La OEA contra la democracia
A un año de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por la desaparición forzada de Antonio González Méndez, indígena chol, quien formara parte de la Base de Apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, ocurrida en 1999, este organismo denuncia que el Estado mexicano no ha actuado con la eficacia ordenadas.
Las comisiones nacionales e internacionales que defienden los derechos humanos envían recomendaciones, no ordenan a los gobiernos que según sus evaluaciones violan los derechos humanos de sus ciudadanos.
Hace un año esa corte, la CIDH, dependiente d ela OEA, condenó al Estado mexicano por la desaparición de Antonio González Méndez, ocurrida el 18 de enero de 1999 en el municipio de Sabanilla, Chiapas, a manos de integrantes del grupo paramilitar Organización Desarrollo Paz y Justicia, que ahora busca aliarse con el partido México Republicano, que encabeza Juan Iván Peña Neder, un líder pronazi, golpeador de mujeres y muy cercano a Eduardo Verástegui.
La desaparición de Antonio González, ocurre en el contexto de la estrategia de contrainsurgencia implementada a través del Plan de Campaña Chiapas 94, ordenada por Carlos salinas de Gortari.
Los protocolos se han seguido y se investiga, al igual que las desapariciones forzadas cometidas durante el conflicto armado iniciado el 1 de enero de 1994, porque no prescriben algunas violaciones a los derechos humanos, dependiendo quién las perpetre.
Se le exige al gobierno mexicano que investigue a fondo y mientras esto sucede se le responsabiliza de no encontrar a los culpables, como si se tratara de complicidad.
Hacen creer al mundo, a través de sus medios, que la desaparición de éste y de los indígenas levantados en armas en 1994, es responsabilidad de la Cuarta Transformación. Treinta años después la SIP hace más escándalo que cuando sucedió, porque eran gobiernos hermanos, es decir de derecha, en ese entonces el presidente de México era Zedillo, uno de los más represores de nuestra historia.
La CIDH, depende de la OEA, que se ha caracterizado, desde su nacimiento a culpar a gobierno progresistas de un sinnúmero de violaciones a los derechos humanos.
La OEA y la CIDH, fundada en 1959, nunca condenó a la dictadura de Pinochet ni los hechos violentos contra los indígenas de Chiapas levantados en 1994. Ahora, responsabiliza a los gobiernos progresistas de la actualidad de no encontrar los culpables ni castigarlos.
La CIDH condena a México porque el caso no ha sido debidamente priorizado, luego de casi 27 años de haber sucedido la desaparición de González Méndez.
Esto muestra cómo la CIDH, en lugar de defender los derechos humanos criminaliza a gobiernos con los que no está de acuerdo.
La OEA fue creada a iniciativa de Washington en el marco de la Guerra Fría para garantizar su hegemonía en el hemisferio, no puede sorprender que defienda los intereses del vecino del norte.
Venezuela salió de este grupo que representa una farsa y hay muchas muestras de u parcialidad en la historia del mundo, desde
1954, cuando no hizo nada ante el derrocamiento del gobierno de Jacobo Arbenz, en Guatemala, de cuyos detalles da cuenta magistralmente el escritor fascista Mario Vargas Llosa en su libro Tiempos Recios.
En 1962 la OEA expulsa a Cuba por presión de EU en contubernio con los gobiernos gorilas de la región.
En 1964 no hizo nada ante la invasión militar de EU a República Dominicana.
Un año después, en1965, aprobó la invasión de mercenarios a la isla de Cuba en la bahía de Cochinos.
En 1973 Fue indiferente al derrocamiento del gobierno de Salvador Allende, en Chile.
1982 Inglaterra invade las Islas Las Malvinas, inicia la Guerra de las Malvinas y la OEA guarda silencio.
1983, también calló ante la invasión militar de EU a la Isla de Granada y el asesinato de su presidente Maurice Bishop.
Avaló el golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002.
Para 2012 calla ante el golpe de Estado Parlamentario contra el presidente Fernando Lugo de Paraguay, la OEA dio por aprobado el “mecanismo legal” que se utilizó en el golpe.
No hay que dejar de mencionar que la OEA no se pronunció del todo contra el financiamiento de EU a la contrarrevolución por derrocar al gobierno sandinista.
Guardó silencio ante el golpe a Manuel Zelaya en Honduras, cómo activamente los está haciendo Luis Almagro contra Venezuela.
La OEA no se ha pronunciado contra los asesinatos y masacres que ocurren a diario en México como la masacre de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, en el sexenio de Peña Nieto.
Su origen es belicista, con genes imborrables de la violación a los derechos humanos. El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), en 1947, fue el origen de la creación de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en 1948. Hija de la Doctrina Monroe y la Guerra Fría.
Lo que sorprende es que a los 77 años goce de tan buena salud.
