Gertz Manero deja la Fiscalía para abrir paso a un relevo diplomático: Senado alista ruta para procesar su renuncia
La renuncia de Alejandro Gertz Manero a la titularidad de la Fiscalía General de la República (FGR) abrió este jueves un nuevo capítulo político en el arranque del gobierno de Claudia Sheinbaum, luego de que el propio funcionario confirmara que la presidenta lo propuso para encabezar una embajada de México en el exterior.
En una carta enviada a la presidenta del Senado, Laura Itzel Castillo Juárez, Gertz detalló que la propuesta diplomática ya se encuentra en trámite administrativo y que asumiría el encargo “con la aspiración de continuar sirviendo al país”, en lo que calificó como una transición natural tras décadas en el servicio público. Subrayó que su salida se sustenta en su “vocación de servicio” y en una trayectoria que —dijo— lo ha llevado a desempeñar responsabilidades de alto nivel durante más de medio siglo.
La comunicación del aún fiscal llegó a la Mesa Directiva del Senado acompañada de una solicitud explícita: informar al pleno sobre su renuncia e iniciar, en los tiempos que marca la ley, el proceso de ratificación del nombramiento diplomático otorgado por la titular del Ejecutivo. El procedimiento, de acuerdo con la Constitución, requiere que la Cámara Alta apruebe la designación antes de que se concrete el relevo.
Aunque el documento no precisa el país al que sería enviado, fuentes legislativas confirmaron que el trámite se gestionará bajo la misma ruta que cualquier nombramiento de embajadores, lo que obliga al Senado a revisar los perfiles, emitir dictámenes y votar la propuesta en periodo de sesiones.
Gertz Manero concluyó su misiva señalando que, de ser ratificado, asumirá la representación diplomática “con compromiso y responsabilidad”, en un contexto en el que su salida abre también la puerta a la designación de un fiscal provisional mientras se organiza el proceso formal para elegir a la nueva o nuevo titular de la FGR.
La renuncia marca un momento decisivo para la institución, que desde 2019 se convirtió en un órgano constitucional autónomo y cuyo liderazgo —por diseño— tiene implicaciones directas en la agenda de justicia, seguridad y combate a la corrupción del país. El Senado deberá ahora resolver, en paralelo, tanto la vacante de fiscal como el eventual nombramiento del exfuncionario en el cuerpo diplomático.
