Starship afecta a México ya que los restos de uno de sus cohetes está llegando a México


En La Chispa estamos informados de lo que pasa en el mundo y ahora te diremos cómo Starship afecta a México. El 27 de mayo de 2025, la empresa SpaceX, liderada por Elon Musk, lanzó nuevamente su nave Starship desde la Starbase de Texas. Esta prueba, la novena del programa, tenía como objetivo demostrar con éxito la reentrada del vehículo espacial tras una serie de complejas maniobras en órbita. Sin embargo, ambos componentes del cohete se destruyeron al reingresar a la atmósfera terrestre.
Los fragmentos del cohete, en especial del propulsor Super Heavy, han comenzado a aparecer en playas mexicanas, lo que ha generado gran preocupación en comunidades costeras y organizaciones ambientales.
Starship afecta a México: ¿qué consecuencias ambientales trae?
Jesús Elías Ibarra Rodríguez, presidente de Conibio Global A.C., alertó que la explosión del propulsor en el Golfo de México generó “millones de partículas de basura”. Estos residuos, según el activista, ya han llegado a la playa de Bagdad, en Matamoros, Tamaulipas.

La organización advierte que todo el ecosistema marino podría estar en peligro. Tanques y partes del sistema contraincendios del cohete flotan entre las corrientes, representando una amenaza tanto para la biodiversidad como para la actividad pesquera.
El impacto en los pescadores y embarcaciones mexicanas
El hallazgo de restos tecnológicos en el mar mexicano no solo es una preocupación ambiental. También afecta directamente a las familias que viven de la pesca. Las embarcaciones podrían colisionar con estos restos, lo que implica costos de reparación, riesgos de accidentes y pérdida de fuentes de ingresos.
Este escenario pone en evidencia cómo la basura espacial ya no solo contamina el espacio exterior, sino que empieza a afectar los territorios donde vive gente que depende directamente del mar.

Preocupación internacional: ¿quién es responsable de los restos?
Las leyes internacionales sobre responsabilidad espacial podrían obligar a SpaceX o al gobierno de Estados Unidos a enfrentar consecuencias legales. Aunque la legislación aún es ambigua respecto a los daños colaterales causados en terceros países, cada vez más expertos presionan para una regulación clara y eficaz.