Datos muy delicados para cerrar el año. Falta de seguridad jurídica para las inversiones.
Cerramos el año con una presidencia casi imperial pero sumisa ante las presiones del poderoso gobierno de Estados Unidos, con un gobierno que mantiene el continuismo del sexenio pasado y utiliza ese discurso desgastado de culpar al pasado de todo tipo de desgracias y también utiliza la victimización como recurso para justificar su ineficacia. Ahora, debido a una serie de reformas, contamos con un gobierno sin contrapesos políticos y con una economía paralizada, sin inversiones provenientes del extranjero, ante el temor de contar con un nuevo poder judicial que no les ofrece ningún tipo de garantía.
Estamos viendo la caída estrepitosa en América Latina de gobiernos que se dicen de izquierda y la llegada de gobiernos ultraconservadores. Ejemplos sobran: Rodrigo Paz asumió la presidencia de Bolivia y fue descrito como centroderechista, marcando un giro después de casi 20 años de gobiernos de izquierda. José Antonio Kast, del partido Republicano, será el nuevo presidente de Chile. Santiago Peña Palacios, presidente de Paraguay. Javier Gerardo Milei, presidente de Argentina. Nasry “Tito” Asfura del Partido Nacional, presidente de Honduras. José Raúl Mulino Quintero, presidente de Panamá.
Los problemas internos se acrecientan ante la falta de respuestas de la administración de Claudia Sheinbaum Pardo a los sectores campesinos, transportistas, productores, que se han visto seriamente afectados por las extorsiones por parte del crimen organizado. Aunado a ello, cada vez hay más ejemplos que los candidatos morenistas están muy ligados a la narcopolítica.
El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2024, publicado por la ONG Transparencia Internacional, evidencia cómo van los países con relación a la problemática de la corrupción a nivel global que afecta el desarrollo, la estabilidad y la confianza en las instituciones de cada nación. La puntuación de cada país es el resultado de múltiples datos recopilados por variedad de prestigiosas instituciones, entre ellas el Banco Mundial y el Foro Económico Mundial.
Los países menos corruptos del mundo: Dinamarca encabeza el ranking con una puntuación de 90, consolidándose como el país con menor percepción de corrupción. Le siguen Finlandia (88), Singapur (84), Nueva Zelanda (83) y Luxemburgo (81). Otros países con altos estándares de transparencia incluyen Noruega, Suiza y Suecia (todos con 81 puntos), así como Países Bajos (78), Australia, Islandia, Irlanda y Estonia (77).
Corrupción en América Latina: En la región latinoamericana, además de Uruguay, los países con mejor puntuación son Chile (63), Costa Rica (58), Barbados (68), San Vicente y Granada (63) y Bahamas (65).
En contraste, con la menor puntuación se ubicaron Argentina (37), Colombia (39), República Dominicana (36), Brasil (34), Panamá (33), Perú (31), Ecuador (32), El Salvador (30), Bolivia (28), México (26), Paraguay (24), Honduras (22), Nicaragua (14) y Venezuela (10).
Otro informe, el del Índice de Conflicto de Ubicación y Datos de Eventos de Conflictos Armados (ACLED por sus siglas en inglés), reveló que cuatro de los diez países más peligrosos del mundo en 2025, se encuentran en América Latina.
Se trata de una evaluación global que mide cómo y dónde varían los conflictos en cada país y territorio del mundo a partir de cuatro indicadores —letalidad, peligro para los civiles, difusión geográfica y número de grupos armados—.
El reporte ubicó a Palestina en el primer lugar del ranking mundial, y advierte que se volvió “más mortal y peligroso para los civiles”, con más de 4.500 personas asesinadas como resultado de la violencia. También señala que “Palestina tiene el conflicto más difuso geográficamente”, ya que ACLED registra altos niveles de violencia “en casi el 70% de Gaza y Cisjordania”.
Le sigue Myanmar, donde “más de 1.200 grupos armados distintos” han estado involucrados en al menos un evento violento, lo que convierte a este país en “el conflicto más fragmentado del mundo”.
En América Latina, Ecuador, México, Brasil y Haití aparecen entre los diez países con mayor violencia. México y Brasil aparecen en la lista de los diez países más peligrosos del mundo, posicionados en medio de conflictos territoriales ligados al narcotráfico, la expansión de grupos criminales y la incapacidad de los Estados para frenar el aumento de homicidios y ataques contra la población civil.
Las investigaciones en Estados Unidos sobre la narcopolítica en México no tienen exclusivamente el sello del régimen que instauró Andrés Manuel López Obrador. De hecho, una de las averiguaciones más avanzadas es en Chihuahua, donde el crimen organizado ha penetrado los más altos niveles del gobierno de Maru Campos.
Otros datos. De acuerdo al Índice Democracia de The Economist Intelligence Unit, Noruega está en primer lugar, seguido de Nueva Zelanda, Suecia, Islandia, Suiza, Finlandia, Dinamarca, Irlanda, Holanda y Luxemburgo. México ocupa el lugar 84 de un total de 167 países.
Como se ve, el panorama no es nada halagador.
*Por vacaciones, esta la columna volverá aparecer hasta el martes 26 de enero. Agradezco mucho la lectura de mis textos. Les deseo salud y lo mejor para que 2026 sea un gran año para ustedes y sus familias. Hasta entonces.
