Trump descarta declarar la guerra a los cárteles y amenaza con ejecutar a quienes introduzcan drogas
El presidente Donald Trump descarta declarar la guerra a los cárteles, pero al mismo tiempo lanza una amenaza extrema que ha captado la atención del mundo. Durante una conferencia en la Casa Blanca, aseguró que no solicitará una declaratoria de guerra formal, pese a comparar a estos grupos con entidades terroristas.
Trump descarta declarar la guerra a los cárteles y endurece su discurso
En un encuentro con medios de comunicación, el mandatario afirmó que no considera necesario un proceso legislativo para actuar contra los cárteles de la droga, dejando claro que su estrategia será directa y contundente. Aseguró que su gobierno se enfocará en “eliminar” físicamente a quienes introduzcan sustancias ilícitas en Estados Unidos, generando gran controversia a nivel internacional.
Este posicionamiento se presentó poco después de acciones militares realizadas en el Pacífico, donde se atacaron embarcaciones sospechosas de transportar estupefacientes.
Amenazas extremas y comparaciones con grupos terroristas
Durante la conferencia, el mandatario comparó a los cárteles con organizaciones como ISIS, calificándolos como “el ISIS del hemisferio occidental”. Además, acusó sin pruebas al gobierno chino de utilizar a Venezuela para traficar fentanilo, anticipando que abordará el tema en su próxima reunión con Xi Jinping.
En este contexto, Trump descarta declarar la guerra a los cárteles, pero reafirma una política de “ejecución inmediata” contra quienes trafiquen drogas hacia Estados Unidos. Esta declaración ha generado un fuerte debate en sectores diplomáticos y de derechos humanos, quienes cuestionan la legalidad y proporcionalidad de dichas amenazas.
Las declaraciones de Trump no pasaron desapercibidas. Expertos en política internacional consideran que esta postura podría tensar las relaciones diplomáticas con países latinoamericanos y asiáticos. Además, el desmentido del supuesto envío de bombarderos B-1 a Venezuela no evitó que creciera la percepción de una estrategia militar latente.
Mientras distintos analistas afirman que su discurso busca fortalecer su imagen de fuerza ante el crimen organizado, otros señalan que su negativa formal a una guerra podría ser una estrategia para mantener flexibilidad operativa sin comprometerse con procesos legales internacionales.
