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Disminuye la desigualdad en México durante el sexenio de López Obrador, aunque persisten contrastes regionales

Disminuye la desigualdad en México durante el sexenio de López Obrador, aunque persisten contrastes regionales

disminuye pobreza

En México, la brecha entre los ingresos de los más ricos y los más pobres se acortó durante el periodo 2018-2024, impulsada principalmente por el aumento del salario mínimo y la expansión de programas sociales. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Coeficiente de Gini —que mide la desigualdad— pasó de 0.486 en 2016 a 0.420 en 2024.

En términos prácticos, en 2016 el 10 % de la población con mayores ingresos percibía 24 veces más que el 10 % más pobre. Para 2024, la diferencia se redujo a 16.1 veces. El ingreso promedio mensual del decil más pobre creció de mil 009 pesos (a precios de 2024) a mil 489 pesos, en su mayoría derivados de trabajo asalariado.

Sin embargo, especialistas advierten que las encuestas no capturan por completo los ingresos de los sectores más acaudalados. Ajustando los datos con cuentas nacionales, estimaciones independientes señalan que, en realidad, el grupo más rico del país ganaría hasta 67 veces más que el más pobre.

El economista Máximo Jaramillo calcula que, con este ajuste, el decil más pobre habría visto un incremento del 10 % en su ingreso, mientras que en el 1 % más rico las percepciones se multiplicarían hasta 17 veces. Aun así, reconoce que la desigualdad se redujo, aunque el nivel sigue siendo alto.

El salario mínimo, que aumentó 116 % en términos reales durante el sexenio, fue uno de los factores más determinantes para sacar de la pobreza a más de 13 millones de personas. No obstante, la reducción de la desigualdad no fue uniforme: en 25 estados el Gini bajó, pero en siete —entre ellos Colima, Jalisco, Querétaro, Tlaxcala, Nuevo León, Puebla y San Luis Potosí— la brecha creció.

Disminuye la desigualdad en México durante el sexenio de López Obrador, aunque persisten contrastes regionales

La desigualdad también se expresa de forma marcada entre el norte y el sur del país. En 2024, estados como Nuevo León, Coahuila y Baja California registraron ingresos mensuales per cápita cercanos a los 9 mil pesos, mientras que en Chiapas, Guerrero y Oaxaca apenas superaron los 4 mil. Nuevo León llegó a tener un ingreso promedio 3.2 veces mayor que Chiapas, entidad que concentra altos niveles de pobreza extrema y rezago social.

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Para los especialistas, el reto de la política social es doble: mantener programas universales, pero también diseñar estrategias focalizadas en estados con alta informalidad laboral y pobreza extrema, donde los beneficios de la mejora salarial no han tenido el mismo impacto.

Aunque el sexenio pasado logró avances en la distribución de ingresos, el bajo crecimiento económico sigue siendo un desafío. Los analistas coinciden en que, además de redistribuir mejor la riqueza, es necesario hacer crecer la economía, con una estrategia que priorice a las regiones más rezagadas del país.


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