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Yucatecos unidos construyen la paz y afianzan la seguridad

Yucatecos unidos construyen la paz y afianzan la seguridad

Yucatecos unidos construyen la paz y afianzan la seguridad

+SEMANA SANTA, TERMÓMETRO DE UNA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD, QUE DARÁ TRANQUILIDAD AL TURISMO EN PLAYAS Y ZONAS ARQUEOLOGICAS EN TODO EL ESTADO.

+LA SEGURIDAD, ES UN DERECHO QUE NO DEBE SER DESCUIDADO, Y EL HECHO DE QUE YUCATÁN SEA CONSIDERADO UNO DE LOS ESTADOS MÁS SEGUROS, ES MOTIVO DE ORGULLO, PERO TAMBIÉN DE RESPONSABILIDAD: JOAQUÍN DÍAZ MENA

+ LA PAZ NO ES UN DESTINO, SINO UN PROCESO. Y EN YUCATÁN, ESE PROCESO SE ESCRIBE CON UNIDAD Y VISIÓN INTEGRAL.

Por: Gloria Karina López

En México, donde algunos estados enfrentan crisis de seguridad persistentes, Yucatán ofrece un modelo distinto: uno donde la paz no se impone, sino que se construye con estrategias inteligentes, colaboración interinstitucional y un compromiso social inquebrantable. Las acciones implementadas durante este periodo vacacional de Semana Santa, desde el despliegue de las Fuerzas Armadas hasta la entrega de patrullas municipales, no son medidas aisladas, sino parte de un tejido más amplio donde seguridad y desarrollo social son dos caras de una misma moneda. Además la participación de la ciudadanía que trabaja con el gobierno del Renacimiento, liderado por el gobernador Joaquín Díaz Mena, que sus planes de desarrollo y bienestar y por la prosperidad del estado, privilegia la Paz y la seguridad desde que asumió la responsabilidad de gobernar para el pueblo con las puertas abiertas.

Semana santa: el termómetro de una estrategia que funciona

Este periodo vacacional será una prueba de fuego para medir la eficacia de las acciones implementadas. La vigilancia en zonas turísticas no solo busca disuadir el delito, sino proyectar a Yucatán como un destino confiable —algo vital para su economía—. Pero el verdadero reto no es solo mantener la paz durante estas semanas, sino sostenerla después. Ahí radica la importancia de programas como Aliados por la Vida: en su capacidad de convertir la seguridad en un hábito cotidiano, no en una reacción emergente.

Inversión con sentido: patrullas que se acompañan de prevención

La entrega de 169 patrullas equipadas a los municipios es un avance tangible, pero lo verdaderamente destacable es que esta acción se enmarca en la estrategia Aliados por la Vida. Este programa entiende que las patrullas solas no bastan: se necesitan policías capacitados en derechos humanos, psicólogos en las escuelas, y oportunidades culturales y deportivas para los jóvenes. Es una apuesta por atacar las causas profundas de la violencia, no solo sus síntomas. El llamado del Gobernador a los alcaldes a sumarse a este esfuerzo subraya un principio irrenunciable: la seguridad es una responsabilidad compartida, no una competencia política. .

Un modelo replicable en seguridad: tres lecciones para México

1. La seguridad exige corresponsabilidad: ni el gobierno estatal ni el federal pueden solos; necesitan de los municipios y la sociedad.

2. Lo preventivo es más redituable que lo reactivo: invertir en jóvenes y comunidades es más eficaz que saturar las cárceles.

3. Las Fuerzas Armadas son aliadas estratégicas, pero su papel debe ser complementario, no sustitutivo, de las policías locales bien capacitadas.

El Gobernador Díaz Mena fue claro: “En Yucatán, la seguridad es un compromiso colectivo”. Esta frase resume el espíritu de un estado que ha decidido escribir su futuro con base en la unidad, la prevención y la confianza. Mientras otros se enfocan en “ganar” la guerra contra el crimen, Yucatán está ganando algo más valioso: la paz duradera. La tranquilidad no es un privilegio, sino un derecho que Yucatán defiende todos los días con acciones, no solo con palabras.

Federación respalda a Yucatán

Díaz Mena, celebró reunión de trabajo sostenida con el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno de México, Omar García Harfuch, con el objetivo de fortalecer la colaboración estratégica. entre las fuerzas de seguridad estatales y federales. Este encuentro entre las fuerzas de seguridad estatales y federales es una clara muestra de que la lucha por mantener y mejorar la seguridad en Yucatán es una responsabilidad compartida, donde la coordinación entre los distintos niveles de gobierno juega un papel fundamental. Juntos discutieron cómo seguir avanzando en el fortalecimiento de la seguridad, destacando que los logros alcanzados hasta ahora no deben ser motivo de conformismo, sino más bien un incentivo para seguir trabajando en la modernización y equipamiento de las corporaciones de seguridad.

El Gobernador fue claro al señalar que, aunque se han logrado avances, no debemos detenernos en la mejora continua de nuestras capacidades operativas y en la formación de quienes velan por la paz de nuestras comunidades.

El papel de la sociedad en la seguridad

Lo que distingue a Yucatán de muchas otras entidades del país no es solo la acción de las autoridades, sino también el compromiso de su gente. El Gobernador reconoció que la seguridad de Yucatán es también el resultado de los valores del pueblo yucateco, valores como la solidaridad, el respeto y la convivencia pacífica, que se reflejan en el día a día de la población.

Es por eso que Díaz Mena hizo un llamado a que tanto sociedad como gobierno sigan defendiendo lo que se ha construido, preservando esos valores que han convertido a Yucatán en un modelo de paz y tranquilidad. Este esfuerzo conjunto debe trascender en acciones concretas que permitan fortalecer el tejido social y prevenir las causas que generan la inseguridad, como la violencia y las adicciones. En este sentido, es importante resaltar que el trabajo de las autoridades federales, representadas por el secretario Omar García Harfuch, es clave para reforzar el trabajo local y garantizar que Yucatán siga siendo un referente en seguridad.

El respaldo de la Federación no solo refuerza las capacidades operativas de las corporaciones de seguridad locales, sino que también envía un mensaje claro de que el bienestar de Yucatán es una prioridad a nivel nacional.

Mirando al futuro con responsabilidad y unidad

La seguridad, como bien apuntó el Gobernador, es un derecho que no debe ser descuidado, y el hecho de que Yucatán sea considerado uno de los estados más seguros de México es motivo de orgullo, pero también de responsabilidad. Por ello, es necesario seguir innovando, adaptándose a los nuevos retos y manteniendo la visión de futuro que se tiene para el estado , asegurando que las nuevas generaciones crezcan en un ambiente libre de violencia y con oportunidades de desarrollo.

El compromiso de las autoridades federales y locales para fortalecer la seguridad de Yucatán es una muestra de que cuando se trabaja de manera coordinada, se pueden lograr grandes avances. Sin embargo, como destacó el Gobernador, la seguridad no es un logro que se pueda dar por terminado. Debemos seguir mejorando, seguir cuidando a Yucatán ya sus familias , y en este camino, la colaboración entre los ciudadanos, las autoridades estatales y federales será siempre la clave del éxito. Así, con una firme apuesta por la colaboración, la modernización y el respeto a los valores que caracterizan a la sociedad yucateca, Yucatán continúa avanzando en su misión de ser un estado seguro, en paz y con oportunidades para todos.

Seguridad en Mérida está garantizada para los vacacionistas

En el contexto nacional donde la seguridad pública sigue siendo uno de los mayores desafíos, Yucatán se consolida como un ejemplo de cómo la coordinación institucional, la inversión en equipamiento y la apuesta por la prevención pueden generar entornos de paz y desarrollo. Bajo el liderazgo del gobernador Joaquín Díaz Mena, el estado ha implementado una estrategia integral que combina la presencia de las Fuerzas Armadas, la modernización de los cuerpos policiales y programas sociales enfocados en atender las causas profundas de la violencia. Yucatán, conocido por su tranquilidad y orden, se ha destacado nuevamente en la implementación de estrategias de seguridad que garantizan la paz y el bienestar de sus habitantes, especialmente en el marco del período vacacional de Semana Santa. Con un aumento considerable en la afluencia de turistas locales e internacionales, el gobernador Joaquín Díaz Mena ha preparado un conjunto de acciones para fortalecer la seguridad en el estado, apoyado por diversas instituciones y fuerzas federales.

Un enfoque innovador: prevenir antes que reprimir

Mientras muchos estados centran sus esfuerzos en medidas reactivas, Yucatán ha optado por atacar las causas profundas de la violencia. El programa Reconecta con la Paz, avalado por el Gobierno federal, es un ejemplo de cómo la justicia social puede ser más efectiva que la mano dura. Al ofrecer a jóvenes infractores de delitos menores alternativas como educación, empleo y tratamiento contra adicciones, se rompe el ciclo de reincidencia y se evita la saturación de las cárceles. No se trata de impunidad, sino de inteligencia: es más redituable para la sociedad rehabilitar que castigar. Esta visión se complementa con Aliados por la Vida, la estrategia estatal que combina salud mental, deporte y cultura para alejar a niños y adolescentes de las drogas y el crimen.

El gobernador Joaquín Díaz Mena ha sido claro: la seguridad no es solo ausencia de delitos, sino presencia de oportunidades.

Coordinación: el puente entre lo local y lo federal

El éxito de estas iniciativas depende de una colaboración inédita. La participación de la Secretaría de Seguridad federal, las fiscalías, los municipios y las comunidades demuestra que la seguridad es una responsabilidad compartida. El respaldo de la presidenta Claudia Sheinbaum a Yucatán no es un gesto político, sino un reconocimiento a un modelo que funciona: según datos estatales, delitos como el robo a comercios han disminuido en más del 43% en el último año. Sin embargo, el verdadero logro no son las cifras, sino el cambio de paradigma.

Como señaló Díaz Mena: “La paz no se decreta, se construye”. Y esa construcción requiere tanto de patrullas como de psicólogos en las escuelas; tanto de policías capacitados como de talleres para jóvenes en riesgo.

Un llamado a la corresponsabilidad

Los programas mencionados no serán sostenibles sin la participación ciudadana. La seguridad empieza en casa, en la denuncia oportuna, en la supervisión familiar y en la comunidad organizada. El llamado del gobierno estatal a cerrar filas es también un recordatorio: Yucatán es seguro porque su gente ha decidido cuidarlo. El camino no está exento de retos. Mantener estos esfuerzos exigirá presupuesto constante, evaluación rigurosa de resultados y, sobre todo, evitar la tentación de abandonar la prevención por soluciones simplistas. Pero la ruta está trazada. Mientras otros estados improvisan, Yucatán consolida un modelo donde la seguridad es sinónimo de justicia social.

Construir paz, una responsabilidad compartida en Yucatán

En un México que enfrenta complejos desafíos de seguridad, Yucatán emerge como un faro de esperanza al demostrar que la paz no es una casualidad, sino el resultado de estrategias integrales y del compromiso colectivo. La reciente Mesa Estatal para la Construcción de Paz y Seguridad, convocada por el gobernador Joaquín Díaz Mena, no fue solo un ejercicio protocolario: fue un recordatorio de que la seguridad exige más que discursos; demanda acciones coordinadas, prevención inteligente y, sobre todo, la participación de toda la sociedad.

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La seguridad como derecho, no como privilegio

Cuando el Gobernador afirma que “la seguridad no puede descuidarse”, está reafirmando un principio fundamental: en Yucatán, la paz es un derecho que debe garantizarse todos los días. Esto implica ir más allá de los operativos reactivos y apostar por iniciativas como Aliados por la Vida, una estrategia que entiende que la seguridad no se reduce a patrullas y cárceles. Con sus más de 100 programas, este modelo combina salud mental, oportunidades educativas y desarrollo comunitario, reconociendo que la violencia se previene atacando sus raíces sociales. El respaldo del Gobierno Federal, liderado por la presidenta Claudia Sheinbaum, refuerza esta visión. No se trata de competencias políticas, sino de una corresponsabilidad donde cada nivel de gobierno aporta lo necesario: mientras la Federación fortalece el marco institucional, el estado implementa soluciones locales y la sociedad vigila, exige y participa.

Fuerzas armadas: aliados estratégicos, no parches temporales

La presencia de las Fuerzas Armadas en la mesa de trabajo no es un recurso improvisado. Su papel trasciende la seguridad pública: son actores clave en la reconstrucción del tejido social, como lo demuestra su labor en proyectos comunitarios y de infraestructura. Su integración en la estrategia estatal refleja una visión madura: la seguridad no es solo “combatir el delito”, sino crear condiciones para que este no surja.
El desafío: convertir la coordinación en resultados tangibles Los avances son innegables como la reducción de delitos en varios rubros, pero el llamado del Gobernador a “no bajar la guardia” es pertinente. Los retos persisten: -Sostener los programas más allá de ciclos administrativos, garantizando presupuestos y evaluaciones constantes. -Fortalecer la confianza ciudadana, demostrando que las denuncias no caen en vacío y que las autoridades actúan con transparencia.

Involucrar al sector privado y académico para ampliar oportunidades laborales y educativas, especialmente para jóvenes en riesgo.

Un llamado a la sociedad: la paz se construye desde lo cotidiano

La seguridad no es solo tarea de uniformados. Los ciudadanos son el primer eslabón: al participar en redes de prevención, al denunciar con responsabilidad, al fomentar valores en sus familias y al exigir rendición de cuentas. Como señaló Díaz Mena, “la construcción de paz es una tarea de todos”. Yucatán tiene la oportunidad de escribir un capítulo distinto en la historia de la seguridad nacional. No desde la imposición, sino desde la colaboración; no con mano dura, sino con oportunidades firmes.

El camino es claro: solo la unidad entre gobierno, instituciones y sociedad mantendrá a la entidad como ese “referente de paz” que hoy enorgullece a México.

La tranquilidad no se decreta: se trabaja día a día: Saidén Ojeda

En tiempos donde la desinformación puede erosionar la confianza social, el llamado del secretario de Seguridad Pública de Yucatán, Luis Felipe Saidén Ojeda, no es solo un mensaje de tranquilidad, sino un recordatorio basado en hechos: Yucatán sigue siendo un ejemplo de que la seguridad se construye con coordinación, prevención y transparencia. Mientras algunas entidades enfrentan crisis de violencia, el estado demuestra que mantener la paz exige más que operativos; requiere una estrategia integral donde gobierno, fuerzas de seguridad y sociedad caminen en la misma dirección.

Contra el rumor, datos concretos

La advertencia de Saidén Ojeda sobre la psicosis social no es retórica. En un mundo hiperconectado, donde un solo rumor puede desatar pánico, Yucatán ofrece cifras que hablan por sí solas: una reducción del 43.3% en robos a comercios en un año no es casualidad. Es el resultado de una política que combina presencia policial inteligente (como las 700 patrullas distribuidas en los 106 municipios) con programas sociales como Aliados por la Vida, que atienden las raíces de la violencia. El mensaje es claro: la seguridad se juzga con evidencias, no con especulaciones.

La coordinación como antídoto contra la inseguridad

El éxito yucateco se sustenta en una colaboración inusual en México: policías municipales, estatales y federales trabajando bajo un mismo objetivo. Esta sinergia, impulsada por el gobernador Joaquín Díaz Mena, ha evitado que la seguridad se fragmente en islas de competencia. El reclamo de Saidén Ojeda a los alcaldes —capacitar a sus policías y respetar derechos humanos— no es una crítica, sino una exigencia para mantener este modelo. Porque de nada sirven patrullas nuevas si quienes las operan no están preparados.

Prevención: la inversión más rentable

Aliados por la Vida es el alma de esta estrategia. Al enfocarse en salud mental, combate a adicciones y oportunidades para jóvenes, el programa reconoce que la seguridad no empieza en las calles, sino en las comunidades. Esta visión, respaldada por datos como la disminución de delitos, confirma que invertir en prevención es más efectivo que gastar en reacción. Como señaló el secretario, el objetivo no es solo “resguardar”, sino “construir” un futuro donde la violencia no encuentre terreno fértil.

 Un llamado a la corresponsabilidad

El editorial implícito en las palabras de Saidén Ojeda es contundente: la seguridad no es solo tarea del gobierno. Los ciudadanos tienen un papel clave: -Informarse con responsabilidad, evitando compartir rumores. -Participar activamente, ya sea denunciando o sumándose a programas comunitarios. -Exigir, pero también vigilar que los recursos ,como las nuevas patrullas, se usen con eficiencia. Yucatán no es inmune a los desafíos de seguridad, pero su diferencia radica en cómo los enfrenta: con transparencia, colaboración y una apuesta clara por el largo plazo. El estado no se conforma con ser “menos violento”; aspira a ser un espacio donde la paz sea sostenible. En un México fracturado por la inseguridad, esta visión es no solo esperanzadora, sino replicable.


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