Inversión eléctrica busca blindar al país ante el alza en el consumo y acelerar la transición energética
Más allá de la construcción de nuevas centrales, la estrategia eléctrica del gobierno federal apunta a blindar al país frente al crecimiento sostenido en la demanda de energía y a recuperar la capacidad del Estado para conducir el desarrollo del sector. Así lo dejó ver la directora general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Emilia Calleja, al detallar los avances en los proyectos prioritarios de generación y transmisión eléctrica.
La funcionaria explicó que la planeación del Sistema Eléctrico Nacional anticipa un aumento significativo en el consumo durante los próximos años, lo que obliga a invertir de manera preventiva para evitar riesgos de desabasto, fallas operativas o dependencia excesiva de privados. En ese contexto, la CFE busca mantener una participación estatal del 54 por ciento en la generación, considerada clave para la seguridad energética del país.
Uno de los ejes centrales de esta estrategia es el fortalecimiento de la generación firme. En una primera etapa, la empresa productiva del Estado desarrollará cinco proyectos que, en conjunto, aportarán cerca de tres mil megawatts adicionales al sistema eléctrico nacional. La inversión prevista asciende a cuatro mil 328 millones de dólares, equivalentes a más de 80 mil millones de pesos.
Calleja destacó que estas centrales se ubicarán en regiones estratégicas, aprovechando infraestructura ya disponible, como redes de transmisión existentes, acceso a gas natural y terrenos propiedad de la CFE. Esta decisión, subrayó, permitirá reducir costos, acelerar los tiempos de construcción y mejorar la confiabilidad del sistema eléctrico.
Dentro de este paquete, ya se puso en marcha la Central de Ciclo Combinado Francisco Pérez Ríos (Tula II), en Hidalgo, el primer proyecto de generación que arranca en la actual administración y que forma parte del proceso de reconversión energética y reducción de emisiones contaminantes.
Inversión eléctrica busca blindar al país ante el alza en el consumo y acelerar la transición energética
A la par, las centrales de Salamanca, Altamira y Mazatlán avanzan en sus etapas de ingeniería básica y de detalle, con el objetivo de iniciar obras en el corto plazo. En contraste, el proyecto de combustión interna en Los Cabos se encuentra en proceso de revisión, a fin de garantizar su viabilidad técnica y financiera ante las nuevas condiciones del mercado energético.
El plan también mantiene como prioridad el impulso a las energías limpias. En este rubro, la directora de la CFE confirmó la continuidad del proyecto de la Central Fotovoltaica Puerto Peñasco, en Sonora, considerada una pieza estratégica para la transición energética nacional.
Las fases tres y cuatro de este complejo sumarán 580 megawatts adicionales, con una inversión de 710 millones de dólares. La tercera fase iniciará su construcción en los próximos días, mientras que la cuarta está programada para arrancar en febrero de 2026.
Una vez concluidas todas sus etapas, Puerto Peñasco se consolidará como el complejo fotovoltaico más grande de América Latina, con una capacidad total de mil megawatts, suficiente para abastecer a una ciudad del tamaño de Guadalajara o Mérida y evitar la emisión de más de un millón de toneladas de dióxido de carbono al año.
Con estos proyectos, la CFE apuesta no solo a ampliar la capacidad eléctrica del país, sino a garantizar un suministro confiable, sostenible y alineado con los objetivos de soberanía energética y combate al cambio climático.
