México reafirma su diplomacia tradicional mientras Sheinbaum evita entrar en la polémica por el Nobel de la Paz a María Corina Machado
En medio del revuelo internacional generado por la entrega del Premio Nobel de la Paz a la dirigente opositora venezolana María Corina Machado, la presidenta Claudia Sheinbaum optó por mantener distancia y reiterar los principios que han guiado por décadas la política exterior mexicana. La mandataria evitó pronunciarse sobre el reconocimiento otorgado a Machado, insistiendo en que México no interviene en procesos políticos de otras naciones.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum fue cuestionada sobre el tema y respondió con brevedad, marcando una postura de continuidad respecto a declaraciones anteriores:
“La última vez dije ‘sin comentarios’, y sigo diciendo ‘sin comentarios’”, expresó, para luego subrayar que el país mantendrá su tradicional línea diplomática basada en la no intervención.
Un mensaje dirigido al exterior: México no tomará partido
La presidenta sostuvo que México no emitirá opiniones sobre asuntos internos de Venezuela ni de ningún otro país, recordando que esta postura no es coyuntural sino parte de una doctrina histórica.
“México siempre va a defender la autodeterminación de los pueblos, la no invasión, la no injerencia y la decisión de los pueblos de tener a los gobiernos que decidan los propios pueblos, su soberanía”, afirmó.
El comentario llega en un momento en que distintos gobiernos y organismos internacionales han reaccionado al galardón otorgado a Machado, figura central de la oposición venezolana y crítica recurrente del régimen de Nicolás Maduro. A nivel global, el premio ha sido interpretado por algunos sectores como un mensaje político, mientras que otros lo consideran un respaldo a la lucha democrática en ese país sudamericano.
Continuidad diplomática en un entorno tenso
Sheinbaum enfatizó que, pese al contexto de polarización que vive Venezuela y a las múltiples lecturas que ha generado la decisión del Comité Nobel, la postura de México no variará.
“La solución pacífica de las controversias, como lo dice nuestra Constitución, y la autodeterminación de los pueblos. Siempre será esa nuestra posición”, aseguró.
La presidenta también evitó cualquier comentario que pudiera interpretarse como aval o rechazo frente a la figura de Machado, reforzando la idea de que México no se alineará con ninguno de los bandos en disputa.
Una señal de estabilidad diplomática
Con esta postura, el gobierno mexicano busca enviar un mensaje de estabilidad y continuidad en su política exterior, en un año en el que América Latina enfrenta reconfiguraciones políticas y tensiones regionales. Especialistas señalan que, más allá del caso específico, la respuesta de Sheinbaum refleja la intención de preservar la esencia de la llamada Doctrina Estrada, que ha sido un pilar de las relaciones internacionales del país.
Mientras la discusión continúa a nivel mundial, México se mantiene al margen, reafirmando que no tomará partido y que su apuesta seguirá siendo la diplomacia prudente y el respeto irrestricto a la soberanía de los pueblos.
