Los ataques al corazón aumentan en jóvenes, una amenaza silenciosa
La Chispa trae noticias de la salud: Los ataques al corazón aumentan en jóvenes, un fenómeno que preocupa a la comunidad médica global. Aunque históricamente los infartos se asociaron con personas mayores, la realidad actual muestra un aumento preocupante en adultos de entre 20 y 40 años. Factores como el sedentarismo, la mala alimentación y secuelas del COVID-19 están impulsando esta emergencia de salud pública.
Incremento de infartos en adultos jóvenes
Durante años los infartos se relacionaron casi exclusivamente con adultos mayores. Sin embargo, entre 2019 y 2023, los infartos en personas de 18 a 40 años han aumentado un 66 % en Estados Unidos, mientras que en otros rangos de edad han disminuido. Casos como el de Bronny James, de 18 años, o el de un triatleta de 38 años sin factores de riesgo conocidos, evidencian que Los ataques al corazón aumentan en jóvenes y que nadie está exento.

Factores detrás del aumento
Los factores principales de riesgo —hipertensión, colesterol alto, diabetes y obesidad— ahora aparecen a edades más tempranas. Aunque algunos tienen base genética, la mayoría se relaciona con hábitos poco saludables adquiridos desde la infancia. Además, el COVID-19 ha agravado la situación: estudios recientes indican que la infección puede aumentar el riesgo de infarto hasta tres años después, especialmente en adultos jóvenes no vacunados. La inflamación y la coagulación sanguínea inducidas por el virus son mecanismos clave.
Hábitos y desigualdades que aumentan el riesgo
Otros elementos que contribuyen son el consumo de tabaco, alcohol, marihuana y cocaína. La desigualdad social y el racismo estructural limitan el acceso a atención médica de calidad, lo que hace que muchos jóvenes en riesgo no reciban diagnóstico ni prevención adecuados. Aun sabiendo esto, casi la mitad de los menores de 40 años no creen que pueden estar en riesgo.

Impacto en mujeres jóvenes
Aunque los infartos afectan más a hombres, el aumento de hospitalizaciones en mujeres es preocupante. Las más afectadas suelen tener antecedentes de hipertensión, diabetes o enfermedad renal crónica, y muchas son afrodescendientes. Según un informe de 2024, tienen más probabilidades de morir tras un infarto y de presentar problemas cardíacos en los cinco años siguientes. Esta brecha evidencia la urgencia de mejorar la atención cardiovascular femenina.
La prevención como clave
La prevención es crucial: hábitos saludables, ejercicio regular, alimentación balanceada y chequeos médicos frecuentes pueden revertir esta tendencia. Los ataques al corazón aumentan en jóvenes, pero con educación, control de factores de riesgo y políticas de salud equitativas, es posible proteger a las nuevas generaciones.
