Infraestructura y participación comunitaria reconfiguran el bachillerato público en México
La Educación Media Superior en México atraviesa un proceso de transformación estructural que busca corregir rezagos históricos en infraestructura, equipamiento y condiciones de aprendizaje. En 2025, el programa La Escuela es Nuestra (LEEN) amplió por primera vez su alcance al nivel bachillerato, beneficiando a 6 mil 239 planteles, lo que representa el 52 por ciento de las 11 mil 891 escuelas públicas existentes en este nivel educativo.
El secretario de Educación Pública, Mario Delgado Carrillo, informó que esta intervención marca un punto de inflexión en la política educativa federal, al integrar al bachillerato dentro de una estrategia que prioriza la dignificación de los espacios escolares como condición básica para garantizar el derecho a la educación de las y los jóvenes.
Impulsado por la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, el programa no solo contempla obras físicas, sino que introduce un modelo de gestión participativa en el que los recursos se entregan de manera directa a los comités escolares, conformados por madres, padres, docentes y estudiantes. Este esquema fortalece la transparencia, reduce intermediarios y otorga a las comunidades escolares la capacidad de decidir sobre las necesidades más urgentes de cada plantel.
Las acciones realizadas durante 2025 se enfocaron en rehabilitación, mantenimiento mayor y equipamiento básico, elementos clave para crear entornos seguros y funcionales. De acuerdo con la SEP, el diseño del plan sexenal establece una atención diferenciada por nivel educativo, lo que permitirá que las escuelas de Educación Media Superior reciban apoyos al menos en tres ocasiones a lo largo del sexenio, garantizando continuidad y sostenibilidad en las mejoras.
Infraestructura y participación comunitaria reconfiguran el bachillerato público en México
Por su parte, la directora del programa LEEN, Pamela López Ruiz, subrayó que la meta es alcanzar una cobertura total del 100 por ciento en bachillerato. Para ello, en 2026 se atenderán las 5 mil 652 escuelas restantes, con lo que se cerrarán brechas de infraestructura que por décadas han afectado a este nivel educativo, especialmente en zonas rurales, comunidades indígenas y regiones con alta marginación.
Este enfoque territorial y de justicia social prioriza a los planteles con mayores rezagos, consolidando a la escuela como un espacio no solo de aprendizaje académico, sino también de cohesión comunitaria y desarrollo social. La apuesta, señalaron las autoridades, es que mejores condiciones físicas incidan directamente en la permanencia escolar, la adquisición de habilidades para la vida y el trabajo, y la transición hacia la Educación Superior.
Con esta estrategia, el Gobierno de México coloca al bachillerato como un eje clave para el desarrollo nacional, al reconocer que invertir en las escuelas donde estudian millones de jóvenes es una condición indispensable para impulsar la movilidad social y avanzar en la transformación educativa del país.
