Destaca UIT Desigualdades Globales en la Conectividad Digital
En plena era digital, la brecha digital continúa siendo una realidad impactante que separa regiones y grupos etarios a nivel global, marcando una desigualdad global, según datos revelados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
A pesar de que tres de cada cuatro personas mayores de diez años poseen un teléfono celular, la accesibilidad a la red aún es un desafío. La ONU informa que solo el 65 % de la población logra conectarse a Internet, lo que subraya la persistencia de desigualdades significativas en la conectividad global.
Los datos de la UIT, correspondientes a 2023, revelan que aproximadamente un tercio de la población mundial, es decir, 2 mil 600 millones de personas, carecen de acceso a Internet. Aunque hay una ligera reducción con respecto al año anterior, estas cifras evidencian que la meta de una conectividad universal para 2030 sigue siendo incierta.
El análisis de la UIT destaca marcadas diferencias entre países de ingresos altos y bajos en términos de tráfico de internet y cobertura 5G. A pesar de los esfuerzos, el crecimiento sigue siendo desigual, y las tendencias actuales no garantizan un acceso equitativo para todos.
La falta de acceso no solo se limita geográficamente, sino que también afecta en función de género y edad. A nivel global, el 70 % de los hombres utilizan internet en comparación con el 65 % de las mujeres. Además, los jóvenes están más conectados, con un 79 % de personas entre 15 y 24 años utilizando internet, resaltando desigualdades generacionales.
Destaca UIT Desigualdades Globales en la Conectividad Digital
Los costos continúan siendo un obstáculo crítico, ya que el precio promedio de un abono básico de banda ancha móvil representa el 8,6 % del salario medio en economías de bajos ingresos, en contraste con el 0,4 % en países de altos ingresos.
La falta de acceso a la red telefónica móvil 5G y la dependencia de la red 3G en países de bajos ingresos subrayan la brecha en la calidad de la conectividad. Aunque la conectividad 4G ofrece una vía efectiva, solo llega al 39 % de la población en países de bajos ingresos.
A pesar de los esfuerzos de organismos internacionales, la concentración del tráfico global de internet en manos de unas pocas grandes empresas plantea interrogantes sobre la posibilidad de lograr un internet verdaderamente equitativo e inclusivo.
La brecha digital refleja así una forma de organizar la arquitectura económico-financiera mundial, destacando la necesidad de abordar no solo las desigualdades de acceso, sino también el control concentrado de la información en manos de grandes conglomerados transnacionales.
Sin embargo, el desafío persiste en reconciliar la necesidad de acceso universal con la realidad de un internet dominado por actores monopólicos con agendas empresariales propias.
