y asistencia médica en los accesos a la Basílica de Guadalupe. Las autoridades estiman que el santuario mariano, considerado el más visitado del mundo, volverá a convertirse en el centro espiritual y económico de una tradición que combina fe, identidad cultural y una importante activación comercial.
Así, mientras millones de peregrinos agradecen y renuevan su devoción, la capital vive una de sus semanas más robustas en consumo, confirmando que la religiosidad popular sigue siendo un impulso determinante para la economía local.
