Brugada y Harfuch un “trompo a la uña” por Cdmx para Claudia

Por Fernando Aguilar
Las obras que cimentó en Iztapalapa, la Alcaldía más poblada de la Ciudad de México, tiene encumbrada a Clara Brugada, en su búsqueda de la candidatura de “Morena” rumbo a la Jefatura de Gobierno; en cambio, el ex titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), Omar García Harfuch, quien busca el mismo futuro, su camino es de claro-oscuros, pues a pesar de su exitoso papel en su cargo, lleva el estigma de haber participado en el caso de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero.
Además de su cercanía con el ex superpolicía de los tres expresidentes anteriores a Andrés Manuel López Obrador, pues fue el consentido de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Nos referimos a Genaro García Luna, quien enfrenta a la justicia de Estados Unidos por tráfico de drogas, entre otros.
Son los dos principales aspirantes de Morena a gobernar la gran CDMX, debido a su gran popularidad como funcionarios públicos, los más encumbrados. El resto de los participantes son Hugo Gatell, exsubsecretario de Salud a nivel federal y Mariana Boy, del Partido Verde Ecologista de México, aliado del morenismo.
“Por sus obras los conoceréis”, reza un pasaje bíblico para distinguir a los hombres de buena voluntad contra los falsos profetas. Si es así, entonces revisemos las obras de los dos contendientes que se perfilan a obtener la representación del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) rumbo a las elecciones del 2024 en busca de la jefatura de gobierno.
Entonces adentrémonos a palpar las carencias más sentidas de las comunidades de San Miguel Teotongo, Santa Catarina, Santa Cruz Meyehualco, La Era, La Esperanza, La Planta, La Regadera, Las Peñas, El Manto, El Edén, El Mirador, El Molino, El Molino Tezonco, El Paraíso, El Polvorillo, El Prado, El Retoño, El Rodeo…, donde las eternas demandas son el suministro de agua potable, la inseguridad, el transporte, el abandono de las madres solteras y a las mujeres en general.
A donde quiera que usted vaya de estos barrios o colonias, le estarán hablando de Iztapalapa, y hablar de Iztapalapa, es hablar de más de 1.8 millones de habitantes, quienes en las tres veces que estuvo al frente Clara Brugada, uno como delegada y dos como alcaldesa, ha dejado una profunda huella entre los habitantes.
Pero repacemos brevemente su pasado: Clara Marina Brugada Molina nació en la colonia Nativitas en 1963, según publicaciones impresas y medios digitales, es licenciada en economía por la UAM-Iztapalapa; inició sus trabajos comunitarios en distintas organizaciones sociales desde los años de 1980 a su regreso a la ciudad de México luego de vivir algunos años en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, a donde se había mudado con su madre y dos hermanos a la muerte de su padre.
Sus recuerdos se remontan a esos años cuando algunos líderes de la Unión de Colonos de San Miguel Teotongo, Iztapalapa, se acercaron a ella y a algunos compañeros de la UAM solicitando que fueran a esa colonia y a otras del rumbo a dar clases a los niños de forma gratuita.
Así fue como inició ese acercamiento a las comunidades marginadas en su época de estudiante universitaria lo que le atrajo la idea de seguir con esa vocación social, a tal grado de asentarse en esa zona agreste de la capital, donde hasta la fecha radica con su familia, un lugar que durante los años ochenta fue una región de alta marginalidad.
Los inicios en la política
Fue en 1991 cuando tuvo el primer acercamiento con la política de forma oficial, durante el primer “éxodo por la democracia”, caminata encabezada por el ya fortalecido en estos menesteres, Andrés Manuel López Obrador, proveniente de Villahermosa, Tabasco, rumbo al entonces Distrito Federal; En las orillas de San Miguel Teotongo fue el encuentro de Clara como activista de la UPREZ y también militante del PRD. Andrés Manuel era presidente del PRD tasbasqueño.
Su primer cargo público de Clara Brugada fue en 1997, al convertirse en diputada federal por el PRD y encabezar la Comisión de Desarrollo Social de la Cámara de Diputados, en la primera legislatura, en aquella época, sin mayoría absoluta del PRI.
Posteriormente y al término de ese encargo, en el 2000 cuando el PAN tomó las riendas del gobierno federal con Vicente Fox, ocupó una curul en la extinta Asamblea Legislativa, mientras Andrés Manuel López Obrador asumía la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal.
Tres años después, Brugada volvió a la Cámara de Diputados y, en 2006, participó en las manifestaciones en contra del “fraude electoral”, incluido el plantón en Paseo de la Reforma. A finales de ese año, el jefe de Gobierno electo, Marcelo Ebrard, la invitó a hacerse cargo de la Procuraduría Social (Prosoc).
Los resultados como alcaldesa
Posteriormente, en 2012 , tras concluir su gestión como delegada en Iztapalapa y después de la segunda derrota de López Obrador en las elecciones presidenciales, Brugada se unió a los trabajos para la fundación del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), movimiento que en 2014 obtuvo su registro como partido político nacional.
Luego, en 2016, en el marco de la reforma política de la Ciudad de México, Clara Brugada fue electa diputada de la Asamblea Constituyente ―conformada por 100 diputados―, quienes redactaron la Constitución de la Ciudad de México, que se promulgó en enero de 2017.
Esta trayectoria hizo que fuera arropada por Morena y el PT, en 2018 fue electa alcaldesa de Iztapalapa y, en 2021, fue una de las siete morenistas que logró mantener su delegación. Con 393 mil 578 votos (57.7 por ciento del total) fue la más votada en la ciudad, durante una jornada electoral en la que el partido del presidente sufrió un notable descalabro.
De esta manera, con Brugada, Iztapalapa se convirtió en uno de los territorios consentidos del presidente López Obrador, quien no suele inaugurar obras ni encabezar entrega de programas sociales en la capital del país, salvo en esta demarcación.
La línea del Cablebús más larga del mundo, trolebús elevado, 13 albercas semiolímpicas, una alberca olímpica, una pista de hielo permanente, miles de murales en las fachadas de las colonias y cientos de kilómetros en caminos iluminados para que las mujeres se sientan libres y seguras son algunas de las acciones que han hecho que el rostro de Iztapalapa sea otro.
Además, se han construido 12 utopías (Unidades de Transformación y Organización Para la Inclusión y la Armonía Social), con una inversión de 100 millones de pesos en cada una, incluida la de Meyehualco en donde se habilitó un parque temático llamado Iztapasauria.
Las utopías son el proyecto más ambicioso de la alcaldía, que busca la transformación social con impactos sociales y urbanos. En estos espacios se ha puesto a disposición de la población equipamiento cultural, recreativo, social y deportivo, de manera gratuita. Al término de la administración, se espera que haya cinco utopías más en operación.
Y en materia de seguridad, Brugada afirma que la incidencia delictiva bajó un 50%, resultado que se ha logrado por el trabajo coordinado con la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), pero también por la inversión que se ha hecho para reforzar la presencia de elementos de la policía auxiliar en la alcaldía.
De acuerdo con lo que ha informado Brugada, en 2018, cuando se convierte en alcaldesa de Iztapalapa, había 13 patrullas de policía auxiliar para dar servicio en toda la demarcación. Actualmente se tiene en operación en todo el territorio 272 vehículos.
Por esta labor no solamente se ha valido el reconocimiento del mismo presidente de República, sino también de la propia candidata a la Presidencia, la ex jefa de gobierno, Claudia Sheimbaum quien ha declarado que “…el trabajo que hizo (Clara Brugada) en Iztapalapa probablemente no lo ha hecho ningún alcalde en nuestro país”.
Es un ejemplo no solamente a nivel nacional sino internacional, deberíamos sentirnos orgullosos de tan notable trabajo que ha hecho en Iztapalapa, ha dicho la ahora gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez Álvarez, al hacer referencia de Clara Brugada.
En esos mismos términos se ha referido el actual encargado de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres Guadarrama, al decir de las obras que ha realizado Clara Brugada en beneficio de esa población del oriente de la ciudad de México han sido obras de admirar y de ejemplo para los futuros servidores.
Omar García Harfuch
El segundo en importancia para obtener la candidatura al gobierno de la Ciudad de México por Morena, es el ex jefe policiaco, Omar García Harfuch, quien después de sus grandes logros en la seguridad de la capital al desmantelar algunas organizaciones criminales y mantener casi frenados a los grupos del crimen organizado, no ha tenido el mismo éxito en su lucha por la candidatura al gobierno capitalino.
Lo primero que saltó a la vista de los observadores y que ha marcado el inicio de sus recorridos por algunas alcaldías de la Ciudad de México, ha sido su cercanía con el ex superpolicía de los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón. Hablamos de Genaro García Luna, quien actualmente enfrenta juicios en Estados Unidos por su relación con el crimen organizado y el narcotráfico.
“A través de una investigación periodística, se obtuvo copia del expediente oficial del paso de García Harfuch por la Policía Federal durante la gestión de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública Federal, y Cárdenas Palomino, su brazo derecho, hoy acusados en una Corte Federal de Nueva York de narcotráfico y recibir sobornos del Cártel de Sinaloa y de los Beltrán Leyva en la época en que el jefe policiaco capitalino era parte del círculo más cercano”, dice la investigación publicada por Aristegui Noticias.
Publicado en su portal el 15 de octubre de 2020, señala que “Los documentos incluyen información desde su ingreso a la PF el 1 de septiembre de 2008, sin ninguna preparación ni experiencia en la materia, hasta el 2013, cuando fue nombrado titular de la Coordinación Estatal de la PF en Guerrero, cargo que ocupaba cuando fueron atacados y desaparecidos los 43 normalistas de la Escuela Normal de Ayotzinapa en septiembre de 2014.”
También hasta esa fecha, señala que “Su nivel de estudios máximo era el bachillerato, el cual terminó en 2001 a través del sistema de educación abierta. Cursó hasta el quinto semestre de la Licenciatura en Administración de Empresas en la Universidad Anáhuac, pero abandonó los estudios. Y dejó el negocio familiar para irse a la PF”.
Para el precandidato, ser nieto del general Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa Nacional, durante la masacre estudiantil de 1968; e hijo de García Paniagua, expresidente del PRI, a lo que se be agregar la sombra de los padres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero, se ha vuelto su peor pesadilla. Sin olvidar sus fuertes nexos con Genaro García Luna, de ahí que desde un principio Andrés Manuel López Obrador no lo haya mantenido entre los personajes de su confianza.
Aunque ahora lo defiende y exculpa, el propio mandatario advierte que el pueblo decidirá.