Multitudinario Desfile de Día de Muertos reafirma a la Ciudad de México como epicentro de tradición y cultura
Con una asistencia histórica de más de un millón 300 mil personas, el Gran Desfile de Día de Muertos de la Ciudad de México, encabezado por la jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, se convirtió en un despliegue único de cultura y tradición. Este espectáculo reunió a miles de capitalinos y turistas nacionales e internacionales, quienes abarrotaron la ruta de ocho kilómetros entre el Bosque de Chapultepec y el Zócalo capitalino.
En medio de catrinas, flores de cempasúchil y coloridos carros alegóricos, Brugada destacó el valor cultural del Día de Muertos, recordando que es una festividad reconocida como Patrimonio Cultural de la Humanidad. “Con este desfile celebramos nuestras raíces y mostramos al mundo que la Ciudad de México es hogar de todos los pueblos de América”, afirmó.
Un desfile lleno de creatividad y tradición
El evento destacó por su diversidad y creatividad. Desde tempranas horas, asistentes de todas las edades llegaron con banquitos y sillas plegables para asegurar un buen lugar. La apertura estuvo marcada por “Iztapaxolotl,” una impresionante marioneta de ajolote de siete metros de altura, junto con las icónicas “Figuras del Mictlán”, representaciones de barro viviente que sorprendieron a todos.
Más de 600 personajes en trajes de catrinas y catrines, junto con figuras de diablitos, mariachis y dioses prehispánicos, llenaron las calles con color y vida. La secretaria de Cultura, Ana Francis López Bayghen, y la secretaria de Turismo, Alejandra Frausto Guerrero, acompañaron a Brugada durante el evento, resaltando el esfuerzo colectivo de las más de seis mil personas que participaron, incluidos mil 600 integrantes de PILARES y 500 de las Unidades de Transformación y Organización para la Inclusión y Armonía Social (UTOPÍAS).
Multitudinario Desfile de Día de Muertos reafirma a la Ciudad de México como epicentro de tradición y cultura
Una experiencia musical y cultural
El desfile estuvo acompañado de una rica variedad musical: batucadas, bandas de rock, marimbas y el tradicional danzón al ritmo de los emblemáticos carros alegóricos del Salón Los Ángeles. Cada contingente, integrado por artistas y ciudadanos de diferentes alcaldías y pueblos originarios, rindió homenaje a la diversidad cultural del país, entre mojigangas, carros alegóricos y comparsas musicales.
Brugada subrayó que en México, la muerte es vista como un paso en el ciclo de la vida, una creencia que se materializa en la celebración de este día: “Para nosotros, la muerte no es el final, sino parte del camino, un camino que permite el retorno de nuestros seres queridos”, expresó.
El Gran Desfile de Día de Muertos de la Ciudad de México reafirma el papel de la capital como un epicentro de cultura y tradición, una ciudad que abre sus puertas al mundo para compartir su visión única de la vida y la muerte.