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¿Y el Sistema de Salud como en Dinamarca?

¿Y el Sistema de Salud como en Dinamarca?

¿Y EL SISTEMA DE SALUD COMO EN DINAMARCA?
Por: Vladimir Galeana Solórzano 

Las mentiras del Presidente de la Republica, Andres Manuel López Obrador, siguen siendo parte de la ideología de la mal llamada Cuarta Transformacion, que hasta ahora lo único o que ha transformado es el bolsillo de la mayor parte de los grupos políticos enquistados en el poder, y que sin lugar a dudas hubo hay un antes y un después, porque esos grupos políticos tan vilipendiados por quienes ahora detentan la mayoría parlamentaria.

Pero la verdad es que nunca pensamos que ocurriría los que ahora observamos azorados en torno a las decisiones de quien conduce los destinos de este país. La maldad es absolutamente innecesaria cuando se trata de niños, pero la mendicidad es aún mayor cuando se pierde la piedad, y eso es lo que tenemos que cobrarle al aun Presidente de la República por las muertes provocadas en los niños con Cáncer.

El desalmado ser, sujeto o como quieran llamarle, nunca ha tenido un poco de piedad para los menesterosos a los que utilizo como bandera, y mucho menos a aquellos que integraban sus mítines en los que sembraba el encono popular, y que después los abandonó a su suerte sin siquiera darles un poco de esa esperanza que regaba por todas partes, y que ahora se ha convertido en su mayor enemiga.

Hoy los sistemas de salud están hechos un desastre, los medicamentos escasean y quienes atienden a los pacientes en los hospitales públicos tienen que pagar los medicamentos, cuando el inquilino de Palacio los engaño sin que se dieran cuenta, porque le creyeron sus vacuas promesas, pero sobre todo, los engaño, y los sigue engañando a través de las miserables dádivas cuando lo mejor hubiera sido invertir en empleos bien remunerados.

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Lo que necesita Andres Manuel Lopez Obrador son hombres y mujeres dispuestos a vender su dignidad, antes que soportar el abandono de sentirse excluidos, de ahí que se hayan acostumbrado a mantenerse al alba de los llamados para vitorear al líder maximo, que con su mendicidad los ha inducido a la adulación como un paliativo a sus delirios de grandeza.

Mexico y los mexicanos no merecemos lo que nos está ocurriendo, porque quienes alertamos lo que se nos vendría encima fuimos pocos, y no creyeron en las advertencias que lanzábamos en nuestros medios de comunicación. Hoy esa lacerante realidad está presente en la mente de todos los mexicanos, pero el problema es que no nos hemos cohesionado para enfrentar y defender nuestra democracia. Al tiempo.


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