Sheinbaum llama a proteger la libertad de expresión sin dejar de atender agravios reales


La presidenta Claudia Sheinbaum fijó una postura firme a favor de la libertad de expresión, pero también convocó a abordar con justicia las controversias que han surgido en Puebla y Campeche por decisiones impulsadas por gobiernos estatales de Morena. “Nuestra posición siempre es en contra de la censura”, afirmó, al referirse a recientes medidas que han generado preocupación en el ámbito periodístico y de derechos civiles.
En el caso de Puebla, Sheinbaum respaldó el proceso de parlamento abierto convocado por el gobierno estatal para revisar la llamada Ley de Ciberseguridad, que tipifica como delito el “ciberacoso” y contempla penas de hasta tres años de cárcel. Aunque evitó opinar sobre el contenido de la reforma, la mandataria consideró positivo que se abra un debate público: “Vamos a ver cómo se desarrolla el debate”, dijo.
La presidenta reiteró que su administración no respaldará ninguna iniciativa que implique censura o represión a la crítica, aunque subrayó que también es necesario analizar con cuidado los contextos específicos: “Hay que actuar con justicia, sin prejuicios”.
En Campeche, la situación ha encendido más alarmas. La gobernadora Layda Sansores impuso una sanción de 2 millones de pesos al exdirector del periódico Tribuna, Jorge Luis González Valdez, e incluso le prohibió ejercer el periodismo en la entidad. Aunque Sheinbaum fue cautelosa, insistió en que la libertad de expresión “está garantizada” y que los gobiernos deben protegerla.
Sheinbaum llama a proteger la libertad de expresión sin dejar de atender agravios reales
El gobierno campechano, por su parte, justificó su actuar al argumentar que el periodista incurrió en ataques personales y difamación contra Sansores y su familia, no en labores periodísticas. “No se puede confundir libertad de expresión con agresiones sistemáticas”, indicó una fuente oficial.
Organizaciones defensoras de la prensa, como Artículo 19 y la Federación Mexicana de Periodistas, han advertido que ambas situaciones podrían abrir la puerta a restricciones que comprometan el ejercicio libre del periodismo en México.
En medio del debate, la presidenta Sheinbaum busca trazar una línea clara: sí a la libertad de expresión, pero también a procesos institucionales que permitan distinguir entre crítica legítima y daño deliberado. La responsabilidad, dijo, recae en garantizar derechos sin socavar otros.