Sobrerrepresentación de oposición
Algunos consejeros electorales y hasta ministros del Tribunal Electoral, llamaron sobrerrepresentación a una distribución de curules en estricto apego a las leyes.
Estaba en juego la mayoría absoluta de manera automática en la Cámara de Diputados, en el Senado, le faltaba a Morena una curul para la mayoría absoluta. En eso radicaba la desproporción, que no lo era, y la ilegalidad que no existía.
El Frente Cívico Nacional convocó a una protesta el 11 de agosto de 2024 para tratar de descarrilar la representación de Morena y sus aliados.
Pero la sobrerrepresentación está en otro lado, un espacio equivalente al Congreso, si de influir en la voluntad del pueblo se trata e inducir el destino de los votos en el terreno siempre ambivalente de los medios.
Por ejemplo, un partido que cuenta sólo con 16 senadores ocupa espacios destacados en los medios, diciendo: “El gobierno de Morena está en serios aprietos financieros”.
Se trata de una información del líder de los senadores del PRI, Manuel Añorve Baños, partido que cuenta sólo con la representación de 26 por ciento de los votantes en las elecciones presidenciales, crédito que comparte con el PAN, y con una candidata común.
En cambio, las declaraciones de la Presidenta del país, con una abrumadora cantidad de votos que la respaldan, rara vez alcanzan espacios privilegiados en los medios, a pesar de haber obtenido 35 millones, 924, 519 votos.
Lo peor de todo es que los medios les regalan o alquilan espacios importantes a opositores plurinominales que no representan a nadie en términos reales. De hecho, todo plurinominal es un factor de sobrerrepresentación.
Otro ejemplo es el relanzamiento del PAN, partido que sufre una grave crisis de militantes, con apenas 19 senadores, y gobernando cuatro estados; ocupó los principales espacios de los medios convencionales, en una desproporcionada sobrerrepresentación mediática.
En el colmo de las circunstancias, un partido prácticamente muerto le gana espacios periodísticos al partido en el poder con una noticia completamente intrascendente: “Se crea el Bloque Nacional de Partidos Locales del PRD”.
Lo importante no es quién lo diga o lo que diga sino contra quién declare. Y si el objetivo es alguien de la 4T, merece todos los espacios destacados de los medios convertidos en permanente presión para obtener contratos de publicidad del gobierno, en cualquiera de sus tres niveles.
En esta impune sobrerrepresentación que influye tanto como la del Congreso, no hay nadie que se queje, los defensores del equilibrio parlamentario ex consejeros del INE, comentócratas de derecha, callan como si no lo advirtieran, a pesar del daño que hace la información falsa, que conforma la mayoría de las notas publicadas en espacios destacados de los medios.
En una democracia la representación popular es sagrada y debe reflejarse en toda expresión pública en esa misma proporción para otorgar a cada posición política un lugar en el espacio informativo, que en algún momento creó opinión e influyó en las elecciones.
La sobrerrepresentación mediática de una oposición sin ideas, alcanza espacios, en calidad y cantidad, que no le corresponde y el simple hecho de mencionarlo parecería, para los conservadores de piel delgada, un atentado a su libertad de expresión.
La democracia hace igualmente importantes en la opinión pública la fuerza legislativa que la presencia mediática de las diferentes fuerzas políticas.
Luego de años de confusión informativa, es necesario que las influencias políticas, producto del debate parlamentario y las declaraciones de los diferentes partidos, tengan una representación en su difusión acorde a la representación popular.
La derrota electoral pareciera ser el equivalente a una victoria mediática, en un país donde no hay límites para el libertinaje de la desinformación.
