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Las derechas golpistas

Las derechas golpistas

Para las próximas elecciones en México tendrá que hablarse de las derechas, grupos de partidos que juntos mantienen niveles de radicalismo conservador unificados en un mismo grupo político o en un partido con candidatos comunes.
La llegada de partidos como Somos México, conformado por los sobrevivientes de partidos desaparecidos o por desaparecer, se integra a un equipo de grupos débiles que sólo juntos pueden sobrevivir y una vez que pase la prueba de la primera elección que deben confrontar en solitario, si logra pasar los obstáculos, se convertirá en parte de un grupo heterogéneo de partidos satélites.
La fragilidad exige coaliciones aunque los grados de radicalismo en las acciones varíen, lo único concreto es la intención de derribar el actual régimen ya sea por la vía de las urnas o con fuerzas conservadoras del extranjero a través de un golpe de Estado.
Las derechas se están desmoronando en este momento PRI, PAN y MC, se han vuelto grupos vulnerables, la posible llegada de Somos México, sólo reforzaría a la derecha en general, dividiría a los partidos de oposición y pulverizaría el voto disidente.
Las derechas no sólo tienen enemigo común tendrán, en el futuro un mecenas común o varios, que obligarán a la unidad, pero su problema principal que es la falta de lideres, continuará. El protagonismo se los impide y el ego se los prohíbe.
Desde luego, en los partidos de oposición, todos de derecha, hay más razones para el rechazo de la alianza que coincidencias, la creación de un frente común sólo se sostiene por el odio a un enemigo común.
Las derechas podrán unir colores o membretes pero no sumar militantes ni multiplicar votos. La necesidad de actualizar sus propuestas que están a punto de cumplir un siglo en México, les impone no relanzamientos simulados sino refundación profunda, y esto los desampara porque los deja sin identidad ideológica.
Separarse de sus orígenes los deja sin respaldo de sus ideas. Si abren un espacio al aborto, pierden su influencia en quienes intentan manipular; si admiten el matrimonio entre personas de un mismo sexo, extravían su pertenencia a un género que tienen difuso todavía.
La derecha está entrampada entre la identidad personal sacrificada y la actualización social urgente. Si se mueve debe dejar atrás una de ellas. Renovarse o morir, dice el refrán, pero si la derecha se renueva deja de ser derecha, si se actualiza deja de ser conservadora porque ya no conservaría nada, al contrario, liberaría sus represiones hasta parecerse a la izquierda.
Las derechas no dan mucho de sí, de ahí la necesidad de sus alianzas, de sus reconciliaciones y de su regreso a las raíces, como única posibilidad de sobrevivencia.
La llegada de personajes de la ultraderecha financiada por Ricardo Salinas Pliego, como Javier Negré y Fernando Crimedo, ambos con antecedentes penales, hace sonar los tambores de guerra. ¿Cuál es la calidad migratoria de esa gente?
Son extranjeros entrometidos en la política interna de México, y den salir cuanto antes, junto con los medios golpistas que financia Salinas Pliego, con sus nombres como directivos.
Ambos extranjeros no pueden radicar en un país para desestabilizar su gobierno, ni obtener permiso para trabajar para preparar un golpe de Estado, ni tener espacios en los medios para denostar al gobierno establecido por la gran mayoría de los mexicanos.
Acudir al clero católico, a la creciente ola de evangelistas que surgen como hongos en medio de la ignorancia y el fanatismo, incluso a sectas que pudieran dar militantes a las derechas. Éstas, aunque sea en alianza, carecen de fuerza electoral, pero con la ayuda de las religiones, que tendrán también que hacer un esfuerzo por parecerse cada vez más entre ellas, tendrán que borrar diferencias y abandonar el pleito por la grey para convertirse en bisagra de las derechas.
La influencia de las religiones impondrá no sólo humildad entre quienes deben ceder liderazgos sino a sus propios candidatos y líderes. Las religiones tratarán de parecerse cada vez más entre ellas, y los partidos borrarán diferencias entre ellos para crear un frente que se asemejaría a las fuerzas públicas de la Edad Media.


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