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Va Claudia, ya no hay más

Va Claudia, ya no hay más

Va Claudia, ya no hay más
Arturo Ríos Ruiz

Cada hora marca el advenimiento de conocer formalmente a quien contenderá para suceder al presidente Andrés López Obrador y no pocos entendemos que será Claudia Sheinbaum, la que mejor le acomoda al mandatario para sus fines de mantener el poder como le conviene. Sería reelección disfrazada.

Marcelo, Adán Augusto y Monreal, deben saberlo y mantienen sus posiciones públicas de aparente ilusión, sabedores que tienen que soportar hasta el momento de anunciar la decisión.

En su espíritu AMLO, desde el inicio de su primera campaña, concibió la determinación de que cuando lograra arribar al primer mandato del país, emularía a la estación de radio 620, cuyo lema era “La que llegó para quedarse”.

Incluso debió pensar el cómo actuaria para reelegirse, pero el tiempo se le fue en pleitos y enfrentamientos con sus opositores, que en todo régimen existen y optó por alguien pleno de sumisión y con poco alcance en las lides de poder y Claudia cumple con esa exigencia fundamental para él.

Desde luego que a la dama de nada se le puede culpar, significaría para ella, ser la primera mujer presidenta del país y pasaría a la historia con repercusión internacional ¿Quién despreciaría esa oportunidad?

Por otra parte, el Presidente, desde su Rancho de drástico nombre, llevaría los hilos del poder, sólo ordenando desde la hamaca abajo de la sobra de un árbol tabasqueño y en todo el día estaría maquinando instrucciones que serían cumplidas y atendiendo visitas del cúmulo de peticiones de toda laya, chismes y “grillas”, al por mayor, además de girar instrucciones a la lacaya presidencial.

Lo mismo pasaría si fuera Adán Augusto, el hermano menor, AMLO, tiene 69 años y el ex de Gobernación 59, aunque se ve más ajado que un papel de china; es un pupilo a modo, pero los padres heredan, generalmente a sus hijos y pocas ocasiones a los fraternos y Claudia está en esa condición, en calidad de adoptiva.

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Marcelo queda fuera totalmente, nunca ha estado firme en el ánimo de AMLO, se equivocó al calcular que sus lealtades al hoy mandatario desde el 2000, serian retribuidas en esta ocasión. Ebrard se ha lanzado contra Claudia con toda firmeza y si, ella llega, corre el riesgo que se ser exiliado en una embajada cuando mejor le vaya.

Monreal, no cuenta, nunca ha querido la Presidencia, fue finta, tiene en su ambición la Ciudad de México, desde la elección pasada que después de un berrinche, se tuvo que conformar, con la Delegación Cuauhtémoc, hoy Alcaldía. Veremos si en esta ocasión, se le hace.

Así, parecen estar las cartas de la sucesión, a menos que una situación, aún no presentada, obligara cambiar las reglas, que, si son adversas, el mandatario podría recurrir al Estado de excepción y quedarse en una ”obligada” reelección. Todo puede ocurrir en estos tiempos de imposición.


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