Sheinbaum convierte el reconocimiento del New York Times en un llamado a proteger la creatividad indígena
El reconocimiento internacional que recibió la presidenta Claudia Sheinbaum por parte de The New York Times como una de las 67 personas con más estilo de 2025 abrió este martes una nueva conversación sobre la moda, la identidad cultural y la justicia económica para los pueblos originarios de México. Lejos de centrarse en la distinción personal, la mandataria utilizó el espacio de La Mañanera para subrayar el papel fundamental de las artesanas indígenas en la construcción de una narrativa estética que hoy trasciende fronteras.
“Hay que agradecer a las artesanas indígenas mexicanas”, expresó Sheinbaum al abordar el tema, aclarando que su estilo no responde a una tendencia pasajera, sino a un proyecto político-cultural que busca visibilizar y dignificar el trabajo textil tradicional. En su discurso, destacó que cada prenda que porta en actos públicos constituye un posicionamiento contra la apropiación cultural que realizan grandes marcas internacionales y un respaldo directo a las creadoras que, durante décadas, han trabajado en condiciones de invisibilidad o explotación comercial.
La inclusión de Sheinbaum —la única jefa de Estado en la lista del Times— la coloca junto a figuras influyentes del entretenimiento y la cultura pop, como Melania Trump, Rosalía, Bad Bunny y el Papa León XIV. Sin embargo, el enfoque del diario neoyorquino no se limita al gusto personal de la mandataria, sino al significado político que ha adquirido su guardarropa desde el inicio de su gobierno el 1 de octubre de 2024.
El medio estadounidense destaca ejemplos clave: el vestido bordado por la artesana oaxaqueña Claudia Vásquez Aquino en la toma de protesta, las prendas elaboradas por Thelma Islas Laguna y Virginia Verónica Arce en ceremonias emblemáticas como el Grito de Independencia, y la constante elección de atuendos que mezclan modernidad con símbolos identitarios de diversas comunidades indígenas. Cada pieza, señala el Times, opera como mensaje diplomático y como reivindicación cultural.
Uno de los puntos más valorados por el diario es la postura firme de la presidenta frente a casos de imitación o explotación comercial de diseños indígenas por parte de corporaciones globales. El ejemplo más mediático ocurrió en agosto pasado, cuando Adidas lanzó sandalias inspiradas en artesanías mexicanas sin reconocer ni compensar a las comunidades creadoras. “Las grandes empresas a menudo toman productos, ideas y diseños de comunidades indígenas”, reprochó entonces Sheinbaum, quien respaldó una iniciativa de ley para garantizar la protección de la propiedad intelectual colectiva.
Sheinbaum convierte el reconocimiento del New York Times en un llamado a proteger la creatividad indígena
Analistas señalan que este reconocimiento internacional fortalece la estrategia de diplomacia cultural que México ha impulsado en los últimos años, y consolida el vínculo entre estilo personal, política pública y defensa del patrimonio vivo. Para la presidenta, la moda se ha convertido en un vehículo para promover el empoderamiento femenino, la soberanía cultural y una economía creativa sustentada en el trabajo artesanal.
La distinción también incrementa la visibilidad global de Sheinbaum, quien previamente fue seleccionada entre las 100 personas más influyentes del mundo por la revista TIME en 2024. En un contexto en el que México se prepara para ser uno de los anfitriones del Mundial de 2026, la proyección que ofrece esta mención del Times refuerza un mensaje que combina innovación estética y orgullo nacional.
Con ello, la mandataria mexicana impulsa un discurso en el que la moda deja de ser un accesorio para convertirse en una declaración política: una manera de reconocer a las creadoras que preservan la tradición textil, denunciar prácticas de apropiación cultural y proyectar al país como referente mundial en la intersección entre cultura, diseño y poder.
