México y Estados Unidos afinan cooperación contra armas y nuevas amenazas criminales
En un contexto de creciente complejidad en materia de seguridad regional, México y Estados Unidos reforzaron su coordinación bilateral al celebrar la segunda reunión del Grupo de Implementación en Seguridad, un mecanismo que busca traducir los acuerdos diplomáticos en acciones concretas frente a amenazas compartidas, como el tráfico de armas, el uso de drones por parte del crimen organizado y el robo de combustibles.
El encuentro, realizado el 11 de diciembre, formó parte del seguimiento al Programa de Cooperación sobre Seguridad Fronteriza y Aplicación de la Ley, y reunió a altos funcionarios de ambos países, entre ellos el encargado de despacho de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Roberto Velasco, y el embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson.
El tráfico de armas, eje de la agenda común
Durante la reunión se evaluaron los avances logrados desde el último encuentro, celebrado en McAllen, Texas, donde el tráfico ilícito de armas ocupó un lugar central. Las delegaciones coincidieron en que este fenómeno sigue siendo un factor clave que alimenta la violencia en ambos lados de la frontera.
En este sentido, México y Estados Unidos acordaron profundizar y agilizar el intercambio de información, así como dar continuidad a las acciones conjuntas de incautación de armas y municiones, con el objetivo de frenar el flujo ilegal de armamento hacia territorio mexicano.
Desde el lado estadounidense, se destacaron las operaciones “Sin dejar rastro” y “Misión Cortafuegos”, las cuales han derivado en más de 125 investigaciones relacionadas con el tráfico de armas, como parte de un esfuerzo por atacar las redes que abastecen a los grupos criminales.
Drones y nuevas amenazas en la frontera
Otro de los temas relevantes fue el análisis de desafíos emergentes para la seguridad global, en particular el uso de drones por organizaciones criminales. Ambas naciones coincidieron en la necesidad de anticiparse a este tipo de amenazas tecnológicas y acordaron mejorar el intercambio de información y conectar plataformas analíticas para prevenir y responder a posibles ataques en la zona fronteriza.
El Departamento de Estado de Estados Unidos subrayó que este compromiso busca fortalecer la capacidad de reacción conjunta y reducir los riesgos para las comunidades fronterizas.
Extradiciones, huachicol y combate al fentanilo
La cooperación bilateral también contempla la continuidad en materia de extradiciones, así como el fortalecimiento de investigaciones sobre el robo de combustibles, con el fin de golpear las fuentes de financiamiento del crimen organizado.
Asimismo, autoridades estadounidenses informaron que, como parte de esta colaboración, se han tomado medidas contra instituciones financieras y actores involucrados en la fabricación, distribución y venta de fentanilo, así como de sus precursores químicos, uno de los principales retos de seguridad y salud pública en la región.
Cooperación con respeto a la soberanía
La Secretaría de Relaciones Exteriores reiteró que toda acción en materia de seguridad se realiza bajo los principios de respeto a la soberanía y a la integridad territorial, además de la responsabilidad compartida y sin subordinación.
“La coordinación operativa, el intercambio de información y el diálogo permanente deben traducirse en mejores condiciones de seguridad para las poblaciones de ambos países”, subrayó la cancillería.
Las delegaciones acordaron volver a reunirse en enero de 2026, con el objetivo de evaluar avances y maximizar el impacto de las acciones conjuntas, en un escenario donde la cooperación bilateral se perfila como una pieza clave para enfrentar los retos de seguridad transfronterizos.
