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Yucatán no solo tenemos nuestra bandera, también tenemos un Himno.

Yucatán no solo tenemos nuestra bandera, también tenemos un Himno.

Yucatán no solo tenemos nuestra bandera, también tenemos un Himno.

Yucatán no solo tenemos nuestra bandera. Yucatán, sin lugar a dudas, se caracteriza por su rica historia e identidad arraigada.

Un ejemplo palpable de esto fue la reciente ceremonia de izado de la bandera, que, casi 200 años después, ondeó nuevamente en los cielos. No obstante, nuestro estado también enorgullece al contar con su propio himno.

Yucatán ostenta el título de ser el primer estado de la República Mexicana en adoptar su propio himno. A pesar de que algunas personas han interpretado este himno

como una manifestación de las tendencias separatistas de Yucatán, un análisis detenido revela que su origen radica en la exaltación de las glorias nacionales más que en las locales.

El título original de esta obra fue “Himno Patriótico”, y se trata de una composición poética escrita por Manuel Palomeque Solís.

Yucatán no solo tenemos nuestra bandera, también tenemos un Himno.

Esta inspiradora pieza surge como respuesta al triunfo de la República de México sobre el Imperio de Francia. El 4 de julio de 1867, se pronunció por primera vez en un acto solemne en el Palacio de Gobierno en Mérida.

El evento conmemoró las noticias del fusilamiento de Maximiliano de Habsburgo y la recuperación de la Ciudad de México por las fuerzas republicanas. Presidido por Agustín O’Horán Escudero,

quien asumió el cargo gubernamental debido a la enfermedad del general Manuel Cepeda Peraza en ese momento, este acto marcó un momento de gran significado histórico.

El himno fue recitado por su propio autor, generando un contagioso entusiasmo entre los asistentes. El compositor José Jacinto Cuevas tuvo el honor de poner música a las estrofas que,

en la noche del 15 de septiembre de 1867, resonaron en la Plaza de Armas durante la festividad de la Independencia. Fue el tenor Ramón Gasque quien entonó el himno, y según la narración histórica, lo hizo con tal pasión que al concluir su interpretación, fue alzado en hombros y paseado por toda la plaza.

Con el tiempo, se realizaron ciertas modificaciones a la letra original del himno, bajo la dirección de José García Montero. Según registra la Enciclopedia Yucatanense, García Montero

“compuso dos octavas italianas hexasílabas para reemplazar el serventesio decasílabo del coro, y una cuarteta para sustituir la final de la tercera octava italiana decasílaba de la estrofa III”. (Enciclopedia “Yucatán en el tiempo”, TOMO III, 1998)

Himno de Yucatán

Letra: Manuel Palomeque Solís
Música: José Jacinto Cuevas

Al grito de guerra despierta el valor
y el aire se inunda con bélico son.
Haced compatriotas que truene el cañón,
lloviendo metralla sobre el invasor

El cinco de mayo, nos preste su sol
que eclipsa la estrella de Luis Napoleón.
El mundo nos mira, con admiración
y a México envidia su claro blasón.
Vino el águila esclava de Europa
sancionando la infamia con balas
y regresa arrastrando las alas
con escarnio y vergüenza a la vez.

El altivo cóndor del Anáhuac
le dejó los palacios y reales
desafióla en los rudos nopales
y postróla humillada a sus pies.

De los vírgenes bosques aztecas
con el iris flotante en sus cumbres
se exhalaban mortíferas lumbres
entre el eco del bronce tronar.

Reflejados en lagos de sangre
que vogaba el indígena Juárez
al tocarlos alzaba a millares
héroes santos a quien inmolar.

Ver también
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Los primeros soldados del mundo
con los brazos caídos e inertes
confesaron que sólo son fuertes
los que luchan por patria y hogar.

Zaragoza, Escobedo y Arteaga
Salazar, Berriozábal y Díaz
cuyos nombres la fama proclama
han sabido la patria vengar. ¡Libertad!

¿Por qué alejas de Francia
tus encantos, tu noble hidalguía
y juguete de vil tiranía
da a los pueblos ilustres que reír?

Arrastrada al suplicio Polonia
le tendió suplicante la mano
escuchó sus lamentos en vano
e indolente la dejó morir.

Quien así abandona a una hermana
¿Podía a México hacer caridades?
Tan rastreras, tan ruines maldades
un jesuita las debe inspirar.

Ya no se una robar con descaro
e imponer al mas débil el yugo
hoy la víctima paga al verdugo
y aún le debe el favor estimar.

¿De qué sirve a la Francia y al Austria
el haberse llevado nuestro oro
si perdieron en timbre y decoro
cuanto México en gloria ganó?

Si desean alfombrar con laureles
los desiertos de México, vengan
Liberales habrá que defiendan
la consigna que Hidalgo legó.

 

*Ondea la bandera de Yucatán en Mérida, el gobernador encabezó el izamiento


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