Detención revela red de reclutamiento criminal ligada al asesinato del exalcalde de Uruapan
La captura de Jaciel Antonio “N”, alias “El Pelón”, abrió este lunes una nueva línea de esclarecimiento en torno al asesinato del exalcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, al exponer la operación de una red de reclutamiento de jóvenes en situación de vulnerabilidad para integrarlos a células criminales con presencia en la región.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), el detenido, de 36 años, presuntamente se encargaba de reclutar personas desde centros de rehabilitación para adicciones, a quienes posteriormente se les asignaban labores de sicariato y distribución de droga. Su aprehensión ocurrió en las inmediaciones de un hotel en Uruapan, como resultado del seguimiento a las líneas de investigación sobre el grupo criminal que habría planeado el homicidio de Manzo.
Según el comunicado oficial, “El Pelón” fue detenido por delitos de cohecho y contra la salud y ya fue puesto a disposición del Ministerio Público, tras ser informado de sus derechos. El titular de la SSPC, Omar García Harfuch, confirmó el hecho a través de su cuenta de X, donde subrayó que el detenido operaba como enlace entre centros de rehabilitación y estructuras delictivas.
Una cadena de detenciones y una investigación que apunta a un autor intelectual
La captura de Jaciel Antonio “N” se suma a las de “El Licenciado” y siete escoltas del propio Carlos Manzo, quienes permanecen bajo prisión preventiva desde el fin de semana. Un juez de control de Michoacán determinó esta medida cautelar mientras se desahogan las primeras etapas del proceso judicial.
“El Licenciado” es señalado por las autoridades como presunto autor intelectual del asesinato del exalcalde, mientras que los escoltas enfrentan acusaciones por homicidio calificado por omisión. Las indagatorias del Ministerio Público señalan que el crimen habría sido ordenado por líderes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), con la participación de al menos diez personas en el atentado.
La defensa de los ocho detenidos solicitó la duplicidad del término constitucional por 144 horas, lo que fue concedido por el juez. Será el miércoles 26 de noviembre cuando se determine si enfrentarán proceso penal formal.
La carta póstuma que expone el miedo y el control criminal
La investigación tomó un giro revelador este fin de semana tras la difusión de una carta póstuma atribuida a Ramiro “N”, uno de los implicados en el asesinato, quien murió recientemente. El escrito, hallado por su pareja dentro de una maleta, está dirigido a su hija y ofrece una confesión que mezcla arrepentimiento, miedo y una denuncia directa sobre la influencia del crimen organizado en autoridades locales.
En la carta, Ramiro admite haber sido reclutador de Víctor Manuel “N”, el joven que ejecutó el homicidio de Manzo. También reconoce que mintió a su familia diciendo que trabajaba en el cultivo de aguacate y afirma que su actividad criminal estuvo motivada por la necesidad económica.
Pero el mensaje adquiere un tono más grave cuando advierte que su muerte sería consecuencia del intento por silenciarlo y cuando acusa directamente a “El Licenciado” como su jefe inmediato. Además, pide a su esposa “decir la verdad”, aunque le recomienda no acudir a la Fiscalía de Michoacán, a la que señala como “comprada” por el crimen organizado.
El fragmento difundido de la carta expresa:
“Mija, cuando leas estas letras se te llenarán los ojos de agua, pero perdóname, porque hice las cosas mal… seguramente cuando leas esto, yo estaré muerto, porque nos van a querer silenciar… cualquier cosa que me pase, estaba trabajando para El Licenciado. Espero que me perdones y puedas decir la verdad, pero no lo hagas en Uruapan porque El Licenciado tiene comprada a toda la fiscalía”.
Un caso que apunta a una estructura criminal más amplia
La detención de “El Pelón” y la serie de revelaciones recientes muestran un entramado criminal que operaba desde distintos niveles: el reclutamiento de jóvenes vulnerables, la presunta complicidad de elementos de seguridad cercanos al exalcalde, y la involucración de líderes del CJNG en la planeación del crimen.
El caso continúa desarrollándose y ha puesto bajo la lupa la influencia del crimen organizado en Uruapan y sus alrededores, así como la necesidad de reforzar los mecanismos de protección y vigilancia en las instituciones públicas de Michoacán.
Las próximas audiencias judiciales serán clave para esclarecer el papel de cada implicado y determinar si la estructura criminal señalada por las autoridades y por la carta póstuma de Ramiro “N” operaba con apoyo o infiltración en instancias oficiales.
