La ruta es la inteligencia
Por: Francisco Reséndiz
Tras casi 20 años de violencia generada por el narcotráfico -que en México ha cobrado la vida de casi medio millón de personas, desplazado a miles y una crisis forense de más de 125 mil personas y que en Estados Unidos provocado la muerte cada año de más de 100 mil personas por sobredosis- ambos países perfilan acciones efectivas de inteligencia para aniquilar a los cárteles de la droga.
Más allá de la dura estrategia que -con chantajes y presiones- ejerce el presidente Donald Trump contra México, la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum mantiene una firme colaboración para enfrentar a los grupos criminales que operan de ambos lados de la frontera y que gozan de sólidas redes que les permite mantener su influencia.
Trump no tiene nada que reprocharle a México. Una muestra de esa colaboración fue la entrega a Estados Unidos de un segundo grupo de capos -la mayoría detenidos en los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón- y el sobrevuelo de un dron en Valle de Bravo… eso es lo público, en privado, la relación es más tensa e intensa.
De acuerdo con fuentes diplomáticas el presidente Trump tiene claro que, en el nuevo orden mundial que pretende imponer, no hay espacio para el narcotráfico por lo que el aniquilamiento de los cárteles de la droga -con el poderío que hoy conocemos- es cuestión de tiempo… y para ello el papel de México es clave.
Esta convicción del presidente estadounidense se refleja, a bote pronto, en la enorme cantidad de recursos que destinará a labores de inteligencia para garantizar, justifica él mismo, la seguridad de su país y de sus ciudadanos, y en ese paquete se incluye a la persecución, neutralización y aniquilamiento, insisto, de los grupos del crimen organizado de la región.
Las mismas fuentes me hacen notar no sólo la solicitud de recursos que ha realizado la administración Trump a su Congreso para enfrentar de manera implacable a los cárteles durante 2026 sino la defensa a ultranza que han hecho funcionarios del más alto nivel ante sus legisladores para lograr esos recursos prácticamente inagotables.
En números totales, para actividades antidrogas del Departamento de Defensa serían hasta 929 millones de dólares; para la DEA unos 3 mil 124 millones de dólares; más 9 mil 277 del fondo antidrogas del Departamento de Justicia y una serie de recursos para programas de contención del consumo y rehabilitación de personas consumidoras.
En mayo pasado, durante las gestiones del Departamento de Defensa ante la Cámara de Representantes en el Capitolio, para lograr el dinero solicitado para el programa de Inteligencia Militar, tres altos funcionarios dejaron claro que van con todos sus recursos financieros y tecnológicos contra los cárteles mexicanos y otras amenazas a su país.
Dustin J. Gard-Weiss, subsecretario de Defensa para Inteligencia y Seguridad; el teniente general del Ejército William J. Hartman, director de la Agencia de Seguridad Nacional y comandante interino del Comando Cibernético de EU; y el teniente general de la Fuerza Aérea Jeffrey A. Kruse, director de la Agencia de Inteligencia de Defensa se reunieron con el subcomité de inteligencia y operaciones especiales del Comité de Servicios Armados.
Ahí, Hartman fue directo: “Tanto Cybercom como la NSA han tomado medidas integrales y concretas en apoyo de la defensa de la patria, incluyendo la mejora del apoyo a las actividades de disrupción del gobierno estadounidense contra los cárteles que operan en México y a lo largo de la frontera sur, y en el desarrollo del escudo antimisiles Golden Dome para EU”.
Pero México está haciendo lo suyo. El equipo del secretario Omar García Harfuch mantiene una plena colaboración con las agencias estadounidenses, por ello no es de sorprender la incorporación de Omar Reyes Colmenares, uno de los hombres de su mayor confianza, a la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda.
Entre sus funciones, la UIF debe diseminar reportes de inteligencia y otros documentos útiles para detectar operaciones vinculadas con el lavado de dinero o el financiamiento al terrorismo y denunciar, esto incluye por supuesto a las operaciones que realizan en territorio nacional los cárteles de la droga. Por eso la importancia del perfil y que la UIF no destaque por investigaciones a políticos sino a criminales.
Valdría la pena recordar que de los resultados de la evaluación de México en el marco de la Cuarta Ronda del GAFI -realizada en 2017 por un equipo de expertos del GAFI, GAFILAT y el Fondo Monetario Internacional (FMI)-, la UIF obtuvo una calificación que la sitúa en el mismo nivel de cumplimiento que sus homólogas de EU, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, todos integrantes del G-7.
Así, la ruta que perfilan ambos países es la de la inteligencia policial, militar y financiera para aniquilar a los grandes cárteles mexicanos. Es cuestión de tiempo.
RADAR
APOYO. Por cierto, nos hacen ver que ayer, durante la ratificación del nuevo titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Omar Reyes Colmenares, el senador Jorge Carlos Ramírez Marín, del PVEM, destacó la importancia de su papel en el combate al crimen organizado.
Desde tribuna, el senador yucateco subrayó que es crucial asegurar que los recursos generados por actividades ilícitas no afecten al sistema financiero ni a la política y por ello la importante labor de la UIF.
Además, Ramírez Marín hizo hincapié en que este nombramiento ha logrado un notable consenso entre los legisladores, resaltando la idoneidad del candidato sin buscar protagonismos. La ratificación fue unánime, lo que refleja un apoyo amplio a esta decisión… veamos los resultados.