El turismo como motor económico del sexenio de Claudia Sheinbaum


El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha colocado al turismo como uno de los pilares estratégicos de su visión económica y social para el sexenio, enmarcado dentro del llamado Plan México, con el ambicioso objetivo de posicionar al país como el quinto destino más visitado del mundo para el año 2030.
Más allá de cifras y rankings, el enfoque de esta nueva administración pone énfasis en el papel del turismo como generador de empleo, desarrollo regional, integración social y proyección internacional. Durante su intervención reciente, Sheinbaum destacó la importancia del sector para las finanzas del país, al ocupar el tercer lugar en captación de divisas, solo por debajo del petróleo y las remesas.
“México está de moda, y el turismo no solo es una vitrina cultural, sino una fuente vital de bienestar económico. Queremos crecer de forma sostenible, equilibrada y con justicia para todas las regiones”, subrayó la mandataria.
En consonancia, la titular de la Secretaría de Turismo, Josefina Rodríguez Zamora, presentó un panorama alentador con los datos del primer cuatrimestre de 2025: una derrama económica de más de 13 mil millones de dólares y 15.6 millones de turistas internacionales, reflejo del renovado dinamismo del sector.
Pero más allá del crecimiento, la estrategia apunta a una transformación estructural del turismo nacional, con líneas claras de acción: sostenibilidad, profesionalización, diversificación y atracción de inversiones. De hecho, el Portafolio de Inversión Turística 2025-2030 contempla 282 proyectos por más de 20 mil millones de dólares en 22 estados de la república.
El turismo como motor económico del sexenio de Claudia Sheinbaum
Las metas son claras: atraer tres millones más de turistas cada año, incrementar en 46% la derrama económica, elevar la ocupación hotelera, y aumentar la profesionalización y sustentabilidad de los prestadores de servicios.
Además, la administración federal planea impulsar nuevas rutas y segmentos, como el turismo arqueológico con el Tren Maya, el turismo comunitario, el gastronómico y el de naturaleza, al tiempo que se busca fortalecer mercados prioritarios como Norteamérica, Europa y Asia.
Uno de los grandes desafíos será garantizar que este crecimiento no se traduzca en desequilibrios ambientales ni sociales. Por ello, la política turística plantea una transición hacia modelos más sostenibles, con certificación en buenas prácticas, aumento del contenido nacional y promoción de destinos emergentes.
En resumen, más que una meta estadística, el gobierno de Sheinbaum apuesta por un turismo que dinamice la economía, genere empleos dignos, fortalezca la identidad nacional y proyecte una imagen de México moderna, inclusiva y competitiva en el escenario internacional.