PRIMER LUGAR PRIMERA LLAMADA
Bien dice el dicho popular: “No cabe duda que cuando la mula es arisca, hasta a los de casa patea. Y eso es lo que ha venido ocurriendo en este aún maravilloso país, que por fortuna los morenistas no han logrado destrozar aunque sigan poniendo todo su empeño en hacerlo, pero también habrá que señalar que hasta ahora los cimientos de esta patria siguen incólumes, y seguirán así mucho tiempo porque los cimientos de este país tienen bases firmes y duraderas.
Pero habrá que señalar que esta destrucción no es propia de los tiempos que estamos viviendo, lo que ha venido ocurriendo es una circunstancia que hasta ahora ha venido impulsando Andrés Manuel López Obrador, quien hasta estado muy pendiente de que sus deseos se sigan cumpliendo para impulsar la creación de un nuevo régimen en el que solamente él tendrá la razón.
Mexico está siendo carcomido por dentro, es decir, desde las instituciones que hemos construido desde hace poco más de dos siglos, y lo que se busca es un cambio de régimen en el que un solo hombre tenga la potestad de decidir que es lo que se hace, lo que se tiene que hacer, y lo que determine ese nocivo sujeto que hasta ahora sigue empecinado en buscar un lugar preponderante en el destino de los mexicanos.
Para decirlo más claro, la destrucción de las instituciones, y la destrucción del entramado social han sido hasta ahora la mejor forma de otorgarle un destino distinto a los mexicanos de una nación boyante como lo ha sido este país, y que por desgracia el cancer del populismo rampante que se ha presentado en todas las latitudes de este hemisferio ha seguido la misma fórmula que destruyó a las instituciones en diversos países del hemisferio, con la complicidad de los propios hombres y mujeres de las naciones involucradas.
México está al punto de convertirse en un país distinto al que hemos construido desde hace más de doscientos años, pero también habrá que señalar que existen avatares que en cualquier momento podrían cambiar la historia con el simple empuje de los ciudadanos conscientes de lo que ha venido ocurriendo y que nos llevaría a un régimen dictatorial como lo ha bebido ensayando la Presidenta del país que hasta ahora ha mostrado los dientes de lo que podría convertirse en un infierno para la democracia.
México no merece algo así, porque ha sido una nación que hasta ahora ha venido sosteniendo un perfil democrático, ese que las ambiciones de Andrés Manuel López Obrador ha pretendido destruir con la finalidad de alzarse como uno de los tiranos del Continente, pero por fortuna tenemos una cercanía con Estados Unidos, que ha venido manteniendo un cerco para evitarlo. México no merece un destino populista, México tiene que seguir siendo grande como lo ha sido desde hace muchos años con la democracia que hasta ahora hemos mantenido. Al tiempo.
