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Un asomo de justicia pensionaria

Un asomo de justicia pensionaria

Un asomo de justicia pensionaria

En la generación de la riqueza necesariamente interviene las manos de los trabajadores. Sin su intervención en los procesos productivos sería complicado que los adinerados por sí mismos generaran plusvalía; el circulante es el que genera la ganancia, la plusvalía y demás ventajas económicas a los dueños de las fortunas.

Al concluir la vida laboral rentable, en un acto de justicia laboral, los trabajadores deberían recibir parte de las ganancias, de las plusvalías generadas y recibir una pensión solidaria luego de agotar su fuerza de trabajo, invertida en generar ganancias al patrón, sería lo justo.

Los empleados públicos, luego de prestar un servicio gubernamental, como operativos que conciben que el funcionamiento de los programas sociales se traduzcan en bienestar social, también deben recibir una pensión solidaria al término de vida laboral.

Sin embargo, en ambos casos, desde los orígenes pensionarios, los trabajadores aportan determinado porcentaje salarial para su retiro, que a su vez es administrado por sus patrones y funcionarios, según sea el caso; los montos acumulados generan dividendos que al final nunca ven y mucho menos disfrutan.

A casi un siglo de la creación de la Dirección de Pensiones Civiles con su Ley reglamentaria, el 12 de agosto de 1925, en la época del Presidente Plutarco Elías Calles, los trabajadores al servicio del Estado apoquinaban una cantidad mensual para su retiro con todas sus variantes; por edad, antigüedad, riesgos de trabajo, enfermedades laborales, accidentes.

Al paso de los años, el gobierno del partido en el poder tomó a la malagueña los dividendos hasta que agotó el modelo bi y tripartita al financiar campañas presidenciales sin el reclamo de las dirigencias sindicales aglutinadas en Federaciones, Confederaciones y en el propio Congreso del Trabajo.

Se secó el oviducto de la gallina de los huevos de oro y nadie hizo ni pio; callados. Perpetuamente en modo silencio los dirigentes sindicales; maniatados con ofertas en el Congreso de la Unión, gubernaturas, presidencias municipales y cargos públicos con jugosos ingresos.

En ese esquema recordemos al general Álvaro Obregón que se desempeñó como profesor de primaria y agricultor y bueno, hasta tuvimos un Presidente emanado de las filas de los trabajadores de base; Adolfo López Mateos que surgió de las filas de los asalariados antes de ser Secretario del Trabajo con Adolfo Ruiz Cortines y cómo olvidar los nefastos episodios de violencia laboral de ese lapso histórico.

“Los paros, huelgas, movilizaciones callejeras y batallas campales de 1958 y 1959 tienen el tono inconfundible de las luchas de obreros y trabajadores descontentos con la dupla asfixiante del control salarial y sindical. Y que la mayoría de los descontentos proviniesen de empresas y servicios públicos”, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Quizá baste un retazo de la historia poco difundida de las grandes luchas de los trabajadores mexicanos para reclamar lo que en justicia les correspondía y que fueron escamoteados por el triunvirato en el poder; gobernantes, patrones y líderes charros.

Las pensiones a lo largo del siglo en referencia generaron intereses como para que hoy los asalariados, además, tengan que sufrir penurias y sufran los embates de terroristas de la pluma con mentiras de que les van a quitar lo que les pertenece por ley.

Mentira, es su dinero, es su patrimonio, son sus ahorros para el retiro por motu proprio o por imposición y que nadie se los puede quitar, vaya, ni los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ni gandallas con sotanas y birretes.

Se hizo presente un paliativo pensionario con la respetiva Reforma aprobada por la mayoría de los diputados federales el 19 de abril pasado.

En resumen, un trabajador que ganaba 10 mil pesos, en 1973 obtenía de pensión dos mil 700 pesos consecuencia de las reformas de Zedillo, en 1997 y de Calderón, en 2007. Con la reforma de López Obrador del 2020, el monto de la pensión ascendió a seis mil y ahora, luego de 51 años, la pensión propuesta sería de 10 mil pesos.

La reciente Reforma beneficiará a los trabajadores que empezaron a trabajar después de junio de 1997 y se pensionen a partir de la entrada en vigor de la ley, justo hace 31 años de antigüedad; tiempo para emprender las licencias prejubilatorias.

En el caso de los servidores populares beneficiará a todos aquellos que se encuentren bajo el régimen de cuentas individuales y se pensionen a partir de la entrada en vigor de la nueva ley; igual, luego de 31 años de servicio.

Desconozco qué pasará con los trabajadores inscritos en el Décimo Transitorio no se menciona si en su caso habrá alguna modificación; se conoce que el tope de pago de pensiones en este caso es superior al mínimo que pagaría el IMSS y a los 10 mil que se dan a conocer en la nueva ley.

Los montos de las pensiones por el Régimen del Décimo Transitorio son diferentes y muchos trabajadores ya superan los 40 años de servicio sin opción de pensionarse

En funciones, los trabajadores al registrar asistencia y permanencia de acuerdo con sus jornadas laborales, les permite tener ingresos adicionales vía prestaciones, estímulos y recompensas que suman casi o más que el sueldo asignado.

En este caso tampoco existe una jubilación digna y las opciones son las actividades informales; el comercio ambulante, ocuparse como cerillos, en servicios de limpieza, como taxistas y en prestaciones de servicios de la construcción. Sólo cambiaron de actividad sin el digno descanso de una pensión.

Sin embargo, el ejército de aspirantes a una jubilación digna tampoco se quieren retirar ante las amenazas de posible robo a los montos de sus Afores; ahorros millonarios, codicia de mercaderes de la comunicación; TV Azteca, Televisa y otros grupos de medios.

En síntesis, el gobierno no se robará 40 mil millones de pesos como lo afirma el fedayín de TV Azteca, Javier Alatorre. Se equivocó el kurdo Sergio Sarmiento y le dieron Jaque Mate a su premonición “la mayoría oficialista impulsa la creación de un nuevo Fondo de Pensiones para el Bienestar, apropiándose de los fondos no reclamados de los trabajadores”.

De verdad penoso que a quienes aporrean las teclas de un computador los desmientan “¿Por qué van a tomar lo que no es suyo?” como lo afirmó el desmemoriado Manuel López San Martín. Al menos consultar Google, una miradita para tener un contexto de lo que se dice frente a un micrófono; de pena ajena.

Lo “más pior” es redactar unas cuantas líneas por consigna o por recibir un buen madrazo de billetes. TV Azteca tiene una Afore que devolvió al IMSS de 7 mil 993 cuentas no reclamadas y se hace guaje con la restitución de mil 847 millones de pesos al Seguro Social.

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La Reforma le canceló a la televisora la posibilidad de lucro con la gestión de los ahorros de los trabajadores, quienes al final nunca reciben lo que ahorraron porque la “administración” se come hasta el capital depositado donde sólo las Afore ganan.

Por ello los aztecos lanzan misiles de mentiras hacia los asalariados para que salgan a defender las ganancias de Ricardo Salinas Pliego con el choro que los trabajadores perderán sus ahorros; nada más falso; los que pierden son ellos, los aztecos, los electros, los dueños de las Afores.

El realismo mágico en toda su expresión; los propios trabajadores con salarios chiquitos de estas empresas son los verdugos de los deudores de abonos chiquitos. Las empresas Salinas Pliego, son las tiendas de raya de los nuevos tiempos, así de cabrón el asunto.

El descaro de Joaquín López Dóriga y de Mario Di Constanzo abrió el velo de la campaña negra orquestada en contra de los trabajadores a través del golpeteo a López Obrador y al ejército de candidatos que buscan el Segundo Piso de la Cuarta Transformación.

Si alguien tiene datos duros y una mejor interpretación económica son este par de analistas financieros que supieron cómo venía la jugada y optaron por hacerle el favor a la señora de las gelatinas, la que, por güey, a sus 60 años, si sigue ofendiendo a los mexicanos, no será Presidenta. Por güey.

Si bien la Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján, exhortó a la ciudadanía a no dejarse engañar por la campaña negra en contra de la ley en materia de pensiones, hace falta una reingeniería pensionaria; llegará el momento que la esperanza de vida supere cualquier superávit financiero.

Es prudente insistir que “nadie puede tocar los recursos de las y los trabajadores activos; la ley es muy clara: este derecho es imprescriptible, es eterno. En la actualidad, la ley obliga a las Afores a transferir los recursos de las cuentas de ahorro al IMSS; no obstante, apenas transfirieron el dos por ciento y el resto se lo han quedado”.

Las Afores administran más de seis billones de pesos en cuentas de ahorro, de los cuales el 0.4 por ciento lleva abandonado más de diez años.
La iniciativa de Reforma, a la vez que propone la creación del Fondo de Pensiones para el Bienestar, y plantea que los recursos sean depositados a este Fondo sin cobro de comisiones y con la posibilidad de reclamarlos en cualquier momento, con los intereses que genere el dinero ahorrado.

Esta propuesta que busca aumentar las pensiones para dignificar a los trabajadores en el último tramo de su vida laboral, aún le falta mayor definición financiera y en un gran esfuerzo gubernamental, recuperar los fondos que se robaron funcionarios del IMSS e ISSSTE, diputados, senadores y gobernadores.

También se llame a cuentas a dirigentes de partidos políticos y de organizaciones sindicales, de casa y externos, que permitieron las reformas en contra de los trabajadores y de sus pensiones, así como el rescate de las ganancias que obtuvieron empresarios de medios de comunicación que tienen nombre y apellidos, a través de la usura, del latrocinio y del anatocismo.

Si bien con la Reforma aumentaron las aportaciones patronales y se puso un alto a los abusos en los cobros de comisiones de las Afores y con ello se incrementaron las pensiones, aún es insuficiente para garantizar un retiro digno para los trabajadores en condiciones pensionarias.


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