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Sheinbaum abre el debate sobre plurinominales: ¿representación democrática o privilegio partidista?

Sheinbaum abre el debate sobre plurinominales: ¿representación democrática o privilegio partidista?

Sheinbaum abre el debate sobre plurinominales: ¿representación democrática o privilegio partidista?

Al abrir un debate que toca una de las fibras más sensibles del sistema político mexicano, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo cuestionó abiertamente la figura de los legisladores plurinominales durante su conferencia matutina, “La Mañanera del Pueblo”. Aunque no lo mencionó por nombre, una referencia directa al panista Ricardo Anaya —quien busca regresar a la política desde una posición privilegiada en las listas plurinominales— reavivó la controversia sobre esta modalidad de representación.

La presidenta anunció que presentará una propuesta de reforma para modificar las reglas que rigen estas candidaturas, sugiriendo que quienes aspiren a un cargo plurinominal también deban recorrer el territorio y hacer campaña. La declaración ha generado reacciones encontradas entre fuerzas políticas y especialistas en derecho electoral, quienes ven en el planteamiento tanto un llamado legítimo a la rendición de cuentas como una maniobra política para reconfigurar el equilibrio de poder legislativo.

Representación proporcional bajo la lupa

El sistema de representación proporcional fue concebido para garantizar la pluralidad y evitar que las mayorías aplasten a las minorías en el Congreso. No obstante, con el paso del tiempo, los llamados “pluris” han sido utilizados por los partidos como mecanismos de protección para figuras cercanas al poder, muchas veces alejadas del contacto con el electorado.

En ese contexto, la crítica de Sheinbaum resuena más allá de un caso individual: abre la puerta a revisar si los plurinominales han cumplido su propósito o si, como afirman sus detractores, se han convertido en sinónimo de privilegio político.

¿Reforma de fondo o ajuste cosmético?

Aunque la presidenta propuso que los candidatos plurinominales realicen campaña territorial, la medida ha sido calificada por algunos analistas como un ajuste insuficiente. “La exigencia de hacer campaña no resuelve el problema de origen: los partidos seguirán decidiendo a puerta cerrada quién entra a las listas, sin mecanismos claros de evaluación ciudadana o rendición de cuentas”, señaló Mariana Campos, experta en política electoral.

Otros consideran que el fondo del debate debe ir más allá del método de selección: “El verdadero reto es equilibrar representatividad con eficiencia legislativa. Eliminar los plurinominales podría distorsionar la pluralidad que hoy existe en el Congreso”, advirtió el politólogo Javier Márquez.

Riesgo de tensiones con aliados

Uno de los aspectos menos discutidos pero más delicados es el papel de los partidos aliados de Morena en esta reforma. El Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) han mantenido su fuerza política gracias, en parte, al reparto de espacios plurinominales. Si bien Sheinbaum aseguró que no habrá resistencia por parte de sus aliados, las negociaciones internas podrían ser más complejas de lo que aparentan.

Sheinbaum abre el debate sobre plurinominales: ¿representación democrática o privilegio partidista?

Legitimidad, austeridad y transformación

La discusión sobre los plurinominales no es nueva, pero toma un nuevo impulso bajo un gobierno que se ha comprometido con la austeridad, la transparencia y la transformación institucional. Para Sheinbaum, la revisión de este modelo puede ser una pieza clave en la narrativa de su administración. Sin embargo, el riesgo de polarizar el debate es alto, especialmente si se interpreta como un intento por consolidar una mayoría legislativa que favorezca su agenda.

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La figura de Ricardo Anaya, ausente de la política activa desde 2018 y ahora en vías de regresar como candidato plurinominal, funciona como símbolo de un sistema que muchos ciudadanos perciben como lejano y opaco. Pero su caso es apenas un ejemplo entre muchos: el uso de este mecanismo para beneficiar a cuadros políticos sin presencia pública ni trabajo territorial ha sido una constante entre todos los partidos.

Un momento clave para redefinir el Congreso

Lo que está en juego no es solo una modalidad de elección, sino la concepción misma del Congreso como espacio de representación popular. La reforma que Sheinbaum propone podría sentar las bases de una nueva relación entre partidos y ciudadanía, pero también implicaría redefinir los equilibrios del poder político nacional.

Mientras tanto, la pregunta lanzada por la presidenta —“¿Cómo?”— sigue en el aire, reflejando la incredulidad de una sociedad que exige que la representación deje de ser un privilegio reservado a las élites partidistas y se convierta, de una vez por todas, en un reflejo auténtico de la voluntad popular.


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