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Hallan pruebas de un linaje humano que vivió en el Sáhara

Hallan pruebas de un linaje humano que vivió en el Sáhara

linaje humano desconocido en el antiguo Sáhara

La Chispa les cuenta que durante milenios, un linaje humano que habitó el Sáhara floreció en el norte de África, tan aislado que conservó su identidad genética incluso cuando el Sáhara era una exuberante sabana verde de lagos y ríos.

Hace entre 14.500 y 5.000 años, en el Periodo Húmedo Africano, el tercio norte de África –incluido el Sáhara– era una inmensa sabana verde, salpicada de ríos, lagos y abundante fauna salvaje, un lugar que facilitó la presencia humana y la expansión de pastoreo.

Aquellos humanos que vivieron en el llamado Sáhara Verde fueron los primeros pastores de África, pero aún no está claro si el pastoreo fue traído por migraciones humanas del suroeste de Asia o si este modo de vida se difundió entre los cazadores-recolectores locales.

El ADN antiguo revela un linaje perdido

El hallazgo genético cambia por completo lo que sabíamos sobre los antiguos pobladores del norte africano.

Hasta ahora, la extrema aridez del Sáhara, que dificulta la conservación de ADN antiguo, ha frenado el estudio de este periodo de la historia en África. Hoy, un equipo internacional liderado por el Instituto de Antropología Evolutiva Max Planck de Leipzig (Alemania) ha presentado el estudio genómico de dos mujeres de hace 7.000 años, cuyos restos estaban momificados en una cueva en Takarkori, al sureste de Libia. Los detalles de la investigación se han publicado en Nature.

Momia natural de 7.000 años de antigüedad hallada en el abrigo rocoso de Takarkori, en el sur de Libia.

Técnicas de vanguardia en genética ancestral

La investigación actualizó los métodos tradicionales de análisis genético.

Estudios previos habían analizado el genoma de estas mujeres usando ADN mitocondrial (que contiene solo información genética de la madre), pero el nuevo trabajo ha empleado métodos mejorados para obtener ADN nuclear, mucho más completo, al heredarse de ambos progenitores.

Además, el equipo comparó sus resultados con los datos genómicos de 795 individuos actuales y 117 antiguos de África, el suroeste de Asia y Europa. Esto permitió revelar patrones migratorios y genéticos desconocidos.

El linaje humano que habitó el Sáhara permaneció aislado

Este linaje es clave para entender la genética norteafricana actual.

Con todo esto, el equipo descubrió que estas mujeres procedían de un linaje genético norteafricano desconocido hasta ahora que divergió de las poblaciones del África subsahariana cuando los linajes humanos modernos se extendieron fuera de África hace unos 50.000 años.

Este linaje humano que habitó el Sáhara permaneció aislado la mayor parte de su existencia. Aunque ya no existe en forma no mezclada, su ascendencia sigue siendo un componente genético central de la población norteafricana actual.

Vínculos genéticos milenarios y sorpresivos

Los restos de Takarkori y Taforalt arrojan nuevas conexiones prehistóricas.

El estudio descubrió que los restos de Takarkori comparten vínculos genéticos con recolectores de 15.000 años de antigüedad de la cueva de Taforalt (Marruecos), asociados a la industria lítica Iberomaurusiana, anterior al Periodo Húmedo Africano.

El aislamiento del norte de África persistió

Incluso con un Sáhara verde, el flujo genético fue mínimo.

Vista desde el refugio rocoso de Takarkori, en el sur de Libia.

Los individuos de Takarkori y Taforalt están igualmente alejados de los linajes del África subsahariana, lo que indica que el flujo genético entre estas regiones fue limitado, incluso durante los periodos más favorables ambientalmente.

El estudio también analiza la ascendencia neandertal y muestra que los individuos de Takarkori tienen diez veces menos ADN neandertal que las personas de fuera de África, pero más que los africanos subsaharianos contemporáneos.

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ADN neandertal y conexiones fuera del continente

Una sorpresa en la genética de las primeras poblaciones norteafricanas.

Estos hallazgos indican que, aunque las primeras poblaciones norteafricanas estaban en gran medida aisladas, recibieron restos de ADN neandertal por medio del flujo genético procedente de fuera de África, un dato que desafía teorías previas sobre la pureza genética del continente.

El pastoreo, una innovación cultural clave

El modo de vida del Sáhara Verde pudo surgir sin migraciones.

Para Nada Salem, investigadora del Max Planck y primera autora del estudio, la investigación “desafía las suposiciones previas sobre la historia de la población norteafricana y pone de relieve la existencia de un linaje genético profundamente arraigado y aislado desde hace mucho tiempo”.

“Este descubrimiento revela cómo se extendió el pastoreo por el Sáhara Verde, probablemente a través del intercambio cultural y no de migraciones a gran escala”, añade Salem.

La arqueología genética gana protagonismo

El ADN antiguo ilumina zonas oscuras del pasado humano.

David Caramelli, coautor e investigador en la Universidad de Florencia, señala que este trabajo “pone de relieve la importancia del ADN antiguo para reconstruir la historia humana en regiones como el centro norte de África”. Esta información proporciona un apoyo independiente a teorías arqueológicas existentes.

Un linaje casi invisible en los genomas actuales

Mary Prendergast resalta el valor de esta nueva evidencia.

Nature acompaña el estudio con un artículo de la antropóloga Mary Prendergast, de la Rice University (Texas, Estados Unidos), quien subraya el valor de este trabajo en el estudio de la compleja historia demográfica de África. Muchos de estos linajes apenas son detectables en los genomas de la población actual, lo que hace que estos hallazgos sean aún más valiosos.


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