Temen por la vida de Dani Alves ya que podría quitarse la vida
En la prisión Brians 2, temen por la vida de Dani Alves, ya que su círculo cercano cree que el ex jugador podría quitarse la vida.
Entre el lunes 5 y el miércoles 7 de febrero pasados, se llevaron a cabo tres audiencias del juicio que busca determinar la inocencia o culpabilidad de Dani Alves.
Temen por la vida de Dani Alves, ya que aseguran esta tan deprimido que puede acabar con su vida
Desde enero de 2023, se dio a conocer la detención del ex lateral derecho de Pumas y Barcelona, por acusaciones de agresión sexual.
Tras los testimonios de la fiscalía, de la parte denunciante y de la querella, el exfutbolista del FC Barcelona, Juventus, París Saint-Germain y Sao Paulo afronta un castigo que puede ir entre 9 a 12 años de cárcel.
De acuerdo a sus compañeros de celda, esta situación repercutió fuertemente en el estado de ánimo del brasileño.
Uno de los presidiarios que más contacto mantuvo con Dani Alves este último tiempo, asegura que no se encuentra psicológicamente estable.
“A raíz del juicio, le ha pegado el bajón. Está como deprimido, cabizbajo. Los educadores y funcionarios le están arropando”, comentó el compañero de Alves en Brians 2.
También aclaró cómo actuó la correccional ubicada en las afueras de la ciudad condal para evitar una tragedia.
“Por miedo a que se cortara o que intentara hacer alguna locura o historias de esas, estuvo el día después del juicio con un protocolo de custodia´´, agregó el compañero de celda de Dani.
Libertad condicional de Dani fue rechazada
El cuerpo de abogados de Dani Alves intentó en todo momento, por un lado, mejorar las condiciones en prisión.
De igual forma buscó que el futbolista esperara la sentencia del juicio en libertad condicional.
Pero la fiscalía se opuso y la justicia, por su parte, no dio lugar a la solicitud, al interpretar por ambos organismos que hay peligro real de fuga.
Alves cambio su testimonio varias ocasiones
Alves cambió la versión de los hechos de la noche en la discoteca Sutton de Barcelona, por lo menos, en tres oportunidades.
Primero negó haber estado en el local bailable y conocer a la mujer, para después reconocer haber estado e intimado con quien terminó siendo su acusadora.
Más tarde, aceptó el encuentro sexual, del cual remarcó que hubo consentimiento por parte de la denunciante.
Esta postura que fue mutando en cada una de las audiencias, no hizo más que complicar aún más su situación.
Por último las imágenes con las que pudo dar la policía de las cámaras de la discoteca, sumada a los testimonios de los testigos, lo incriminaron a tal punto que puede llegar a ser declarado culpable.
